Brasero ceremonial con la efigie de la diosa mexica Chicomecóatl es recibido en Tláhuac con danzas, música y una procesión

Regional Comunitario Cuitláhuac, a partir de este sábado 4 de septiembre.

Fue el 3 de agosto de 1995 cuando Jesús Galindo Ortega, al trabajar algunos cultivos en tierras de San Pedro Tláhuac, descubrió bajo la maleza los cinco braseros ceremoniales, elaborados en barro cocido con una capa de estuco, todos de grandes dimensiones (que van de los 106 a 120 centímetros) y con una riqueza ornamental que podía apreciarse gracias a su buen estado de conservación.   

Se trata de piezas de gran calidad, que representan a sacerdotes vestidos como dioses y que participan en una ceremonia dedicada al maíz y a la fertilidad, como se advierte en la lámina 36 del Códice Borbónico, en la que se aprecia la imagen de varios señores que tienen los mismos elementos iconográficos de los braseros, y quienes están participando en una ceremonia llamada #Titl#, dedicada a la fertilidad.

Los braseros representan a Xilonen, diosa de la fertilidad; Chicomecóatl, diosa del maíz maduro; Tláloc, dios de la lluvia; Nappatecuhtli, sacerdote de Tláloc, y Chalchiuhtlicue, diosa del agua.

Considerado un descubrimiento histórico en la arqueología mexicana, el hallazgo fue notificado al Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH-Conaculta), y el arqueólogo Pedro Ortega, de la Dirección de Salvamento Arqueológico, al acudir al sitio quedó sorprendido por la belleza de las piezas de la cultura mexica, que datan del periodo Posclásico Tardío, entre 1500 y 1520 d.C.

En cuanto a la riqueza iconográfica de los braseros, la diosa Chicomecóatl carga un cetro con dos mazorcas, con las cuales intenta dotar de energía al campo para una buena cosecha; Xilonen porta un tocado con plumas de quetzal, que representa a la mazorca tierna; Tláloc tiene rostro humano y porta una máscara del dios de la lluvia, además de un tocado con varias protuberancias que representan los cerros de donde nacen los ríos; Nappatecuhtli presenta un adorno en la cabeza con el rostro de Tláloc, y Chalchiuhtlicue, de la cual no se pudieron rescatar sus elementos iconográficos, porque se halló incompleta.

Una vez realizado el salvamento arqueológico, las piezas fueron sometidas a un proceso de restauración. Finalmente, en 2001 fueron llevados al Museo Nacional de Antropología para su exhibición permanente en la Sala Mexica, donde cientos de personas admiran a diario la belleza de cuatro de los cinco braseros ceremoniales, ya que se determinó no incluir la pieza deteriorada.

Los braseros prehispánicos han formado parte de exposiciones internacionales, como Aztecas, en la Royal Academy of Arts, en Londres; #Tesoros de los aztecas#, en el Palacio Ruspoli, en Roma, Italia; #El imperio azteca#, en los museos Guggenheim, de Nueva York y Bilbao;  #El Panteón Azteca y el arte del imperio#, en el Museo Paul Getty, en Los Ángeles, EU.

Una réplica fiel en cuanto a tamaño (de 1.10 m de altura por 70 cms de ancho), forma y riqueza iconográfica de la diosa Chicomecóatl, realizada durante más de un año en los Talleres de Reproducciones del INAH,  entregará el Instituto este sábado a la comunidad de Tláhuac, con motivo de la celebración del 15 aniversario del hallazgo.

El arqueólogo Pedro Ortega abundó que este brasero presenta una rica policromía en rojo, blanco, negro y azul. “Esta pieza presenta en su parte posterior un recipiente en el que se colocaba el copal que se ofrecía a los dioses en la época prehispánica, en agradecimiento por un buen ciclo de lluvias y abundantes cosechas”.

Para su recibimiento, los habitantes han organizado una fiesta, este sábado 4 de septiembre a partir de las 11:00 horas, en la que habrá danzas, música y una procesión que partirá de la explanada de la delegación Tláhuac al Museo Regional Comunitario Cuitláhuac, que será la sede de esta valiosa pieza.

Jesús Galindo Ortega, quien preside la Alianza de los Barrios Tizic, Tecpancalco, Atenchincalca y Teopancalco A.C., comentó que el INAH irá entregando a la comunidad reproducciones de los otros cuatro braseros hallados en Tláhuac, para su exhibición en el museo de la localidad.

“De acuerdo con el ofrecimiento hecho por el Instituto a la población, esto se haría una vez que nos hayamos constituido en asociación civil y órgano coadyuvante en la preservación del patrimonio arqueológico e histórico.

“De este modo, años atrás se creó dicha asociación civil, y se fundó el Museo Comunitario Cuitláhuac, que actualmente cuenta con un acervo de 80 piezas arqueológicas, entre ellas, esculturas en piedra, vasijas y sellos.

“Todo este trabajo ha permitido crear conciencia en la comunidad sobre la necesidad de preservar el patrimonio arqueológico de Tláhuac, que fue un centro ceremonial mexica muy importante, de tal suerte que desde mediados del siglo XX se ha registrado el descubrimiento de diversas piezas. Sin embargo, a partir del hallazgo de los braseros, la gente se ha interesado más en la conservación de este patrimonio y ha donado al museo las piezas que poco a poco ha ido encontrando”, subrayó Jesús Galindo.

El Museo Regional Comunitario Cuitláhuac se ubica en calzada Tláhuac Chalco 63, barrio La Magdalena, centro de Tláhuac.

Fuente: (INAH)

 

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