Sor Juana y Luzbel se enfrentan en la “Pastorela Barroca” que se presenta en el ex Convento de Churubusco

producido por Tito Dreinhüffer, el cual está celebrando 15 años de temporadas consecutivas.

Actualmente la Pastorela Barroca se presenta en el  Museo Nacional de las Intervenciones Ex Convento de Churubusco, y es una obra que empieza con un recorrido por los jardines cerrados del recinto monacal, acompañado por los coros de monjes, hasta llegar a la zona del huerto, donde se lleva a cabo la representación tradicional.

Desde hace dos décadas el maestro Dreinhüffer llevó a cabo una investigación profunda del género y esto lo llevó a recuperar no sólo el espíritu de la pastorela como forma teatral, sino que se permitió incluir la música y los versos del barroco de nuestro país.

Con un texto escrito totalmente en verso, el autor recuperó la riqueza del español y de sus formas coloniales permitiendo al público asistente el disfrutar de los giros y retruécanos del idioma.

En entrevista con Conaculta, Dreinhüffer narró cómo hace más de 20 años comenzó a interesarse por la pastorela, realizando un primer montaje en los canales de Cuemanco, ¿Van a la pastorela? ¡Pues súbanse a mi trajinera!, realizando la representación en barcas sobre el agua y el público en la orilla de los canales. Después se propuso rescatar las raíces mexicanas de la pastorela, investigando la tradición virreinal, misma que ha presentado desde hace tres lustros.

–¿Por qué incluir como personaje a Sor Juana?

–Al escribir esta pastorela, para su primera temporada en el antiguo Colegio de San Ildefonso, se me ocurrió que uno de los personajes icónicos de este país, y de la época que interesaba rescatar, era Sor Juana Inés de la Cruz, de quien elegí unos versos del soneto “Amante dulce del alma”, que fue escrito cuando nació el hijo del virrey. Lo consideré porque, aunque no habla del Niño Dios, sí alude a un nacimiento. Además, creo que a ella le hubiera gustado trabajar el género de pastorela, porque ella era una mujer enamorada de su país.

–Los diálogos, aunque en verso, están adaptados a la época actual.

–Esto es lo bonito de este género que es flexible y permite jugar con ciertos temas, pero yo no incluyo cosas escandalosas o de la política actual, porque es un espectáculo para niños y adultos. Lo que pretendí simple y sencillamente fue mostrar la tradición mexicana, sino la música antigua con versos en náhuatl y los vestuarios adornados con los colores barrocos, además de las artesanías, como el barro negro, los textiles y tejidos, así como los trabajos de carpintería y ebanistería.

El egresado de la carrera de Arte Dramático y de la Escuela Superior de Música del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), expresó que Pastorela Barroca tiene la particularidad de mostrar el choque entre dos culturas y los elementos que surgen de éste: música, escenografía y arquitectura.

Música de cámara en vivo y canciones que no fungirán de manera meramente ambiental, sino como parte esencial en el desarrollo de la obra; vestuario pintado a mano en alusión a retablos del siglo XVII y XVIII; sonetos de Sor Juana Inés de la Cruz y ambiente de la época, la caracterizan.

Dreinhüffer consideró que la pastorela en sus orígenes fue un medio para reforzar la fe, hoy es un género teatral que no sucumbe a la constante pérdida de tradiciones,  pues se empezó a mezclar con la picardía y el ingenio del mexicano, por ello defiende su arraigo e incorpora constantemente elementos atractivos para el espectador.

Con más de 20 actores y músicos en escena, el montaje nos presenta  un grupo de artesanos, constantemente amenazados por la tentación de los diablos que tratan de impedir su encuentro con el Niño Jesús en el Portal de Belén. El tema central se dedica a la Décima Musa, Sor Juana Inés de la Cruz, y sus tentaciones. En la puesta, Sor Juana Inés de la Cruz (Lucía Guillmáin) se enfrenta a las tentaciones dispuestas por Luzbel (Carola Vázquez) y dos diablillos acompañantes.

Los pastores en escena se dedican a elaborar distintas artesanías mexicanas: una olla de barro policromada, flores de papel maché, la pintura de los dorados, el telar de cintura, y esto vuelve mucho más rica la propuesta.

Como escritor, Tito Dreinhüffer se ha destacado por su trabajo de divulgación de nuestra cultura y tradiciones, con montajes como Un día en la vida del convento de Churubusco y 20 de agosto de 1847… Réquiem para una nación, presentados en el ex Convento de Churubusco, así como obras para niños.

El Museo Nacional de las Intervenciones Ex Convento de Churubusco se localiza en la calle de General Anaya y Calle 20 de Agosto, Churubusco. Las funciones son a las 20:00 horas, al término obsequian tamales y chocolate.
JLB
Fuente: (CONACULTA)

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