Miles visitan “Moctezuma II” para apreciar las 220 joyas arqueológicas e históricas en el “Museo del Templo Mayor”

Desde su inauguración, el pasado 17 de junio —esta que representa primera muestra dedicada a un gobernante prehispánico—, hasta el 1 de agosto, ha sido recorrida por un total de 90 mil 915 visitantes, cifra que representa un incremento de 30 por ciento en la afluencia de público que registra en un mes este recinto y la zona arqueológica de la antigua ciudad de Tenochtitlan, y que asciende a 50 mil personas.

De esta cantidad, 79 mil 728 personas corresponden a público nacional, y 11,187 a extranjero, quienes han recorrido las vitrinas, mamparas y pasillos flaqueados de monolitos grabados, incluida la monumental escultura de Tlaltecuhtli, diosa de la tierra, que dan cuenta del imperio y la vida del último tlatoani mexica.

Esta propuesta museográfica permite apreciar un momento clave de la vida del gobernante mexica a quien le tocó confrontar un mundo totalmente diferente al que sus ojos estaban acostumbrados mirar: la lucha militar entre los conquistadores españoles y sus aliados indígenas contra los mexicas, refirió el arqueólogo Eduardo Matos, profesor emérito del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH Conaculta) y curador de la exposición.

La muestra “no pretende reivindicar a nadie, sino de abordar ese momento trascendental a través de la figura de quien encabezaba el imperio azteca, porque en la Conquista de México, fue el pueblo de Tenochtitlán el que se opuso a los españoles”.

Una de las piezas emblemáticas de la exposición es el Teocalli de la Guerra Sagrada, escultura en piedra volcánica, de 1.23 metros de alto por 92 centímetros de ancho y un metro de espesor, que en su cara principal tiene grabada una de las pocas imágenes que existen de Moctezuma II; y en la parte de atrás, la única representación prehispánica del águila parada sobre el nopal, símbolo de la fundación de Tenochtitlan.

“Por eso esta imagen con el tiempo se convirtió en el emblema de la resistencia contra el invasor europeo y es de las pocas insignias, que perduró durante la Colonia y hasta hoy, de tal forma que es uno de nuestros principales símbolos patrios.”

Matos detalló que los Insurgentes en tiempo de la gesta de Independencia buscaron reivindicar al México prehispánico que había sido destruido por España y construyeron la imagen de que ese mundo antiguo formaba una gran nación; sin embargo, “sabemos que los mexicas fueron enemigos de varios pueblos mesoamericanos, como el tarasco y por supuesto el tlaxcalteca; no había unidad en Mesoamérica, había guerras por la disputa de territorios, por eso cuando llegó Hernán Cortés hubo grupos indígenas que se le unieron.

“El resultado de la reivindicación de aquel mundo negado por España fue colocar el símbolo de Tenochtitlan en los símbolos nacionales”, dijo Matos.

La calidad estética del Teocalli de la Guerra Sagrada, aunada a su simbolismo, llevaron a los curadores a elegirla como la pieza que recibe al público que recorre Moctezuma II. Tiempo y destino de un gobernante.

“Además de esta pieza, existe una lápida en la que fue grabada la imagen de  Moctezuma Xocoyotzin autosacrificándose; en otros objetos arqueológicos sólo aparece el emblema que lo identifica: una diadema real, símbolo de los gobernantes y la nariguera.

Respecto al último tlatoani y su polémica muerte, Eduardo Matos señaló que lo que se conoce de él es muy poco y como ocurre siempre con los magnicidios, se dan varias versiones y nunca se llega a la verdad, “con relación a Moctezuma II hay dos opciones: por un lado la versión española que relatan cronistas como Bernal Díaz del Castillo, en las cuales dicen que el tlatoani recibe una serie de agresiones de su pueblo y por eso muere.

“En la muestra exhibimos el Códice Moctezuma, en el cual se ve que son los españoles los que matan a Moctezuma; como estudioso de la historia de México me inclino por esta segunda versión, porque creo que ya para ese momento el #tlatoani# no les era útil a los españoles, ya no podían manejar su figura ante las huestes mexicas, incluso era un estorbo”.

Otras piezas destacadas de la muestra son la copia del penacho de Moctezuma, pieza que originalmente se exhibe en el Museo Nacional de Antropología, aquí presentada como elemento de poder del #tlatoani#; objetos hallados en la Ofrenda 102 del Templo Mayor, que corresponde al momento que gobernó Moctezuma II, y que resultan atractivos para el público porque son de las pocas piezas de tela y papel que se conservaron a través de siglos.

Así mismo, una de las esculturas que atrae el mayor número de visitantes es el monolito de Tlatecuhtli, diosa de la tierra, que se muestra por primera vez al público junto con algunas de sus ofrendas, finalizó Matos Moctezuma.

Moctezuma II. Tiempo y destino de un gobernante permanecerá vigente hasta enero de 2011 en el Museo del Templo Mayor (Seminario 8, Centro Histórico), de martes a domingo de 9:00 a 17:00 horas. Costo de entrada 51 pesos.

Fuente:  (INAH)

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