Carlos Fuentes, Elena Poniatowska y Cristina Pacheco, opinan sobre lo que Monsiváis significó en sus vidas

siempre”.

Así habló desde Londres el escritor Carlos Fuentes. El novelista recordó que convivió desde hace medio siglo con el autor de libros como “Días de guardar”, “Amor perdido” y “Nuevo catecismo para indios remisos”, y que fueron grandes amigos.

“Fue un muy querido amigo casi desde que él estaba en la Preparatoria y yo en la Escuela de Derecho. Mantuvimos una larga amistad de casi 50 años en que creo que él me dio mucho y yo le di mucho a él.

“Tuvimos una relación afectuosa, muy creativa, creo que lo más importante para mí es mi relación personal con Carlos Monsiváis. La relación de amistad que mi esposa Silvia y yo tuvimos con él.

“Pero enseguida hay el grandísimo escritor que renovó el género del ensayo en México, lo sacó de modos un poco anticuados y le dio una vitalidad, una novedad, una capacidad de abarcar todos los temas de la vida de México, social, cultural, política, que lo convierte seguramente en el más importante ensayista moderno de México.

“Era un hombre de letras excepcional. La cultura literaria de Monsiváis era muy amplia y, por último, era un espíritu, un espíritu vivo, un espíritu audaz, un espíritu crítico. Era un hombre animado por el espíritu, aunque él quizás negaría lo que estoy diciendo, pero es la verdad”.

Ante la pregunta por la coincidencia de cómo la ciudad de México está presente tanto en la obra de Carlos Monsiváis como en sus libros, Carlos Fuentes señaló:

“Cómo no. Nadie abarcó esta ciudad que se nos fue de las manos, que creció mucho desde el momento en que pude escribir una novela sobre la ciudad, “La región más transparente”; ahora no podría hacerlo porque son muchas las ciudades de México.

“Sin embargo, Monsiváis tuvo esa capacidad para ver el todo, para ver el conjunto metropolitano: sus altas, sus bajas, sus caídas, sus ascensos, sus excentricidades, sus valores, poner en duda, reírse de algunas cosas, aplaudir otras, es una labor extraordinaria en relación con la ciudad”.

-¿Pierde México también a un luchador social sin igual?
– Yo creo que lo gana porque Monsiváis como escritor no ha muerto, su obra está ahí. Un escritor no se muere porque deja una obra; no se pierde a Monsiváis: se ha ganado a Monsiváis para siempre.

Elena Poniatowska
En entrevista, Poniatowska agregó que la cabeza de Carlos Monsiváis era una guía para los intelectuales de este país, ya que en su mayoría lo consultaban para escribir sus libros incluso, para recibir consejos de manera personal.

Recordó que además de colegas eran grandes amigos desde 1956, cuando platicaron por primera vez. Por ello, la muerte del escritor es una pérdida dolorosa en lo personal, para Elenita, como la llaman sus amigos.

Dijó que el legado que deja el poeta es incalculable, toda vez que su obra es gigantesca, abarca muchos campos, como la crónica, análisis, el ensayo, periodismo; era crítico de pintura y de política.

En el ámbito laboral, realizaron crónica juntos, principalmente en los escenarios que dejó el terremoto de 1985.

Agregó que era un intelectual muy preocupado por su país y que por ello decidió incursionar en la lucha social, con lo que se ganó ser la voz que más pesaba en el medio, por su gran espíritu crítico; además nadie poseía la información y generosidad que tenía.

La escritora indico que durante su estancia en el hospital fue a visitar a su amigo, pero no tuvo suerte, “Fui al hospital a verlo, pero estaba en terapia intensiva y estaba inconsciente, lo vi unos días antes de que se hospitalizara, pues participamos en un programa de televisión” , apuntó.

Elena Poniatowska lamentó que apenas este viernes murió José Saramago y este día Carlos Monsiváis, de quienes dijo que eran dos grandes hombres de izquierda, uno en Europa que obtuvo el Premio Nobel de Literatura, otro en México, que dio todo de sí durante, su estancia en esta vida.

Cristina Pacheco
La periodista y escritora Cristina Pacheco señaló consternada que ‘la risa de Carlos aún resuena en mi memoria’, luego de conocer la noticia de la muerte del intelectual mexicano Carlos Monsiváis.

Pacheco, quien hace uno días fue reconocida por el Programa ‘Memoria del Mundo’, de la UNESCO, por su programa de televisión ‘Aquí nos tocó vivir’, dijo con evidente pena que le cuesta trabajo, mucho trabajo asimilar la noticia’.

La comunicadora mexicana recordó que fue compañera de Carlos Monsiváis en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) ‘y aunque él iba más adelante que yo, fuimos grandes amigos’.

Por esa razón, dijo ‘Carlos Monsiváis es una persona entrañable en mi vida’, y evocó con lágrimas enjugadas las clases, los amigos comunes, el cine y sobre todo las caminatas que compartió con quien prontod estacó como escritor.

‘Todo queda ahora como una experiencia de vida’, dijo Pacheco, quien ante el impacto de la infausta noticia se declaró incompetente para hacer, en este momento, un análisis de la trascendencia de la portentosa obra que deja Monsiváis.

Para Pacheco, la muerte de Carlos Monsiváis Aceves (Ciudad de México, 4 de mayo de 1938) , el crítico irónico, el autor de numerosos libros que registran el devenir económico, histórico, social y político del país,’es una gran pérdida’.

Instalada en su domicilio particular, donde recibió la mala nueva, la entrevistada reiteró que le representa un enorme esfuerzo creer que Carlos Monsiváis, el cronista de la vida urbana de esta nación, ya haya muerto.

Finalmente recordó que ‘Monsi’ -como le decían sus amigos- estudió en las facultades de Economía y de Filosofía y Letras de la UNAM, y que fue uno de los participantes activos del movimiento estudiantil de 1968 episodio del que escribió ampliamente.

Adolfo Castañon
El escritor mexicano Adolfo Castañon, lo ha considerado como “el último escritor público en México”, ya que no sólo cualquier mexicano lo ha escuchado o leído, sino que todos fueron capaces de reconocerlo en la calle.

Podría decirse que se trata del padre de la crónica moderna en México, cuyas innovaciones técnicas y la diversidad de registro que pueden observarse en sus textos cambiaron la faz de este género periodístico de manera tal que ningún cronista mexicano posterior a él, está exento de su influencia. Su potencia creativa que le otorgó a la crónica le permitió que se le considere no sólo un subgénero o género menor. 

Fuente: (Notimex)

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