Investigadores de diversas partes del mundo rinden homenaje al filólogo oaxaqueño Francisco Belmar Rodríguez

Oaxaca.

Con el fin de realizar una revisión a un tiempo crítica y celebratoria de la vida y obra de Belmar, 12 investigadores de diversas partes del mundo, especializados en áreas como la lingüística, filología, sociología e historia, se reunieron en junio de 2005 para discutir en torno a la obra belmariana.

El resultado fue este libro en el cual, a través de doce textos, se pasa revista a los aspectos fundamentales para comprender la vida y obra de Belmar, quien nació el 4 de octubre de 1859 en Tlaxiaco, la ciudad oaxaqueña donde vivió hasta terminar su instrucción primaria y a la que también se le conoce como la “Pequeña París”, predilecta de Porfirio Díaz como sitio de descanso.

Coordinado por Francisco Barriga Puente, coordinador nacional de Antropología del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH-Conaculta), este trabajo busca facilitar el estudio de la obra belmariana, compuesta por 29 libros que contienen datos fonológicos, morfológicos, sintácticos, léxicos y tipológicos de gran interés para los especialistas, pero cuyo acceso es muy complicado dada la ubicación de los archivos donde se localiza.

El tomo precisa que al cabo de su instrucción primaria, Francisco Belmar se trasladó a la capital de Oaxaca, para ingresar a la escuela preparatoria y estudiar leyes en el Instituto de Ciencias y Artes de la ciudad, graduándose como abogado en 1883, a los 24 años; edad a partir de la cual se vislumbró su interés por el estudio de las lenguas y la impartición de clases.

De acuerdo con el propio Belmar, su trabajo tuvo como propósito “el estudio de nuestras razas indígenas y procurar su evolución”, tal y como lo menciona en una carta escrita por él mismo y dirigida a Porfirio Díaz, el 28 de marzo de 1910. Para él, la filología “es la única ciencia que ministra los elementos que determinan el carácter más constante que distingue una nación de otra”.

Pero además de echar luz sobre su biografía, esta compilación abunda en el análisis y estudio de las principales tesis belmarianas, que asociaban la filología a disciplinas como la geografía, la etnografía, la historia, la filosofía, la literatura y la educación.

En el libro participan los investigadores Bárbara Cifuentes, Guadalupe Landa, Beatriz Urías Horcasitas, Thomas C. Smith Stark, Suasana Cuevas Suárez, Loretta O`Connor, Maurizio Gnerre, Pilar Máynez, Silvia Yee, Sebastian van Doesburg, Adam T. Sellen, Michael Swanton, Maribel Alvarado y el propio coordinador del proyecto, Francisco Barriga Puente.

“Vista en retrospectiva, podemos aventurar que la obra lingüística de Belmar tuvo diferente fortuna”, concluye Bárbara Cifuentes. “Sus propuestas clasificatorias entraron en competencia con las investigaciones que estaban realizando en México otros especialistas profesionales, mejor equipados y con las novedades de la lingüística histórica y la fonología.”

Datos inéditos como una conferencia elaborada por el propio Belmar para el XI Congreso Internacional de Americanistas, o la existencia de 5 códices mixtecos propiedad del filólogo, también pueden encontrarse en este volumen dedicado a la vida y obra de quien, a los 67 años, falleciera el 11 de septiembre de 1926, en su casa de Santa María La Ribera, en la Ciudad de México, sin concluir ni publicar, sin embargo, su obra mayor: Glotología indígena mexicana.

Fuente: (INAH)

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