La música y en especial el bolero amanecieron de luto tras la muerte de “La Temperamental” Olga Guillot

infarto, según lo anunció la oficina del médico forense del condado Miami-Dade.

“Hoy (ayer) el mundo de la música ha perdido una de sus más grandes leyendas. Olga Guillot fue una pionera y visionaria en su arte. Su voz extraordinaria popularizó el bolero cubano alrededor del mundo”, expresó el alcalde del condado Miami-Dade, Carlos Álvarez. “Fui muy afortunado por honrar a la señora. Guillot con un premio por sus contribuciones a las artes en 2008. Aunque la Sra. Guillot se ha ido, su música vivirá para siempre”.

La bolerista Vicky Roig, una buena amiga de Guillot, dijo que habló con ella apenas hace una semana y que se estaba preparando para viajar a México para cantar con la Orquesta Sinfónica Nacional. “Para muchas boleristas, ella era la imagen de lo que queríamos ser. Todos queríamos imitarla. Era nuestra referencia como artista. Era una mujer muy simple, muy cálida con todo el que conocía”.

La vida de Olga Guillot estuvo repleta de momentos tanto gloriosos como amargos en donde supo imponer su carácter. Nacida el 9 de octubre de 1923 en Santiago de Cuba, fue la primera en grabar canciones que hoy son clásicos, como Tú me acostumbraste y Sabor a mí.

Obtuvo 14 discos de oro y 10 de platino en una época en que “había que ganárselos de verdad”, afirmó en noviembre de 2007. Su voz ronca y gutural, sus gestos abriendo exageradamente los ojos y frunciendo la boca, el uso de sus manos al cantar y su presencia sobre el escenario fueron inconfundibles y muy pronto en su carrera se consagró como la “Reina del Bolero”.

“Yo soy muy visceral, muy emocional, muy temperamental, que es lo que es Olga Guillot y eso es lo que me hace sentir que vibro con lo que hago. Me gusta lo que yo hago. Yo vivo enamorada de lo que hago y le doy todo los días las gracias al Señor porque me dio una voz para que sea feliz y hacer feliz a mucha gente”, afirmó días antes de recibir el Premio a la Excelencia Musical de la Academia Latina de la Grabación.

A los 20, cuando todavía se consideraba “una niña”, tuvo la oportunidad de cantar con la gran Edith Piaf en Cannes, pero a su regreso a Cuba nadie le creyó. “Hasta se rieron de mí”, recordó. Sin embargo, dos años más tarde la diva francesa visitó un escenario de La Habana y, en medio del espectáculo, interrumpió su presentación y la saludó. Fue entonces que todos reconocieron cuán lejos había llegado a tan corta edad, según ella misma relató con los ojos llenos de orgullo.

En 1961 Guillot abandonó su país, dos años después de la Revolución cubana que llevó al poder a Fidel Castro. Vivió unos meses en Venezuela antes de instalarse con su hija Olga María en México, donde pasó una buena parte de su vida. “Cuba es mi esposo y mi amante adorado es México”, le gustaba decir a modo de metáfora.

La cantante culpó de su salida de Cuba a una “ideología extranjera” con la que nunca estuvo de acuerdo. “La Temperamental”, como también se le conocía, no pudo cumplir su sueño de volver a su patria y presentarse frente a una generación que no la conocía. Llegó a decir que sólo regresaría a Cuba cuando terminara la dinastía de los hermanos Castro: “Es una pena que en tu propio país, donde tú naciste hay una generación completa que no nos conoce, no saben nada de los que hemos representado a Cuba en el exilio, en el mundo. Somos muchos los que hemos puesto el nombre de Cuba muy alto y no nos conocen”.

Fuente: (Agencias)

Leave a Reply