A ti que concluiste tus estudios. “La Última Lección”
eterna, como un espejo sin mancha de la actividad de Dios. Que mejor que citar al rey Salomón, cuando habla de la sabiduría, como guía, compañera firme y leal.
El Rey Salomón dice así:
Yo también soy un hombre mortal como todos, un descendiente del primero que fue tomado de la tierra, en el seno de una madre fui hecho carne, de una semilla de hombre y del placer que acompaña al sueño, yo también una vez nacido aspiré el aire común, y mi primera voz fue la de todos, lloré.
Me crié entre pañales y cuidados pues no hay rey que haya tenido otro comienzo de su existencia, una es la entrada en la vida para todos y una misma la salida. Por eso pedí y se me concedió la prudencia, supliqué y me vino el espíritu de sabiduría, la preferí a cetros y a tronos, y en nada tuve a la riqueza en comparación de ella. Ni a la piedra mas hermosa la equipare, porque todo el oro a su lado, es un puñado de arena y barro, parece la plata en su presencia.
La amé más que a la salud y a la hermosura y preferí tenerla a ella más que a la luz.
Con ella me vinieron a la vez todos los bienes incalculables en sus manos, y yo me regocije con todos estos bienes por que la sabiduría los trae, aunque ignoraba que ella fuere su madre.
Con sencillez la aprendí y sin envidia la comunico; pues hay en ella un espíritu inteligente, santo, único, es un reflejo de la luz eterna, un espejo sin mancha de la actividad de Dios
Aún siendo sola lo puede todo, sin salir de si misma renueva el universo, porque Dios no ama sino a quien vive con la sabiduría.
Es ella en efecto más bella que el sol, supera a las constelaciones, comparada con la luz sale vencedora porque a la luz sucede la noche pero contra la sabiduría no prevalece la maldad.
Yo la amé y pretendí desde mi juventud, me esforcé por hacerla esposa mía y llegue a ser un apasionado de su belleza. Realza su nobleza por su convivencia con Dios, pues el Señor de todas las cosas la amó. ¿Qué cosa mas rica que la sabiduría que todo lo hace? ¿Amas la justicia? Las virtudes son sus empeños, pues ella enseña la templanza, la prudencia, la justicia y la fortaleza; Sabe interpretar las máximas y resolver los enigmas.
Decidí pues tomarla como compañera de mi vida, sabiendo que me sería una consejera para el bien y un aliento en las preocupaciones y penas, tendré gracias a ella gloria entre la gente y aunque joven, honor ante los ancianos.
Vuelto a casa junto a ella descansaré, pues no causa amargura su compañía, ni tristeza la convivencia con ella, sino satisfacción y alegría.
Pero comprendiendo que no podía poseer la sabiduría, si Dios no me la daba, y ya era un fruto de la prudencia saber de quien procedía ésta gracia.
Recurrí al Señor y le pedí y dije con todo mi corazón: Dios de los padres, Señor de la misericordia, que hiciste el universo con tu palabra y con tu sabiduría formaste al hombre, envíala de los cielos santos, mándala de tu trono de gloria, para que a mi lado participe en mis trabajos y sepa yo lo que te es agradable, pues ella todo lo sabe y entiende. Ella me guiará prudentemente en mis empresas y me protegerá con su gloria, entonces mis obras serán aceptables, sólo así se enderezarán los caminos de los moradores de la tierra, sólo así aprenderán los hombres lo que a ti te agrada y sólo gracias a la sabiduría se salvarán.
Para ser un espejo sin mancha de la actividad de Dios. El Rey pensó, planeó, habló y se hizo, hagámoslo con sabiduría.
Esto te hace saber el Rey.