El viaje triunfal, en el Antiguo Colegio de San Ildefonso.
El estreno de esta cinta de 25 minutos, junto con la presentación del libro Fragmentos, que recopila los materiales y anotaciones de Toscano para realizar el guión documental del filme Los últimos treinta años de México, forman parte del proyecto de la exposición Cine y Revolución.
Pablo Ortiz Monasterio, curador de la muestra, estuvo acompañado por Marina Stavenhagen, directora del Instituto Mexicano de Cinematografía; Verónica Zárate Toscano, nieta de Salvador Toscano y directora de su fundación, así como el investigador David Wood.
Monasterio afirmó que en el rescate de estos dos legados y en el armado de la exposición participaron más de 80 personas, quienes lograron la reconstrucción parcial de la cinta perdida La toma de Ciudad Juárez y el viaje del héroe de la Revolución, D. Francisco I. Madero.
“La obra –señaló Ortiz Monasterio– fue realizada por un grupo de investigadores coordinados por el historiador Ángel Miquel, quien decidió integrar las visitas cinematográficas del viaje en tren que realizó Madero rumbo a la ciudad de México, mostrando a la gente, las comunidades, los transeúntes, un país vivo y en ebullición”.
Aseguró que estos trabajos de Toscano representan un icono de la cinematografía nacional al convertirse en uno de los primeros ejemplos de los que se conoce como Documental de la Revolución Mexicana.
“La reconstrucción de la cinta fue una verdadera proeza, sin embargo se lograron rescatar algunos apuntes que Toscano realizó en los negativos y que coincidían con el guión para exhibición, bajo esa guía fue que se pudo dar forma al proyecto, mismo que fue musicalizado posteriormente con piezas de la época”, expuso Pablo Ortiz Monasterio.
Marina Stavenhagen consideró que tanto el libro como la película son la suma de muchas voluntades institucionales que dan cuenta de la responsabilidad que existe en este año de conmemoraciones por rescatar el material de la primera gran lucha social filmada del siglo XX.
“El cine es un tema básico para la cultura de México –indicó Stavenhagen. A través de la lente de famosos documentalistas como Salvador Toscano se comprueba el importante papel que jugaron las cámaras de filmación en el registro de la memoria del siglo XX”.
Destacó que para en la mancuerna entre cine y revolución los cineastas mexicanos aprovecharon a los personajes arquetípicos como el caudillo, el charro o la Adelita, para construir el imaginario colectivo de nuestra nación.
“El cine ha sido la expresión más popular y masiva de nuestra cultura, hecho que se comprueba en los filmes de la Revolución, de ahí la importancia de rescatar otro documento fílmico de Toscano a través del libro Fragmentos que es una guía con los propios fotogramas de este creador y los poéticos pies de foto con los que ilustraba cada imagen”, describió Stavenhagen.
Por su parte, David Wood afirmó que al participar en el proyecto se dio cuenta que otro de los grandes talentos de Salvador Toscano era la de compilador, tarea a la cual se entregó muchos años, comprando incluso materiales a otros fotógrafos con el fin de crear un rico acervo.
“Su trabajo siguió actualizándose desde mediados de los años veinte hasta la década de los treinta. Poco después Carmen Toscano retomaría su trabajo en los años cincuenta a través de la cinta de ficción Memorias de un mexicano, que es un híbrido entre el estilo de Salvador y la visión moderna de ella”.
David Wood explicó que en los intertítulos escritos por Toscano y que aparecen en el libro Fragmentos se muestra una polifonía de estilos que cosechó a lo largo de los años en que estuvo registrando la realidad de México y que no obstante alcanzan una gran fuerza a través de su visión narrativa.
“A menudo comparaba a la Revolución Mexicana con la francesa e incluso con la mitología, basta recordar que equiparaba a Aquiles Serdán con el Aquiles de la Ilíada, colocando a este movimiento social y armado en el terreno mítico”.
Finalmente Verónica Zárate Toscano recordó que su abuelo compró en abonos su primer aparato de filmación, utilizando al principio cintas de nitrato y más tarde otras de mejor calidad, teniendo siempre la visión y el cuidado de conservarlas en un cuidadoso archivo, aun cuando hubiesen cumplido su cometido de informar a la población.
“En el momento en que mi abuelo se subió al tren con Madero se convirtió en protagonista y salvaguarda de la memoria del país. Esta película es en realidad una visión en espejo de lo que somos como mexicanos y no se centra sólo en los héroes, sino que retrata al pueblo, sus rostros, sus costumbres y anhelos que van más allá de las versiones oficiales”.
La exposición Cine y Revolución, junto con la cinta El viaje triunfal, se presenta hasta el 25 de julio en el Antiguo Colegio de San Ildefonso, Justo sierra 16, Centro Histórico.
HBL
Fuente: (CONACULTA)
