Cumple el “Museo del Templo Mayor” 23 años de mostrar la riqueza de la vida social y religiosa mexica

INAH para crear el Museo de Tenochtitlan se transformara en el Proyecto Templo Mayor.

Así surgió el Museo del Templo Mayor, recinto que abrió sus puertas el 12 de octubre de 1987 y hasta ahora ha recibido a más de 14 millones de visitantes. Su creación fue consecuencia de las excavaciones arqueológicas realizadas por el Proyecto Templo Mayor en su primera temporada, entre 1978 y 1982, las cuales se hicieron bajo la dirección de Eduardo Matos Moctezuma y permitieron recuperar una colección de más de 7 mil objetos, así como los vestigios del Templo Mayor de Tenochtitlan y de algunos edificios aledaños.

El Templo Mayor y el Recinto del Templo Mayor fueron el centro absoluto de la vida religiosa mexica, Tenochtitlan. Además, en el Recinto del Templo Mayor confluían los aspectos más importantes de la vida política, religiosa y económica de los mexicas, esferas inseparables de su mitología. Ahí tenían lugar desde las fiestas que el tonalpohualli marcaba, hasta la entronización de tlatoanis y funerales de viejos gobernantes. Su construcción se realizó en siete etapas y con el paso del tiempo el Templo alcanzó una altura aproximada de 60 metros.

Al referirse a este museo que hoy cumple 23 años, el arqueólogo Eduardo Matos Moctezuma, investigador emérito del INAH, señala que uno de los aspectos prioritarios dentro del Museo del Templo Mayor es la investigación.

“Al inaugurarse el Museo en 1987, los investigadores se concentraron en él y continuaron con los diversos estudios en proceso. Del análisis bibliográfico realizado por Nelly Gutiérrez Solana se desprende que entre 1978 y 1987 se han publicado alrededor de 150 fichas, entre libros científicos, de divulgación, artículos, ponencias, guías, folletos, etcétera; realizados tanto por investigadores del Proyecto mismo como por investigadores nacionales y extranjeros especialistas en los mexicas y para quienes las evidencias encontradas en el proceso excavatorio dieron un nuevo ímpetu a los estudios de esta sociedad.

“La cifra de publicaciones se ha incrementado casi al doble. Hay que resaltar que algunas de las publicaciones de investigadores del Museo han alcanzado premios, tanto en nuestro país como en el extranjero. Otros trabajos han merecido ser reimpresos y cabe destacar que las publicaciones del Templo Mayor no sólo son de las ramas antropológicas, sino que también se han dado a conocer resultados en biología, restauración e historia. Hasta el momento se han presentado muchas tesis profesionales en arqueología, antropología física, en restauración, en botánica, en fauna, en computación, entre otros temas (aproximadamente 30 tesis de licenciatura, maestría y doctorado)”, indica Matos Moctezuma.

El Programa de Arqueología Urbana comenzó en 1991 y tiene como finalidad estudiar el antiguo Recinto Sagrado de los mexicas, el cual cubre siete manzanas actuales del Centro Histórico. Se han realizado trabajos de rescate arqueológico en la Catedral Metropolitana; costado norte del Palacio Nacional; Donceles 97; Justo Sierra 33; edificio de los Marqueses del Apartado y en la esquina de Guatemala y Argentina. En todos ellos han salido nuevos y ricos datos que vienen a unirse a los ya conocidos del área.

Eduardo Matos Moctezuma fue el coordinador de este proyecto de investigación que cuenta con la participación de los más diversos científicos y que en 1991 se vio ampliado con la formación del Programa de Arqueología Urbana (PAU). La creación del Museo, la actualización de sus contenidos y la presentación de exposiciones temporales se ven enriquecidas por los trabajos realizados en lo que se ha constituido como un centro de investigación de la cultura mexica. La investigación en el sitio continúa y no obstante los descubrimientos recientes, los arqueólogos consideran que aún quedan muchas interrogantes por contestar.

El actual director del Museo del Templo Mayor, Carlos Javier González González, señala que el quehacer cotidiano de todo el personal que labora en se Museo se encamina a cumplir con los objetivos generales del INAH, los cuales son investigar, difundir, conservar y proteger el patrimonio prehispánico y colonial de México.

“Al mismo tiempo, su colección se ha visto incrementada, gracias a los trabajos que ha venido realizando el Programa de Arqueología Urbana en el perímetro del antiguo recinto sagrado de Tenochtitlan desde 1991, mientras sus aportes al conocimiento de la sociedad mexica han sido constantes y fructíferos, a través de los estudios realizados por el equipo de investigadores del museo”, indica.

El Museo del Templo Mayor está distribuido en ocho salas, cuatro en su costado sur y otras tantas en su costado norte. El proyecto museográfico original se basa en la distribución misma del Templo Mayor, en el cual se rendía culto a dos divinidades: a Huitzilopochtli, dios solar de la guerra y patrón de los mexicas, cuya capilla se encontraba en el lado sur del edificio, y a Tláloc, dios de la lluvia vinculado de manera directa con la agricultura, cuyo templo ocupaba el lado norte.

De esa manera, las cuatro primeras salas están dedicadas a Huitzilopochtli y en un sentido amplio a la guerra, incluyendo los productos obtenidos por los mexicas a través de sus conquistas territoriales, mientras las cuatro últimas tratan sobre Tláloc, la agricultura y la explotación que los mexicas hicieron de los recursos naturales en general.

Al centro, en el segundo nivel del museo, se encuentra su pieza estelar: la gran escultura circular que representa a la diosa lunar Coyolxauhqui. Se trata de la joya principal del Museo del Templo Mayor, no sólo por su magnitud y belleza, sino porque gracias a su hallazgo accidental, ocurrido en la madrugada del 21 de febrero de 1978, dieron inicio las excavaciones del Proyecto Templo Mayor.

Sin embargo, desde este año el Museo del Templo Mayor ya cuenta con otra “pieza estrella”: la escultura mexica de Tlaltecuhtli (Señor-Señora de la Tierra), considerada la de mayores dimensiones rescatada hasta la fecha en la historia de la arqueología en México.

La monumental escultura mexica, de 4 metros de alto por 3.57 de ancho, fue  encontrada en 2006 por el equipo de Arqueología Urbana, que ahora comanda Leonardo López Luján, en la sexta etapa constructiva del Templo Mayor que corresponde a la época en que gobernó Ahuizotl.

Tras ser sometida a un largo proceso de restauración, al igual que las impresionantes ofrendas localizadas en su contexto, esas obras forman parte de la exposición Moctezuma II. Tiempo y destino de un gobernante, que permanecerá en exhibición en el Museo del Templo Mayor hasta enero de 2011.

En relación con las ofrendas, Matos Moctezuma ha dicho que son impresionantes y un tanto diferentes a las 160 que hasta ahora se habían descubierto. De su contenido, destaca los esqueletos de 13 águilas (símbolo del Sol) superpuestas viendo hacia el poniente, en alusión al astro rey que por la tarde declina en esa dirección.

“La escultura de Tlaltecuhtli, es una de las grandes obras de Moctezuma, pues fue él quien la mandó a hacer en honor de su antecesor Ahuizotl. Con ella, se complementa bastante bien esta muestra sobre uno de los principales gobernantes mexicas y que recibió más de 200 mil visitantes cuando estuvo en el Reino Unido”, indicó Matos Moctezuma.
MAC

Fuente: (CONACULTA)

Leave a Reply