Exposición “Diosas y mortales” muestra en Torreón el mundo femenino durante la época prehispánica

Torreón, Coahuila, donde permanecerá hasta enero de 2011.

La muestra, organizada por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH-Conaculta), está conformada por un centenar de piezas arqueológicas provenientes de las culturas olmeca, totonaca, nahua del Altiplano y mixteca, que se asentaron principalmente en Veracruz, Puebla y Tlaxcala.

Entre las piezas destacan esculturas de antiguas diosas, figurillas antropomorfas de mujeres, accesorios de jadeíta, obsidiana y cristal de roca, estuches de barro para “maquillaje”, peines de hueso y trozos de minerales que eran utilizados como espejos.

Procedente del Museo Regional de Puebla y bajo la curaduría del arqueólogo Eduardo Merlo, la exposición gira en torno a las actividades cotidianas que desarrollaba la mujer prehispánica, como la elaboración de textiles, la alfarería y la agricultura.

Así mismo, aborda uno de los papeles más importantes que tenía la mujer dentro de esta sociedad, la prostitución, que a diferencia de hoy en día, era bien vista por la comunidad, ya que era una forma de evitar que los hombres que iban a la guerra violaran a las mujeres de los pueblos conquistados, sostuvo Merlo.

La diversidad de actividades propias del sexo femenino en la época prehispánica quedó plasmada en objetos de uso cotidiano, figurillas de barro y esculturas de algunas deidades.

Entre los objetos que reúne Diosas y mortales, destacan tres figurillas de barro de la cultura olmeca con la representación de mujeres embarazadas, las cuales datan del siglo IV a.C. También incluye seis esculturas de piedra basáltica que hacen alusión a seis diosas asociadas a las actividades realizadas por las mujeres, como Chalchiuhtlicue, deidad del agua, la cual data del año 500 d.C.

Otras de las esculturas de diosas son: Tonantzin, también llamada Xilonen, del maíz; Mictecacíhuatl, de la muerte; Tlazoltéotl, de la inmundicia, los pecados sexuales y las prostitutas; Toci, la diosa abuela; y Tlaltecuhtli, de la tierra. Estas piezas datan del año 1500 aproximadamente y fueron halladas en los estados de Puebla y Tlaxcala.

“Tonantzin o Xilonen es la diosa del maíz y aparece representada como una jovencita que cuida los maizales. En la época colonial, la figura de esta diosa fue absorbida por la Virgen de Guadalupe”, explicó el arqueólogo del INAH.

Toci es la diosa abuela o diosa vieja que enseñaba a las mujeres los secretos de la vida doméstica y la coquetería. Cabe resaltar que curiosamente en todos los lugares en donde se le veneraba durante la época prehispánica, los evangelizadores construyeron templos dedicados a Santa Ana, madre anciana de la Virgen.

Añadió que una diosa controvertida fue Tlazoltéotl o Xochiquétzal, diosa asociada a las prostitutas y a la inmundicia, como lo refieren los cronistas españoles. Simbólicamente, era una deidad que para limpiar las faltas de hombres y mujeres se comía los pecados sexuales.

Quizá uno de primeros oficios que adoptó la mujer fue este último, el cual no era mal visto en la época prehispánica, incluso, las ahuianime o prostitutas eran apreciadas como reflejo de esa diosa, indicó.

“Jugaban un papel muy importante porque acompañaban a los guerreros, además eran las únicas mujeres que usaban sandalias, pues el resto andaban descalzas. En este sentido, los zapatos o cactlis eran una señal de las mujeres que ejercían la prostitución”, destacó Eduardo Merlo.

En sus crónicas Fray Bernardino de Sahagún describió a estas mujeres: “Se esmeran mucho en su cuidado personal, se bañan, se alisan el cabello, lo perfuman y lo adornan con flores. Sus huipiles son muy bonitos, están bordados y son de colores llamativos. Salen a ofrecer sus servicios en las encrucijadas y ahí están guiñando el ojo a los hombres mientras mastican su tzictli (chicle) y lo están tronando como si fueran castañuelas”, parafraseó el arqueólogo adscrito al Centro INAH Puebla.

Eduardo Merlo refiere que en esta exposición también se aborda el arreglo personal que tenían las mujeres en el periodo prehispánico. “Las mujeres también cambiaban de moda como ahora, quizá no tan rápido, pero en las piezas arqueológicas se ven los cambios de estilos en cuanto a peinados y ‘maquillaje’”.

En las piezas se observa un amplio muestrario de peinados, como trenzas, trenzas enrolladas en la cabeza, pelo suelto y rastas. En ninguna de las figurillas y esculturas las mujeres aparecen con cabello corto.

En lo que respecta al ‘maquillaje’, se han encontrado estuches de barro con restos de pigmentos de origen vegetal y mineral, que indican que las mujeres pintaban su rostro. Así mismo, en el caso de figurillas con policromía, se constata que se maquillaban, resaltó el curador de la muestra.

También se exhiben algunos peines de hueso y espejos de minerales como pirita y obsidiana, los cuales aunque no eran muy nítidos, eran utilizados por las mujeres para su arreglo personal.

Otro símbolo de belleza de aquella época eran los tatuajes con diseños de flores, símbolos o fechas especiales como la del nacimiento de su gobernante, concluyó Eduardo Merlo.

La exposición Diosas y mortales continuará vigente hasta enero de 2011, en el Museo Regional La Laguna, ubicado en Avenida Juárez s/n, interior del bosque Venustiano Carranza, colonia Centro, en Torreón, Coahuila. Teléfonos 01 (871) 713 95 45 y 722 15 68.

Horario de lunes a domingo de 10:00 a 16:30 horas. La cuota de admisión general es de 41 pesos. Exención de pago a niños menores de 13 años, estudiantes, maestros y personas de la tercera edad con credencial vigente. Los domingos la entrada es gratuita para el público nacional.

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