Científicos mexicanos trabajan en Suiza en el Gran Colisionador de Hadrones en busca de “la partícula de Dios”

frente a los ojos de periodistas de todo el mundo, dos haces de mil millones de protones cada uno, acelerados a velocidad próxima a la de la luz, colisionaron por el túnel redondo de 27 kilómetros instalado a 100 metros bajo tierra en Ginebra.

Entre aplausos y exclamaciones de júbilo llegó el gran día para el CERN tras 20 años de investigación, 10 mil millones de euros y la labor de unos 10 mil científicos de todo el mundo.

Entre ellos un equipo de más de 40 científicos mexicanos liderados por Gerardo Herrera Corral, del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (CINVESTAV), y Arturo Hernández Téllez de la Universidad Autónoma de Puebla (UAP).

Meses después, el experimento que busca desentrañar los misterios del origen del universo rompió su propio récord al duplicar el número de colisiones de partículas por segundo.

En junio, el CERN informó que el colisionador batió récord generando cerca de 10 mil choques por segundo, lo que lo acerca cada vez más a su objetivo de comprender el origen de la materia.

El físico Andrei Golutvin del Gran Colisionador de Hadrones (LHC, por sus siglas en inglés ) aseguró que este nuevo récord supone el comienzo de una nueva etapa que lo convierte en el más importante y poderoso colisionador de partículas del mundo.

Los científicos esperan encontrar una partícula subatómica conocida como el bosón de Higgs, la llamada ‘partícula de Dios’, que explicaría por qué la materia tiene masa.

“Cuantas más colisiones consigamos, más cerca estaremos de la supersimetría, la matería oscura, el bosón de Higgs y otros problemas modernos de la física”, aseguró el científico.

En noviembre, el Gran Colisionador logró recrear su primer “mini Big Bang” con temperaturas millones de veces más calientes que las del centro del sol.

De esta manera, se coleccionaron más datos sobre el plasma del que estaba hecho el Universo una millonésima de segundo después del Big Bang, hace unos 13 mil 700 millones de años y estudiar su evolución posterior hasta formar el tipo de materia que compone el universo que conocemos.

Con ésto, la famosa “máquina del Big Bang” daba por finalizada su etapa de trabajo con protones y se enfocaba en experimentos con iones pesados -átomos de plomo despojados de electrones- lo que abrió una nueva vía de exploración para el programa de investigación del LHC.

Pocas semanas después la potente máquina del Big Bang reveló nuevos datos sobre la materia existente en los primeros instantes de vida del universo describiéndola como “un fluido perfecto”.

“A menos de tres semanas de haber puesto en marcha los tres experimentos a base de colisiones de iones de plomo en el LHC, éstos ya han dado una nueva perspectiva sobre la materia que habría existido en los primeros instantes de vida del Universo” reveló CERN.

Una de las primeras observaciones del experimento ALICE que está optimizado para el estudio de iones pesados, ha podido advertir que en esos primeros momentos, el Universo además de ser muy caliente y denso se comportaba como un líquido.

Los documentos de ALICE confirmaron que el plasma mucho más caliente producido en el LHC se comporta como un líquido de muy baja viscosidad, “un fluido perfecto”, en consonancia con anteriores observaciones del colisionador RHIC de Brookhaven.

“En conjunto, estos resultados ya han descartado algunas teorías acerca de cómo se comportó el Universo primordial”, valoró CERN.

“Es impresionante lo rápido que los experimentos han llegado a estos resultados, que se ocupan de un terreno de la física tan complejo”, afirmó el director de Investigación del CERN, Sergio Bertolucci.

Finalmente, en diciembre un equipo de científicos europeos informaron de la creación y captura de átomos de antihidrógeno en una nueva trampa magnética que, lo que estiman los encaminará a resolver uno de los mayores misterios de la ciencia: la composición de la antimateria.

Este último adelanto ha sido seguido muy de cerca por la comunidad científica internacional ya que la antimateria es considerada como una potencial fuente de energía ilimitada e inminentemente gratuita.

“Con estos métodos alternativos para producir y finalmente estudiar el antihidrógeno, la antimateria no podrá seguir escondiendo sus propiedades durante mucho más tiempo”, afirmó Yasunori Yamazaki, científico del equipo que logró este último avance.

Los científicos creen que tras la explosión del Big Bang apareció la misma cantidad de antimateria o materia neutral que de materia convencional, sustancia de todo lo visible en el universo, incluyendo la vida en la Tierra.

Antes de la pausa de vacaciones de invierno Rolf Heuer, director del CERN se congratuló porque los descubrimientos del LHC se han generado “a una gran velocidad” y esperaban en 2011 continuar la aventura de lo que ya se considera “el experimento científico del siglo”.

Fuente: (Notimex)

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