
Actuación del grupo zacatecano “Huayrapamushka” y la música del mundo de Youssouf N’Dour en Zacatecas
iniciadores de este festival, que tocó música latinoamericana y mexicana para abrir el concierto de Youssouf N’Dour, el gran cantante africano.
Los músicos zacatecanos cerraron su participación con “El relámpago”, el son terracalenteño, alrededor de las 20:30 horas. Para entonces, el aire se había tornado frío y azotaba a los asistentes, que, conforme transcurrían los minutos y agitando banderitas de Senegal, pedían la presencia de Youssouf.
El asunto es que el artista senegalés trae un grupo de casi veinte músico y esto dificultó la instalación de los instrumentos, de la ecualización, por lo que la gente se comenzó a desesperar –el aire se había enfriado muchísimo– y a solicitar la presencia de los africanos, muchos de ellos ataviados con vistosos trajes tradicionales de su país de origen.
La espera se volvió un tormento, tanto así que muchas personas abandonaron la plaza semillena, por lo que el maestro de ceremonias pidió paciencia ante la insistencia del público para que iniciara el concierto. Finalmente, casi cuarenta minutos después de que “Huayrapamushka” abandonara el escenario, apareció Youssouf, envuelto en una media túnica africana de color gris y pantalón de mezclilla y en su música, que de inmediato hizo que decenas de personas se levantaran de sus asientos y comenzaran a bailar.
Respaldado por buenos músicos, en una mezcla de instrumentos tradicionales y eléctricos, varios de aquéllos dieron muestras de su habilidad en la guitarra y en las percusiones, Youssouf comenzó a transmitir el lenguaje universal de su música, sustentada en la alegría y en los cantos y las danzas africanos, con algún tema matizado de tristeza y desolación.
El cantante se mostró decidido a prender a la gente, a que lo acompañara en los coros y en el baile, propósitos que logró a medias, es decir, la mitad del público lo secundó, la otra mitad gozaba sólo escuchando, a pesar de sus constantes gritos interpelando a los presentes: “¡Zacatecas! Everybody…” e incitándolos a participar, a levantarse, a bailar, a abolir el frío que se había apoderado de la ciudad.
Así, con su voz poderosa y llena de matices, complementado con dos parejas de bailadores, Youssouf hizo un homenaje a Bob Marley y al reggae, que tiñe varias de las piezas que interpretó anoche y otras de fusión del pop con lo tradicional de su país, de su continente, dejando al público complacido, a los miles de personas que no se arredraron ante el intenso frío.
Antes, en breve conferencia de prensa, el cantante manifestó que se sentía muy contento de estar en Zacatecas y de promover la música africana, cuyas raíces nutren mucha música del mainstream actual. Añadió que le parecía maravilloso este tipo de festivales, al aire libre y gratuitos, pero mencionó que se debería atender más la promoción de los artistas –es decir, se infiere, no tan conocidos por el gran público, como él–, que se brinde información previa para que la gente se familiarice con sus propuestas y así puedan entenderlo y apreciar mejor el espectáculo. Por último, el también miembro activo de Amnistía Internacional, dijo que este tipo de presentaciones contribuyen a que su música sea más conocida en México, al que le gustaría volver el próximo año.
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Foto: Youssouf N’Dour y su grupo de músicos durante su participación en el Festival Cultural Zacatecas.
Azteca 21/Diego Rodríguez M.