La Ley Beltrones

fiscal 2011 bajo la nomenclatura  de “Ley de Fomento al Primer Empleo”.
La idea de Beltrones es tan certera que no había manera de que diputados y senadores de otros partidos se opusieran al priísta dada la emergencia del fomento de empleo útil, digno, bien remunerado primordialmente con un contrato formal lo que implica las prestaciones de Ley.
Con ello se demuestra que cuando se quiere se puede superar todo tipo de barreras políticas, rebatiñas y chantajes partidistas ha sido muy interesante este logro sin dificultad alguna, una prueba de la tenacidad política de su mentor.
Ni siquiera Ernesto Cordero, titular de la Secretaría de Hacienda, ofreció resistencia a pesar de que para darse este estímulo el erario dejará de captar 7 mil 600 millones de pesos por concepto de ISR el próximo año.
Con la Ley de Fomento al Primer Empleo las empresas podrán beneficiarse de una reducción de hasta un 40% del ISR demostrando que son patrones que están contratando por vez primera a una persona (preferentemente joven) con un tabulador de hasta ocho veces el salario mínimo, ofreciendo un contrato formal, con prestaciones y duna vigencia de al menos tres años.
La intención es clara: romper el circulo vicioso creado entorno al mercado laboral principalmente con jóvenes universitarios y técnicos que egresan de las aulas  y no logran insertarse en empresas públicas ni privadas y tienen como reducto quedarse en casa, subemplearse, autoemplearse o pasar directamente a las filas de la economía informal.
Igualmente, romper el letargo de esos miles de jóvenes dejados en sus casas que ni estudian ni trabajan, empero, son seres productivos  que nadie  toma en cuenta.
El eslabón de  unir a los egresados de las universidades y escuelas técnicas con los puestos laborales ofertados tanto por la iniciativa privada  y pública ha fracasado desde tiempo atrás.
Preocupa en el presente y futuro el desequilibrio evidente e inminente entre la curva de oferta y demanda que forman el mercado laboral.
Ha sido un grave error entregarle la creación de puestos de trabajo a  la mano del laissez faire, laissez passaire, jamás las fuerzas del mercado por si mismas corregirán desequilibrios y menos aquellos relacionados con la disponibilidad de hombres y mujeres con preparación, talento o algún grado de preparación listos para desempeñar una actividad productiva.
A COLACIÓN
El motor del empleo en México son las pequeñas y medianas empresas (Pymes).
Por su clasificación sabemos lo siguiente, de acuerdo con el INEGI: en el país  existen  5 millones 144 mil 056 empresas de las que el 95.2% son microempresas; 4.3% pequeñas empresas; 0.3% medianas y el 0.2% son de tamaño grande.
Las Pymes son responsables del 79% del empleo en el país seguramente muchas de éstas lograrán beneficiarse  de la nueva ley ojalá que las grandes empresas muestren también su interés por las deducciones en tiempos en que ni la administración ni las finanzas de las empresas de  gran tamaño andan bien.
Las grandes empresas tienen sus áreas de acción más inmediata en arreglar sus problemas financieros más que en derramar empleo estable y bien remunerado.
Muchas  como Vitro, Modelo, Femsa, Cemex están más ocupadas en reducir su vulnerabilidad, arreglar deudas, reasimilar los costos provocados por sus procesos de expansión y llevar a cabo negocios fuera de las fronteras no siempre exitosos.
Mientras tanto las empresas extranjeras apuestan por los trabajos de bajo costo, mano de obra barata y tampoco tienen entre sus planes una gran expansión laboral.
GALIMATIAS
Cómo cambian los tiempos, veamos por ejemplo el sector bancario que por décadas ofreció puestos de trabajo estables y dignamente remunerados. El personal de un banco ingresaba joven a sus filas y generalmente dejaba su empleo hasta la jubilación.
El esquema de prestaciones, créditos y premios era magnífico, desafortunadamente aquellos días quedaron muy en el pasado porque con la privatización y extranjerización posterior del sistema financiero, las instituciones de crédito perdieron su calidad como empleadores.
Y no logran recuperarla. A partir de estadísticas de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV) encontramos que en junio de 2005 laboran para la Banca un total de 122 mil 187 personas.
Cinco años después, en junio de 2010, el panorama es el siguiente: el personal de las instituciones de crédito suma 102 mil 779 personas, es decir, 15.88% menos que los empleados de junio de 2005.
Además los banqueros se las han ingeniado para promover el  outsourcing, una forma de ofrecer contratos chatarra, trabajo temporal y reducir costos fijos porque obtienen servicios provistos por un personal que no está directamente en nómina y al que no aportan ventajas de ningún tipo,  ni de seguridad social, salud pública, etc.
De esta manera la CNBV informa que en junio de 2010 un total de 57 mil 087 personas están registradas como “prestadores de servicios” para la Banca.
Tenemos allí lo “mañoso” del asunto de los manejos del tema laboral en un país con tantas clasificaciones del mismo y en el que las cifras del empleo y desempleo provocan tantas dudas por sus métodos de medición y porque por principio y final de cuentas ambas están al arbitrio de quienes nos gobiernan.
Resultará interesante saber qué tanto realmente aprovecharán las empresas grandes los beneficios fiscales que pueden obtener de crear empleos formales.
P.D Una sucesión adelantada se respira en el aire, los políticos están tomando posiciones  perfilándose al igual que los medios de comunicación muchos lamentablemente al servicio de éstos. Lo vemos con las cadenas de televisión, sus presentadores y los contenidos.
La cacería de brujas acelera y tal parece que los temas de escándalo apenas inician. Por lo pronto, Manlio Fabio Beltrones sigue siendo en el tablero de la política, la pieza más hábilmente colocada y con esa tenacidad va sumando puntos interesantes.
P.D. Le invito a que opine del tema en mi blog http//claudialunapalencia.blogspot.com.

Leave a Reply