Desplazamientos internos

demográficos interestatales, de la migración interna, y en algunos casos de la migración internacional
En los últimos años, el Gobierno Federal camina en el sendero de la astringencia de las finanzas públicas delimitando en muchos sentidos la derrama prespuestal hacia los gobiernos de los estados.
El punto es que la propia Conferencia Nacional de Gobernadores (CONAGO) discute la necesidad de mayores recursos para atender prioridades ciudadanas que tienen que ver con una seguridad más efectiva y una serie de demandas en torno a los servicios y la economía local.
Nosotros concordamos que las finanzas merecen atención pero sin descuidar otras cuestiones ineludibles para las políticas públicas, la acción gubernamental de las entidades y la toma de decisiones en aspectos como atender las prioridades ciudadanas.
El meollo de la cuestión es, ¿qué tan preparada está su entidad para seguir recibiendo nuevos flujos de migración interna? ¿Para acoger a las familias que dejan su terruño natal para buscar ciudades más seguras, menos violentas, con mejor calidad de vida y con servicios constantes como el agua, cuyo suministro  ha recrudecido en muchas ciudades del país?
El planteamiento no deriva de un conflicto de explosión demográfica en un país rumbo a los 110 millones de habitantes, según estimaciones del Consejo Nacional de Población (CONAPO), más bien la exposición está enfocada al movimiento humano interno, a la gente que está cambiando de lugar de residencia expulsada por la violencia y el miedo más que por necesidades económicas.
También se abandona un lugar por la recurrente afectación de fenómenos naturales o inclusive, la falta de agua.
Hay un cambio apreciable en la corriente humano-migratoria en el país: hace veinte años, el Distrito Federal y diversas zonas del Estado de México fungieron de imán para atraer a la gente del campo. Fue el éxodo de la zona rural hacia la conquista de las grandes urbes.
Actualmente sucede todo lo contrario, la gente del campo sale a Estados Unidos y la del Distrito Federal cambia de residencia a otras entidades; además ppobladores del norte del país huyen a vivir hacia Estados Unidos o eligen estados del sur de México.
En muchas ciudades son notables los movimientos y reacomodos  simplemente porque éstas no estaban preparadas para recibir a nueva  población  y ello ha trastocado la vida interna de las personas naturales de cada entidad que han debido sufrir por una “importación” de males: creciente tráfico vehicular, mayor demanda por servicios con consecuente aumento en su precio; boom de fraccionadores que reciben sendas licencias para construir sin previo estudio de datos de tensión hídrica, daño ambiental y ecológico; aumento del precio del alquiler de las casas y departamentos; y del precio de venta por metro cuadrado de los terrenos.
En ciudades como Cuernavaca, Puebla, Querétaro, Guadalajara, Morelos, Hidalgo, León, Morelia y diversos municipios del Estado de México existe un deterioro en la calidad de vida derivada de una infraestructura rebasada por las propias condiciones demográficas y de natalidad de cada ciudad pero también por la migración interna.
Este grupo de ciudades podemos encuadrarlas dentro de un primer movimiento humano que empezó a trasladarse a partir del terremoto de 1985 con epicentro en la  ciudad de México.
Otro segundo movimiento humano sucede a finales del siglo XX ante la  inseguridad y bajas posibilidades de encontrar empleo, lo que impulsa a la población a buscar ciudades que cuentan con una derrama turística como: Cancún, Puerto de Veracruz, Tampico, Jalapa, San Luis Potosí, Acapulco, Oaxaca, Puerto Vallarta, Guanajuato, Colima, Baja California, Baja California Sur y Nayarit.
En un tercer orden ubicamos a ciudades del sur-sureste del país que van recibiendo población del centro, aquí ubicamos a  Mérida, Villahermosa, Tuxtla Gutiérrez y Chetumal.
A COLACIÓN
¿Qué ha pasado con la migración interna en las últimas décadas en México? Según datos recabados por la CONAPO, INEGI y la Comisión Nacional de Derechos Humanos, catorce de cada mil mexicanos mudan anualmente su residencia cruzando los límites municipales dentro o fuera de la entidad federativa. Este flujo se compone de un 0.85% de migrantes interestatales y de un 0.56% de migrantes intermunicipales, lo que equivale a 4.1 y 2.7 millones de personas entre 1995 y 2000, respectivamente.
Una séptima parte de los municipios del país, es decir 368, presenta ganancias de población superiores al medio punto porcentual y la tercera parte de estos, 748, experimenta pérdidas de población superiores a ese rango, mientras que la mayoría de los municipios, mil 327 de ellos, están en equilibrio migratorio.
No obstante, la creciente diversificación de las actividades económicas ha conformado una nueva geografía de las migraciones internas caracterizada por que el Estado de México y el Distrito Federal conforman la región de donde parte la corriente migratoria más grande que reciben once entidades federativas, en contraste con el quinquenio 1955-1960, cuando la capital y su área circundante era el destino de del flujo que se originaba en 18 estados.
En términos absolutos, durante el último lustro del siglo pasado la corriente inmigratoria más cuantiosa, del Distrito Federal al Estado de México, rebasa los 30 mil y en sólo cinco estados es inferior a diez mil, mientras que a mediados del siglo pasado sólo en dos entidades el principal flujo migratorio llegaba a 30 mil personas anuales y en 21 estados era inferior a diez mil.
Durante el quinquenio de 1995 a 2000, cincuenta ciudades de diversos tamaños obtuvieron ganancias poblacionales debido a las corrientes migratorias. Además, hay 14 ciudades con atractividad migratoria que están en riesgo de que la disponibilidad de agua frene su desarrollo económico y social.
Por supuesto, la violencia y la inseguridad, han posicionado como los factores claves de expulsión de la población elevando en 2010 la corriente migratoria interna y la emigración.
P.D.  Le invito a que opine del tema en mi blog  http//claudialunapalencia.blogspot.com.
*Economista y columnista especializada. Con estudios de doctorado por  la Universidad de Alcalá, tiene dos libros publicados y participa en distintos foros de radio y televisión con opiniones sobre educación financiera, economía y finanzas personales.  Puede contactarla en: claulunpalencia@yahoo.com

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