Pensiones: el cisma social

franceses protestando en casi toda Francia.
En los últimos días un buen número de estudiantes  universitarios añadieron lazos de solidaridad con sindicatos de empleados, desempleados, asalariados en general bajo la voz de “queremos vivir mejor que nuestros padres, no peor”.
En suma, la propuesta de Sarkozy para darle oxígeno a las arcas públicas por el lado de las pensiones es el siguiente: incrementar la edad de jubilación del trabajador francés, aumentando de  60 a 62 años la edad mínima legal para dejar de trabajar a partir de 2018; para cobrar una jubilación al 100% es necesario tener 65 años o a partir de 60 (antes de la reforma), con aportaciones durante 40.5 años en 2010 (41 años a partir de 2012). La reforma prevé elevar la edad a 67 años.
Para el trabajador implicará trabajar más para aportar más para su jubilación futura y deberá ser más  viejo para poder pensionarse al menos al 100 por ciento.
En Francia, de acuerdo con el Ministerio de Economía, una jubilación de cada 10 es financiada por deuda, provocando una inminente carga para la administración pública en momentos en los que la crisis de 2008 desnudó graves debilidades económicas, financieras, administrativas y  manejo de deuda en buena parte de los países del orbe.
Sarkozy pretende ganar tiempo, aunque socialmente hay un problema servido en la mesa de la inestabilidad civil precisamente en un país caracterizado de orientarse al Estado Benefactor defensor de “la libertad, igualdad y fraternidad”.
En sí el problema de las pensiones es, a mi juicio, una bomba de tiempo lista para explotar sea en Francia, Estados Unidos, España o México.
Se trata de una de las graves deficiencias de un sistema capitalista amamantado con las plusvalías de los trabajadores e incapaz de retribuirles de forma honrada y justa.
¿Qué hará un mundo demográficamente desequilibrado después de 2030? ¿Qué hará el mundo con millones de personas de más de 65 años de edad sin vivienda propia, muertos de hambre por una pensión miserable, sin cobertura suficiente de salud pública? ¿Qué hará el mundo para atender a millones de personas de la tercera edad mendigando en la calle?
Es la nueva versión “de los miserables” de Víctor Hugo trasladada al siglo XXI con el argumento de pensionados vejados, robados, explotados y marginados. Cosette envejeció.
Los capitalistas no aprenden del pasado para prevenir precisamente en el futuro cercano una eclosión civil, hay demasiado malestar entre la gente no únicamente en Francia en buena parte del mundo por los malos sueldos, la pérdida de prestaciones, vivir más y trabajar más para lograr tan poco mientras que en un puñado de  monopolistas y oligarcas concentran la mayor parte de la riqueza global.
A COLACIÓN
México tiene un sistema de pensiones inacabado al que debe ponerse énfasis  para asegurarle a la gente con afore (sobre todo jóvenes) que cuando dentro de 20, 30 o 40 años estén listos para pensionarse, en efecto, su dinero estará esperándolos porque la afore seguirá funcionando.
Además es necesario un  sistema de pensiones más flexible hay millones de cuentas en las afores que desde hace 5 y 10 años no tienen ninguna aportación de las personas porque básicamente dejaron de trabajar para un patrón formal y están dentro de la economía informal, subempleo o  autoempleo, etc.
Ese dinero acumulado al que no se le ha añadido nada en 5 o 10 años corre el riesgo de ser insuficiente para en un futuro convertirse en una pensión digna para ese ex trabajador que aguarda pacientemente pasar de los 60 años para obtener parte de los recursos.
Para las cuentas sin movilidad en un determinado lapso de tiempo sea un quinquenio o una década debería permitirse al ex trabajador retirar toda la cantidad para que él tome la mejor decisión de usarlo para poner un negocio propio o bien guardarlo en un banco o fondo de inversión pero con la facilidad de  disponer de éste en cualquier emergencia.
Actualmente puede accederse a una mínima parte del dinero en la afore por motivos de matrimonio por vez primera y cada cinco años por desempleo pero es también una bicoca y una serie de trámites engorrosos.
Como siempre pasa en México “a río revuelto, ganancia de pescadores”, miles de personas aportaron a una afore cuando eran trabajadores formales una vez dejaron de serlo piensan que su dinero para su pensión desapareció;  muchas ni siquiera saben en qué afore está, no les llega ningún estado de cuenta, por tanto lo dan por perdido cuando no es así.
Mañosamente ninguna autoridad gubernamental preocupa por buscarlos, recordarles que tienen dinero en la afore que va incrementándose cada año de acuerdo con la estrategia de inversión que la siefore realiza.
Definitivamente es obligación del gobierno y los legisladores reforzar el sistema de pensiones en México, flexibilizarlo en los retiros totales para cuentas  con una inmovilidad en sus aportaciones superiores al quinquenio o la década.
Contar además con un esquema efectivo de protección para resguardar las pensiones en caso de quiebra de una afore y siefore, evitar un mayúsculo daño social en un país en el que con tanta facilidad suceden fraudes, desparecen liquidaciones de los trabajadores, la Ley Laboral está al arbitrio de los empresarios y la raza de bronce tiene que conformarse con quedarse sin nada.
Cuidado porqué México va caminando a incrementar el número de personas de la tercera edad y el panorama podría ser muy complicado si el gobierno no previene en materia financiera, las afores quiebran y  el número de personas en la economía informal aumenta en relación al esquema laboral formal.
Preocupa que los legisladores estén tan ocupados en atender asuntos políticos partidistas, la próxima sucesión Presidencial, el tenor del reparto de las cuotas de poder y no tengan interés real en revisar el esquema de pensiones, defender verdaderamente una protección para el trabajador y su retiro.
P.D. Le invito a que opine del tema en mi blog http//claudialunapalencia.blogspot.com.

Leave a Reply