Restauran en Bellas Artes mural del siglo XVII donde antes fue el Convento de la Visitación de María Santísima

inmueble.

Los fragmentos de pintura mural se localizaron en los restos de muros del Convento de la Visitación de María Santísima, que existió hasta mediados del siglo XIX en el terreno que hoy ocupa el recinto cultural; así mismo, se descubrió una fuente octagonal con azulejos y bases de columnas, correspondientes al lado nororiente del conjunto conventual.

Claudia Salgado Ricaño, restauradora del INAH, informó que el hallazgo ocurrió a finales de diciembre pasado, durante la excavación en el patio oriente del Palacio de Bellas Artes, para la construcción de una cisterna.

“Lo que se halló son elementos decorativos perfectamente conservados del Convento de la Visitación de María Santísima a su prima Santa Isabel, construido en 1670 por la Orden de Santa Clara de Asís”.

La especialista, adscrita a la Coordinación Nacional de Conservación del Patrimonio Cultural, abundó que este convento estuvo ocupado hasta 1861 y demolido posteriormente para liberar el terreno y construir el Palacio de Bellas Artes. Durante los trabajos de remodelación se identificaron dichas estructuras que correspondían a uno de los cuatro patios que tuvo el inmueble religioso.

Se encontraron bases de columnas, una fuente y restos de muros de tres cuartos ubicados en la crujía que delimitaba el convento. Los restos de las paredes conservaban todavía fragmentos de pintura mural original que suman 40 metros cuadrados, y que consiste en una cenefa enmarcada, con diseños florales, ángeles turiferarios, aves, cartelas y medallones que contienen a su vez personajes y motivos religiosos.

“A través de estudios químicos pudimos determinar que fue hecha al temple con una paleta de colores reducida al rojo y al blanco, técnica propia de la pintura mural de la época”.

El hallazgo de estos fragmentos, comentó, se registró los últimos días de 2009 y en enero comenzaron los trabajos de restauración y conservación de los vestigios coloniales, que consistieron en el registro, estudio, consolidación y reenterramiento de los mismos, explicó la restauradora Salgado Ricaño.

La especialista del INAH refirió que aun cuando los restos del convento y la pintura mural presentan un buen estado de conservación, los trabajos de restauración —realizados en el primer trimestre del año— consistieron en la consolidación de los azulejos de la fuente y de la pintura mural, mediante el uso de materiales inorgánicos, básicamente cal apagada, por lo que no fue necesario utilizar materiales adhesivos.

Claudia Salgado indicó que además se tomaron pequeñas muestras de pintura, que fueron enviadas a los laboratorios del INAH con el fin de conocer el origen de los pigmentos, lo que contribuirá al mejor conocimiento de la pintura mural hecha en conventos femeninos durante el siglo XVII.

“Además, con el uso de la tecnología de punta con que cuenta el Instituto, se hizo un levantamiento arquitectónico del espacio, que servirá para hacer una reconstrucción virtual y una reproducción a escala en caso de ser necesario”.

La restauradora detalló que con fines de conservación, los vestigios arquitectónicos y la pintura mural fueron nuevamente enterrados, “previamente fueron cubiertos con protextil, una especie de manta impermeable, y con otro textil más, posteriormente se rellenó con grava de tepetate, con un nivel de compresión menor”.

Con todos los elementos anteriores, adelantó Salgado Ricaño, se elabora un texto sobre este hallazgo, el cual será incluido en el libro de memorias de la remodelación del Palacio de Bellas Artes.

Así mismo, este texto contribuirá significativamente a la documentación y estudio de la pintura mural del siglo XVII en conventos de monjas de la ciudad de México, un tema de gran valor para el ámbito de restauración y la historia del arte, finalizó.

Fuente: (INAH)

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