Rememoran la caída de México-Tenochtitlan a 489 años del hecho histórico

carácter sagrado. El asedio extranjero culminó el 13 de agosto de ese año, con la caída de México-Tenochtitlan ante Hernán Cortés.

El próximo viernes 13 de agosto, al mediodía, el Museo Nacional de Antropología recordará por primera vez este suceso, que a su vez representa el fin de un periodo de más de tres mil años de historia mesoamericana y el inicio de un nuevo tiempo que, siglos más tarde, daría origen a la nacionalidad mexicana: la toma de la ciudad de México-Tenochtitlan hace 489 años.

El recinto del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH-Conaculta) llevará a cabo el ciclo de conferencias: Tiempo de sol. Voces indígenas de la Conquista, que se desarrollará los viernes de agosto con la participación de los especialistas Eduardo Matos Moctezuma, Leonardo López Luján y Diana Magaloni.

El viernes 13, como parte del inicio de estas actividades académicas se realizará la proyección de luz solar —sin daño alguno— hacia la Piedra del Sol, por parte del artista visual Luciano Matus, quien ha realizado proyectos de este tipo en sitios Patrimonio Mundial de México, Guatemala, Colombia, Perú, Paraguay, España, Italia e India.

Diana Magaloni Kerpel, directora del Museo Nacional de Antropología, ubicado en el Bosque de Chapultepec, expresó que la intención “es traer a la memoria a esos primeros héroes de lo que nos constituye hoy como nación mexicana. El encuentro del mundo mesoamericano con el europeo, pese a lo violento que fue, nos forjó como país”.

En el pensamiento prehispánico, la sabiduría, el conocimiento, representaba luz. Bajo esta idea, Luciano Matus (1971, Ciudad de México) diseñó un par de espejos que, desde fuera de la Sala Mexica, proyectarán indirectamente la luz solar hacia la Piedra del Sol, pieza central del museo, este proyecto artístico ha sido denominado por su autor como “Luz de tiempo”.

En palabras del artista, esta intervención sobre el también llamado “Calendario Azteca”, surgió luego de disertar en torno a los cambios fisonómicos de la Ciudad de México, desde la otrora lacustre Tenochtitlan, hasta la mole de asfalto que es hoy. Así mismo, es una reflexión de cómo los monolitos de la Piedra del Sol y la Coatlicue fueron constituyéndose, con el paso del tiempo, en símbolos de la naciente República Mexicana.

En los relieves del disco de la Piedra del Sol se reconoce el rostro de Xiuhtecutli, dios del fuego, quien emerge del agujero de la Tierra sujetando un par de corazones humanos y mostrando su lengua transformada en cuchillo de sacrificios, lo rodean los cuatro soles que antecedieron al quinto sol, inscritos a su vez en la secuencia de los veinte signos de los días.

La intervención juega con una serie de ideas: el concepto mesoamericano de la dualidad se manifestará mediante el par de espejos, a su vez, el Sol volverá a posarse sobre el monolito dedicado a este astro, de esa manera sutil y respetuosa se pretenderá reconocer el pasado y, a la par, brindar una connotación más a este monumento que originalmente funcionó como un altar de sacrificios; fue descubierto en 1790 en la Plaza Mayor de la antigua ciudad de México.

Mientras la luz solar se proyecte sobre la Piedra del Sol, en el interior de la Sala Mexica, se dará lectura a textos nahuas seleccionados por Miguel León Portilla, incluidos en el Libro XII del Códice Florentino, en voz del historiador Ignacio Silva Cruz, los cuales tratan sobre distintos momentos de la Conquista, a partir de los testimonios indígenas tlatelolcas, alusivos al recibimiento de Hernán Cortés de parte de Moctezuma II; la entrada de las huestes españolas a Tenochtitlan y su posterior sitio.

Más adelante, el investigador del Instituto de Investigaciones Históricas de la UNAM, leerá un par de documentos en náhuatl que fueron firmados por Emiliano Zapata en 1918, el primero de ellos es un manifiesto a través del cual invita a la gente del área de Puebla-Tlaxcala a unirse al Ejército Libertador del Sur; y otro más en el que metafóricamente habla de los terratenientes usando el término de coyotes, y exhorta a los campesinos a recuperar sus tierras.

Este acto, en el que se enlaza pasado y presente (de entrada libre), cuenta con el apoyo del Seminario de Cultura Náhuatl de la UNAM, el Fondo Nacional para la Cultura y las Artes, la Fundación BBVA Bancomer y el Fideicomiso Centro Histórico de la Ciudad de México.

Ciclo de conferencias

El ciclo de conferencias: Tiempo de sol. Voces indígenas de la Conquista, con la que se conmemorará la toma de Tenochtitlan, continuará el 20 de agosto con la participación de la doctora Diana Magaloni, directora del Museo Nacional de Antropología (MNA), quien dictará la ponencia La historia pintada de la Conquista de México que se conserva en el Códice Florentino.

Posteriormente, el 27 de agosto y 3 de septiembre, los arqueólogos del INAH Eduardo Matos Moctezuma y Leonardo López Luján, charlarán sobre La Piedra del Sol y La Coatlicue, respectivamente. Las conferencias tendrán lugar en la Sala Mexica del MNA a las 12:00 horas.

Como narra el profesor Eduardo Matos en su libro Las piedras negadas. De la Coatlicue al Templo Mayor, el hallazgo en 1790 tanto de la Piedra del Sol como de la Coatlicue trajo consecuencias importantes… “Cosas del destino, quienes habían destruido los monumentos del pasado indígenas por atribuirlos a obras del demonio, al paso del tiempo serán considerados como defensores de ellos… El retorno de los dioses era un hecho, pero aún habrían de ocurrir muchas cosas más…”.

Fuente:  (INAH)

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