Resucitar la planificación

planes, programas, políticas y estrategias, el país va camino de tirar a la basura el bono demográfico y con ello toda posibilidad real de pasar el año 2050 con una mejor estructura poblacional,  menor brecha social y más repartido los beneficios cualitativos propios del crecimiento y el desarrollo económico.
Planificar permite cubrir además del corto y mediano plazo también un   horizonte largo y este tipo de acción es precisamente imprescindible primordialmente cuando la  demografía y su composición imponen duros desafíos.
Algunos días atrás  caí en esta reflexión tras revisar detenidamente el anexo estadístico del Cuarto Informe de Gobierno entregado el 1 de septiembre al Congreso de la Unión como parte de las actividades del presidente Felipe Calderón.
Cabe mencionar que su consulta se encuentra disponible en www.presidencia.gob.mx, vale la pena darle una leída y revisada al anexo para identificar las enormes contradicciones.
El manejo estadístico de las cifras oficiales siempre ha dejado mucho que desear en el país y es una pena que ni los programas sociales ni las cifras logren estar exentas de los intereses políticos o los vientos electorales del momento.
Se trata de un reclamo que todas aquellas personas que trabajamos con estadísticas hacemos y créame, amigo lector, que la percepción no es únicamente interna, muchos investigadores extranjeros en México padecen por analizar series estadísticas en determinado tiempo cuyo maquillaje es difícil ocultar con los cambios de metodología.
Es una pena el manoseo en las cifras, las disparidades entre lo que dice el INEGI, Banco de México y Hacienda, fundamentalmente.
Por ende, para facilitar el análisis a favor de la planeación es menester salvaguardar las estadísticas de los apetitos políticos del momento.
Por lo pronto trabajar con los datos disponibles es tener una arena movediza, empero no hay más.
Dice el anexo estadístico que en el México del Bicentenario viven 108 millones 396 mil 200 personas, dominan las mujeres (55 millones 166 mil 400) respecto de los hombres (53 millones 229 mil 800).
Por grupos de edad, la distribución de la población es la siguiente: de 0 a 14 años de edad de 30 millones 489 mil 600; en el amplio intervalo de 15 a 64 años un grueso de 71 millones 493 mil 800 personas; y de 65 años y más  son 6 millones 412 mil 800 personas.
Si lo comparamos con la demografía de 1980 observamos cambios muy interesantes suficiente argumento para demandar una planificación moderna, realista, adecuada a los nuevos desafíos pautados precisamente por las necesidades de la población.
Por ejemplo, en 1980 la población estaba distribuida de la siguiente manera: de 0 a 14 años 30 millones 077 mil 500 personas; de 15 a 64 años de edad 34 millones 433 mil 400 personas; y de 65 años y más 2 millones 873 mil 300.
Treinta años después, en México encontramos que la población de 15 a 64 años de edad más que duplicó y la de 65 años y más triplicó.
Por ende es muy relevante entender las nuevas necesidades de la población del siglo XXI a fin de no desperdiciar las ventajas ofrecidas por el bono demográfico.
Me parece un error  atender a la población actual con base a seguir construyendo las mismas viejas políticas del pasado, el de 10, 20 o 30 años atrás cuando el rostro del país no tiene nada que ver con el actual.
A C0LACI0N
En 2010 predomina la población de 15 a 64 años de edad, es decir,  una en edad productiva, disponible para el trabajo, ávida de una retribución y de participar en el valor agregado.
¿Qué tipo de políticas públicas  han sido construidas para atender a este grupo? Ninguna. Se les sigue tratando como si fuera la década de los ochenta, salvo que el valor del precio de la mano de obra ha decaído al ritmo de la pérdida de sus prestaciones porque el desequilibrio deriva de muchas personas en  edad productiva ante una oferta reducida tanto en el sector público como privado.
Deberían elaborarse políticas públicas que preparen a un determinado número para ser empleados públicos, otros para ingresar a la iniciativa privada y otros más para encontrar los estímulos reales para convertirse en patrones y mediante su empresa derramar más empleo.
No reconocer el nuevo rostro demográfico del país y planear conforme a éste puede significar un error imperdonable.
Igualmente sucede con la población de 65  años y más que en la década de los ochenta era  de 2 millones 873 mil 300 personas y que, treinta años después, triplicó a 6 millones 412 mil 800 personas.
Después de 2030 seguirá triplicando, el problema es que la población de 6 millones 412 mil 800 personas está pasándola muy mal, sin pensiones, sin vivienda, sin cobertura de salud, ni acceso fácil a los servicios públicos. Viven con dificultades hasta para salir a la calle porque caminar por las banquetas es arriesgarse a romperse una pierna.
Por eso no se ven casi hándicaps en México no porque no existan,  porque todos saben que si para personas sanas es  complicado movilizarse para discapacitados mayores lo es más.
Tampoco para este grupo se ha realizado una planificación real, correcta, objetiva para sus necesidades, integral en todos los sentidos.
Sé de muchas personas mayores de 70 años que en pleno 2010 deben seguir laborando de lo que sea explotadas como “cerillos” en las cadenas de tiendas departamentales y de autoservicio que no les proporcionan nada más que la autorización para estar  guardando la compra de la clientela en las bolsas y sobreviviendo por la  voluntad.
Simplemente hagamos juntos una reflexión:  si hoy en día usted no tiene nada que lo cubra, ni seguro médico, ni vivienda propia, ni aporta para una pensión, cómo será su vida dentro de 10, 20 o 30 años.
El gobierno no lo está previendo, únicamente limita su tiempo a atender el día a día, resolver lo más inmediato y dejarle la bomba de tiempo al que ya llegará.
México será un país con muchos mayores después de 2030 y habrá entonces una mayor tensión social.
P.D.  Le invito a que opine del tema en mi blog  http//claudialunapalencia.blogspot.com.
*Economista y columnista especializada. Con estudios de doctorado por  la Universidad de Alcalá, tiene dos libros publicados y participa en distintos foros de radio y televisión con opiniones sobre educación financiera, economía y finanzas personales.  Puede contactarla en: claulunpalencia@yahoo.com

 

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