Reconocen en la FIL a Hugo Gutiérrez Vega, quien resalta el peso de la educación y la cultura sobre la barbarie

actos civilizatorios capaces de detener la creciente deshumanización, que es el más ominoso signo del, cada vez más, cercano apocalipsis”, sentenció el tapatío en quien fue depositado el Premio Nacional de Periodismo Cultural Fernando Benítez que la Feria Internacional del Libro de Guadalajara entrega desde 1992 al cierre de sus actividades.

Para detallar la vida de Gutiérrez Vega en los ámbitos de la cultura y la diplomacia, fue invitado el arquitecto Guillermo García Oropeza; por su parte, Luis Tovar, compañero del premiado en La Jornada, leyó un pequeño texto donde calificó este reconocimiento como un “acto de total justicia”.

En la ceremonia participaron también Raúl Padilla López, presidente de la FIL; Nubia Macías, directora de la misma, y Marco Antonio Cortés Guardado, rector de la Universidad de Guadalajara, quien hizo entrega del Premio.

“Además de la poesía, son muchas las similitudes virtuosas que vinculan a Hugo Gutiérrez Vega con Fernando Benítez: dos exploradores de la cultura, de las varias formas que adopta la vida cotidiana y de los símbolos que representan los imaginarios colectivos perceptibles en la dinámica social”, apuntó Padilla López en el discurso inaugural de la ceremonia.

El presidente de la FIL se permitió como pocas veces, según sus propias palabras, situar en el discurso una felicitación personal para el premiado por ser egresado brillante de la Universidad de Guadalajara y por la cercanía personal en el ámbito universitario.

“Tuve en Hugo Gutiérrez Vega un referente de una de mis primeras reflexiones intelectuales en mi tardía adolescencia: uno de mis primeros trabajos de adolescente tardío fue, precisamente, al lado de un gran amigo de él, Ignacio Arreola, extraordinario dramaturgo, quien siendo director del Departamento de Cine de la Universidad de Guadalajara, a mediados de los cincuenta, me invitó a trabajar con él como cácaro, bueno, proyeccionista de cine”, rememoró.

García Oropeza trajo consigo una larga reflexión en torno a su amigo, que enfatizó en su participación junto a otros intelectuales en el Partido Acción Nacional durante los años en que representaba una verdadera oposición, la importancia que tuvo en su formación su trabajo como agregado cultural en Italia y su excelente trabajo como conferencista.

Fuente: fil.com.mx
Foto: © Cortesía © FIL 2010/Natalia Fregoso

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