
En el programa “Cada quien su Santo”, celebran el “Día de Muertos” haciendo calaveritas de azúcar
tradicionales calaveritas de azúcar, pueden estar más alejadas de lo que parece, pues aunque las veamos en muchos lugares a nuestro paso, la forma de realizarlas y el origen de las mismas es algo poco explorado.
Los ingredientes son conocidos: azúcar, papel y colorante vegetal, pero su base es un enigma pues las originales calaveritas de azúcar, que empezaron a usarse desde tiempos prehispánicos, se realizaban con moldes de barro constituidos de varias piezas que se unen para dar vida a la calavera que será decorada posteriormente.
Y pocos son los artesanos que aún mantienen la tradición de la realización original de las mismas y el hecho de conseguir un molde original puede constituir todo un reto, como ocurrió en la producción del programa A cada quien su santo, que entre sus diversos temas, retomó esta tradición en el personaje encarnado por Concepción Márquez, quien da vida a una creadora de dulces típicos mexicanos.
La actriz, dentro de su personaje llamado ‘Cándida’, fue testigo de la creación de estos dulces típicos y resaltó la importancia de los mismos, así como de la tradición del festejo de Día de Muertos en su totalidad.
“Es nuestra tradición, no se puede perder. Es responsabilidad de todos nosotros seguirla inculcando, porque además es algo muy hermoso que nos identifica como pueblo y nos une, es una fiesta y un espíritu de celebración a la muerte”, explicó la actriz.
En una residencia en el Pedregal, una cocina tradicional fue el espacio donde se recreó el proceso de creación de las calaveritas de azúcar.
Un fuerte olor se adueñó de cada uno de los espacios de la casa, donde las duyas, hechas con bolsas de plástico que contenían azúcar con color vegetal, ya rodeaban las mesas; mientras el fuego seguía su curso para convertir el producto de la caña en el líquido casi transparente, que ya seco y sin molde, dejaría a la vista una blanca calaverita.
Pasado el duro proceso de conseguir los moldes, y luego de lograr sacar el azúcar convertida en una endeble piedra, lo demás fue diversión; pues sólo restaba colocar pedazos de papel y hacer formas en cada uno de los adornos que recordarían a un ser querido o celebrarían la vida de algún familiar.
Además de Concepción Márquez, Javier también formó parte de la grabación de este singular capítulo, en el que se aborda el tema de la tradición de los dulces típicos, como las calaveritas y el pan de muerto.
“Para mí es un día muy bonito, porque en pocos lugares del mundo podemos tener esta vivencia de la muerte tan llena de colorido, de sabor y olores”, finalizó.
El show
En este capítulo también se aborda el tema de la migración y de la enfermedad.
Tanto el personal de ambientación, como el de utilería consiguieron todos los ingredientes; así como los moldes, que incluso no lograron comprar, sino que fueron rentados por un artesano de la Ciudad de México.
En este episodio, como en cada uno del programa, de A cada quien su santo, se relaciona la historia con una divinidad, en este caso El Santo Niño de Atocha.
Fuente: (Milenio/Ana Lucía Altamirano)