
Siembra Vladimir Cora en la explanada del Palacio de Bellas Artes 12 apóstoles gigantes; esculturas realizadas en madera de huanacaxtle
Palacio de Bellas Artes. Estas monumentales obras de más de dos metros de altura forman parte de la exposición Vladimir Cora. Los Apóstoles, que será inaugurada el próximo 25 de marzo.
Cora, quien lleva el apellido del grupo étnico al que pertenece –los Coras de Nayarit–, cuenta que se trata de una serie escultórica que comenzó a trabajar a finales del año 2008 y la terminó a mediados del 2009. Si bien el tema de los Apóstoles lo retoma de la Biblia, el escultor precisa que se trata de un homenaje a los promotores culturales, a todas las personas que llevan un apostolado, así como a los niños y jóvenes.
Las 12 piezas que integran esta muestra escultórica están realizadas en madera de huanacaxtle, un árbol que llega a medir hasta 40 metros de altura y 3.5 metros de diámetro. Todos los troncos fueron recolectados con la ayuda de la comunidad de San Diego el Naranjo, municipio de Acaponeta.
“Entrar a la talla de madera en este formato es my complicado, no es lo mismo hacer un yeso, sacar el molde y vaciarla en bronce –que eso también es muy laborioso–, pero la talla en madera, cuando se quiere hacer de una sola pieza es muy complicada, tiene muchos riesgos.
“Yo tuve mucho cuidado para no cortar más troncos porque estoy en contra de la tala inmoderada. En su mayoría se utilizaron trozos de madera de árboles que ya estaban secos o caídos y además con la comunidad de San Diego el Naranjo sembramos 120 árboles”, indicó Vladimir Cora.
Cada una de las obras, de más de dos metros de altura, está esculpida en sus 360 grados y semipolicromadas en diferentes tonos. Y es que aunque Cora prefiere la escultura sin color, al pensar que serían piezas que estarían al aire libre, cerca de los niños y jóvenes, el escultor decidió policromarlas, con el propósito de que llamaran la atención aún más.
Si bien es la primera ocasión en que Vladimir Cora hace esculturas de madera en este formato, reveló que tiene un proyecto para realizar un total de 100 cabezas como éstas a través de invitar a participar a varios artistas plásticos, tanto los de su generación, como a los grandes maestros mexicanos.
Vladimir Cora cuenta que su interés por convertirse en un pintor surgió cuando tenía 15 años de edad y trabajaba en la farmacia de una tía, en Mazatlán. “Yo era el mandadero que entregaba las medicinas. Un día, en la sección cultural de un periódico vi la imagen de una obra de Monet, que para mí es el padre del impresionismo. Hasta ese momento no conocía nada de la pintura, era un neófito en el arte. Entonces me emocioné enormemente y dije que quería hacer eso. Me informé que en la ciudad de México había escuelas de arte, pero yo sin dinero, qué podía hacer.
“Como la farmacia dependía de los ferrocarrileros, todos los lunes iba a la estación del ferrocarril por un cheque de mil 800 pesos, lo cobraba en el banco y llevaba el dinero a la farmacia. Pero uno de esos días ya no regresé a la farmacia porque sentía que si no venía a México me volvería loco. Con eso estuve seis meses en la ciudad y así me metí a este mundo del arte. Cuando regresé me dieron una regañada tremenda, pero nunca me arrepentí.”
Vladimir Cora tiene más de 150 exposiciones individuales y otras tantas colectivas. Es reconocido internacionalmente, sobre todo en Estados Unidos, donde tiene un taller; sólo en California vende 80 por ciento de su obra plástica.
Desde 1999, en Acaponeta, Nayarit, existe el Museo Vladimir Cora, en donde exhibe su colección particular con obras de Rufino Tamayo, Sergio Hernández, Sebastián, Francisco Toledo, Manuel Felguérez, los hermanos Castro Leñero, Vicente Rojo, Gabriel Macotela y otros.
MAC
Fuente: (CONACULTA)