Diez años de justificaciones

década de alternancia política, del PAN en la Presidencia, con sus aciertos y desaciertos en lo político y económico.
Demográficamente México inició el llamado ”bono demográfico” lo que poco importa al actual gobierno, sin ánimos de suspirar por el pasado, unos y otros han olvidado la relevancia de la planeación, visión de Estado e instrumentar programas y proyectos de largo plazo.
En 1999, México contaba con una población de 100 millones 294 mil  036 habitantes, en 2010 ascendió a 112 millones 322 mil 757 personas un crecimiento de 11.99% respecto a 1999.
Además de que somos más mexicanos aparecieron importantes cambios demográficos en comparación con 1999. En la actualidad, por edades, incrementó la población a partir de los 15 a los 64 años de edad con un porcentaje del 64.6% del total de la población 4.6 puntos porcentuales más que hace una década.
El cambio más significativo se localiza en el grupo de edades de 0 a 14 años pasó de ser el 35% de la población en 1999 al 29.1% en 2010.
Muy relevante ubicar  la tendencia demográfica porque es ignorada por los estrategas del blanquiazul, cabe mencionar existe mayor presión para ingresar al mercado laboral formal,  sector salud; la gente demanda nuevos y más servicios; transporte, plataformas tecnológicas, educación, prestaciones; etc.
A COLACIÓN
Por supuesto coincido con el presidente Felipe Calderón “es mejor vivir en democracia que en el autoritarismo“, pero el PAN tiene una deuda moral con todas aquellas personas que lo impulsaron a la Presidencia: hacerle sentir a la gente que la democracia llegó también a su bolsillo.
No hacerlo provoca un desencanto traducido en una apatía hacia los políticos y elecciones, se pierde interés y eso es muy peligroso.
En los diez años del PAN en la Presidencia pocos indicadores socioeconómicos han mejorado sustancialmente, alguien dirá “es muy poco tiempo, una década para cambiarlo todo”.
Sin embargo, a los blanquiazules pocas ganas se les observa para romper verdaderamente con los lazos más funestos del pasado, digamos que la falta de coherencia entre el discurso político y los hechos cotidianos es otro de los grandes reclamos para efectivamente romper con el pasado autoritario.
Un poder que se acomoda encima de todo lo que tejió otro poder anquilosado por décadas no es precisamente lo más deseable para los mexicanos.
En 1999 y 2000 la ola del cambio democrático tuvo un componente económico, entonces la gente estaba harta de devaluaciones, políticos corruptos y enriquecidos, fugas de dinero, escándalos en Los Pinos; mentiras y errores que acabaron con una serie de crisis económicas malditas que fueron depauperando al votante más importante: la clase media.
La clase media fue el motor de cambio en 1999 y actualmente no está nada contenta porque, insisto, no se rompió con el pasado simplemente los azules se acomodaron tan bien que en diez años superaron muchos errores del viejo PRI, por ejemplo, llevarnos a la magna crisis económica de 2009, acentuar el nepotismo político, aplaudir la corrupción de sus políticos y mentir, mentir, mentir…
SERPIENTES Y ESCALERAS
La labor de un presidente es equiparable a la de un cirujano, en su quehacer no hay cabida para las novatadas o inexperiencias, si ambos se equivocan tienen consecuencias sobre de otro ser humano.
Un mala decisión de un presidente obra en contra de sus ciudadanos, principalmente en un país con un flagelo como la pobreza, corrupción, inequidad y ahora violencia e inseguridad.
Celebramos vivir en democracia, deseamos hacerlo en libertad, no sentirnos presos en nuestro propio país sin poder disfrutarlo como antes por miedo al ejército, policías, ladrones, narcos y células delincuenciales.
No es digno tampoco culpar al pasado cuando los errores han sucedido en un periodo de tiempo tan corto, de antemano se sabía el tamaño del desafío.
Por eso es que los resultados económicos hablan por sí solos en estos diez años del PAN en el poder: a pesar de la reclasificación de la metodología para cuantificar la pobreza con base a Sedesol ésta no amaina, es más la Comisión Económica Para América Latina y el Caribe (Cepal) difundió recientemente que México fue el país con mayor incremento de la  pobreza.
De acuerdo con el organismo, la pobreza en México aumentó de 31.7% en 2006 a 34.8% en 2008, se trata del país en América Latina más perjudicado.
Otro hecho: en diez años creció la migración hacia Estados Unidos. Según el Conapo en 2000 había 8.8 millones de mexicanos en el vecino del norte para 2007 había 11.7 millones de mexicanos residentes; de los inmigrantes indocumentados se trata de 12 millones de los que el 56% nacieron en México.
El caudal de remesas durante esta década es muestra tangible de que la expulsión de mano de obra es la receta aplicada ante la imposibilidad de crear puestos de trabajo bien pagados y con contratos de largo plazo.
El paliativo de las remesas a su vez permite controlar la tensión social derivada de una pobreza que subsiste gracias a los subsidios recibidos en forma de remesas, dólares  para ayudarlos a salir adelante de manera temporal.
En 2000, el flujo de remesas ubicó en 6 mil 500 millones de dólares en 2009 cerraron en 21 mil 181  millones de dólares, un 225.86% más.
Igualmente el PIB per cápita da cuenta misma de la situación: con datos del INEGI sabemos que el ingreso per cápita en 2009 fue de 8 mil 141 dólares, monto 20.2% inferior al de 2008 y un retroceso de cuatro años de este indicador. En 2000 el PIB per cápita fue de 8 mil 500 dólares por habitante.
Ante las enormes dificultades, no es bueno perder tiempo de gobierno buscando justificaciones, los ciudadanos demandamos respuestas rápidas y fehacientes.
A la democracia hay que cumplirle todos los días, como una flor necesitada de riego.
P.D. Le invito a que opine del tema en mi blog http//claudialunapalencia.blogspot.com.

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