Martín Martínez Rivera, estudiante de origen humilde, cumple su sueño ganando beca para estudiar en el ITM

Martínez Mejía, de profesión chofer y su mamá, Patricia Rivera, quien realiza trabajos domésticos, son los únicos vecinos en todo Ixtapaluca, en el estado de México, en enviar a su hijo a 3 mil 711 kilómetros de distancia a estudiar la licenciatura.

Su constancia para obtener calificaciones perfectas en los últimos tres años, en un bachillerato privado, hizo que Martín se presentara ante un grupo de empresarios de la televisión, la aviación y las industrias cervecera y del papel para demandar que cumplieran su promesa de apoyarlo para ir a estudiar a Massachusetts tras desairar, hace tres años, a la UNAM.

Después de hacer trámites para ingresar a instituciones como Yale, Stanford, el MIT y Harvard, Martín recibió la tarde de hace dos meses el correo en el que le notificaban que se había cumplido su deseo.

“Al principio no lo creí. Volví a leer la carta hasta que me convencí. Luego subí a ver a mi hermana que estaba en su recámara. No me creyó y de dije ven mira, frente a la computadora le traduje la carta y esperamos a que llegaran mis papás para decirles. Me voy a Massachusetts”, relata en el espacio que hace las veces de estudio, sala y comedor en una unidad departamental de Ixtapaluca.

En los dos días siguientes el resto de las universidades en los Estados Unidos le notificaron que también tenía un lugar en esas casas de estudios, pero Martín se decidió por la institución de los Nobel.

Desde el comedor de su casa, Martín se refiere a la ley antiinmigrante de Arizona, de la que dice: “Es injusto que lo hagan. Pero no, no creo que se extienda más allá de Arizona, es una ley local y ojalá siga el rechazo y continuar con las acciones que no la hagan valida”.

Una vida de excelencia

Hace tres años, Martín Martínez Rivera sorprendió a sus padres al sentenciar: “Yo no quiero estar en la UNAM. Yo quiero ir al Instituto Tecnológico de Massachusetts”, luego de obtener el mejor resultado en el examen de ingreso al bachillerato en la zona metropolitana del Distrito Federal.

Martín esperaba que le otorgaran una beca para seguir sus estudios en la UNAM. “Teníamos la preocupación de saber qué podíamos hacer, porque ir a la UNAM implicaba que Martín despertara a las cuatro de la mañana y regresara diario entre seis y siete de la noche. Hablamos con un familiar para que se fuera a vivir al DF, pero esos eran gastos mayores y no había respuesta de una beca”, tiene presente la mamá del joven, Patricia Rivera.

Antes de que en la Universidad Nacional o en la Secretaría de Educación Pública (SEP) le dieran respuesta a la petición pública de obtener apoyo, Martínez Rivera quedó preso con la idea de estudiar en los Estados Unidos. Un grupo de empresarios le hizo una promesa de largo plazo; la única condición: mantener su nivel académico y aprender inglés.

También con apoyo de dos becas viajó en los dos veranos pasados, primero a Canadá y luego a la Universidad de Stanford a mejorar el idioma.

Desde niño, Martín se ha distinguido por sus buenas calificaciones; obtuvo diplomas por su participación en la Olimpiada del Conocimiento Infantil en 2004, lo que lo llevó a la convivencia junto al ex presidente Vicente Fox y el ex secretario de Educación Pública, Reyes Tamez, ese año. Su anhelo de emigrar está a unos días ser realidad, cuando emprenda el vuelo que lo llevará al lado de los Nobel.

Fuente: (El Universal)

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