Lujambio y su “molletazo”

incremento en la obesidad de niños y jóvenes.
Primero que nada,  nosotros reflejamos el deterioro general padecido en todos los ámbitos de la esfera humana y sus relaciones cotidianas. Es imposible que el ser humano no manifieste en su propia persona, actitudes, comportamiento, forma de ser, pensar y relacionarse todos los estragos que lo económico va dejando en el bolsillo de las últimas generaciones.
Dicen por allí que “somos lo que comemos” yo digo aquello de “comemos lo que podemos”.
Hablemos primero de la década de los treinta en México, de acuerdo con el INEGI,  las personas en el país morían de enfermedades transmisibles como los parásitos e infecciones del aparato digestivo y respiratorio.
Mal que bien para la familia mexicana (que décadas después sería más numerosa) para comer había en la mesa buenas tortillas blancas y suaves;  nutritivos frijolitos de la olla acompañados de unos chilitos verdes ricos en antioxidantes; una buena rebanada de queso blanco y al menos un vaso de leche por la mañana y otro por la noche con su imprescindible nata.
Las tortillas eran de verdad,  había otra calidad de bolillo, leche, frijoles  en comparación con la basura de hoy en día.
Tortillas, frijoles y chile han sido la base de la dieta nutricional de los mexicanos por siempre.
En la actualidad la calidad de estos alimentos es pésima, de tortillas blancas pasamos a las tortillas transgénicas amarillas más tiesas al día siguiente, sinsabor  primordialmente sin nutrientes.
Lo mismo pasa con los frijoles y la leche es imposible que haga nata porque está más aguada que nunca. Por supuesto sin los nutrientes necesarios.
El punto es que, como consumidores, no sabemos a ciencia cierta la calidad de los alimentos que deglutimos aunque lo presentimos y nuestro paladar no miente ni nuestra salud.
Una mala nutrición redunda en un mal estado físico y suena contradictorio en una población cada vez más longeva, sobre todo las mujeres, pero no por ello más sana: en México multiplican los casos de diabetes mellitus, tumores cancerosos y enfermedades del corazón.
El sector salud incapacitado para atender a la población derechohabiente tiembla ante las cifras de cada día más mexicanos enfermos de cualquiera de los  tres padecimientos mencionados arriba cuyo tratamiento o cura no son nada económicos.
No habrá sector salud lo suficientemente amplio para cubrir a todos los mexicanos que enfermarán  en los próximos años.
Por ello el ataque frontal de Lujambio a los educandos y su comida a la hora del recreo aunque se olvida que dentro del mar profundo de la informalidad, la comida chatarra callejera es muy extensa.
También es verdad, un niño que a la hora del recreo come unos chetos con una coca cola lo seguirá haciendo por la tarde en su casa, entonces tenemos un problema de hábitos nutricionales mucho más grave que el que Lujambio declare a los molletes como alimento prohibido porque considera maligno un bolillo con frijoles y queso.
Tendríamos que llegar al punto de prohibir una Mcdonald´s la hamburguesa de preferencia en el paladar y presupuesto de los mexicanos. ¿Qué es más chatarra un mollete o una big Mac?
A COLACIÓN
Lo que hoy comemos refleja el estado de salud de nuestro bolsillo; el nivel de calidad de los alimentos cultivados y procesados; todos los transgénicos utilizados en la industria de bebidas y  alimentos base como la tortilla; el ritmo de vida de los mexicanos; además es resultado del proceso de transculturización importado  desde Estados Unidos.
¿Quiere el secretario Lujambio que nuestros hijos coman bien? Pues que empiecen subiendo el salario aboliendo la tontería de mantener el país dividido geográficamente en tres áreas para el establecimiento del salario mínimo, indigno y de hambre.
Notablemente ridículo que el gobierno de presidente Felipe Calderón anuncie con bombo y platillo un incremento del 4.8% en el salario mínimo para quedar como sigue apartir de enero de este año: zona geográfica A en 57.46 pesos diarios; B, 55.84 pesos diarios; C 54.47 pesos diarios.
¿Qué familia promedio de 4 o 5 miembros puede vivir y comer nutritivamente con un salario mínimo mensual? Vamos ni ganando 10 salarios.
Seamos lógicos: el gobierno quiere que niños, jóvenes y adultos coman bien dejen de estar gordos y enfermos, la fórmula debe ser elevar el salario mínimo y mejorar el poder adquisitivo de los mexicanos de tal forma que éstos puedan incluir en su dieta de la semana al menos comer dos veces pescado y elegir más las proteínas en comparación con carbohidratos y grasas.
¿Por qué comemos más carbohidratos y grasas? Porque  una familia promedio mexicana de las  que suman millones no tiene para comprar una charola de pescado blanco del Nilo en promedio de 80 pesos mucho menos para Huauchinango. Ni siquiera puede darse el lujo de comer unos chiles rellenos porque tiene que rellenarlos de queso o atún (es más barato), debe  enharinarlos, capearlos con huevo y hacerles un caldillo.
El dinero disponible es para comer carbohidratos y grasas. Dice la Organización Internacional del Trabajo (OIT) que México es uno de los cinco países de América Latina con un pobre nivel de poder adquisitivo,  arrastra un deterioro desde hace 17 años.
Lo hemos reiterado una y otra vez, amigo lector, el nivel de vida previo a la crisis de finales de 1994 no ha sido recuperado todo lo contrario progresivamente disminuido hasta nuestros días.
Por ende, si quiere el gobierno que nuestros hijos coman mejor que nos den más ingreso, más poder adquisitivo y también por supuesto más espacios verdes y deportivos, una mayor disponibilidad de tiempo personal para hacer ejercicio y convivir con la familia.
El problema secretario Lujambio no concluye  declarando la guerra a los molletes o pretendiendo hacer negocios de comedor en las escuelas públicas supuestamente licitados por la SEP.
P.D.  Le invito a que opine del tema en mi blog  http//claudialunapalencia.blogspot.com.
*Economista y columnista especializada. Con estudios de doctorado por  la Universidad de Alcalá, tiene dos libros publicados y participa en distintos foros de radio y televisión con opiniones sobre educación financiera, economía y finanzas personales.  Puede contactarla en: claulunpalencia@yahoo.com

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