La historia está viva, sólo hace falta acercarse a ella: Paco Ignacio Taibo II

para sacar a las personas de su letargo a través de la comparación con su realidad. Hoy en día términos como libertad, fraternidad, nos parecen términos de cajas de chocolates, pero que deben recuperarse para las nuevas generaciones”, afirmó Taibo II durante la charla que ofreció en la Sala de Lectura Francisco Villa, ubicada en la sede de la Confederación Nacional Campesina, con motivo de la publicación de su libro “Temporada de zopilotes”.

Taibo II dijo que la historia debe ser rescatada volviéndola a contar y por ello definió a su más reciente obra como un mero accidente que surgió de una conversación con amigos donde se hablaba de los golpes de Estado Latinoamericanos.

“Me decían que tenían todas las pruebas sobre el golpe de Estado que dio Pinochet en Chile, pero no tenían ningún antecedente oficial de lo que ocurrió durante la traición de Victoriano Huerta a Madero. Esto me hizo pensar que debía haber por ahí algunos herederos de los protagonistas que hace décadas llevaron a la nación a La Decena Trágica”.  

El escritor y biógrafo dijo que contactó a una de las herederas de Manuel Mondragón, el artífice del golpe de Estado contra Madero y de ahí surgieron muchos datos que lo hicieron buscar más en los archivos nacionales donde existen verdaderos tesoros que nos dan una perspectiva de nuestra historia.

Paco I. Taibo II afirmó que en el mundo moderno si se desea matar a un personaje clave para el conocimiento de la historia, basta con dedicarle un par de placas o nombres de calles para que nadie se acuerde de él.

“Los adolescentes actuales en México conocen por ejemplo a Mariano Escobedo por el nombre de su calle en Polanco donde hay muchas concesionarias de automóviles”.

Refirió que del golpe contra Madero aún existen muchas lagunas que a través de la investigación se deben salvar, además de comparar diversas visiones acerca de lo que quedó registrado.

“Hay muchas fuentes, museos, archivos, hemerotecas, los edificios siguen ahí, de pie, las plazas, las placas, las estatuas, sólo hay que sacudirse la flojera y acudir a las fuentes para darse una idea de lo que ha sido nuestra historia”.

El narrador y periodista expuso que a lo largo de sus investigaciones se interesó por ampliar esa relación tan inusual y prácticamente desconocida entre Francisco Villa y Francisco I. Madero

“Madero era un kitch de a de veras, era vegetariano, practicaba el espiritismo y estaba inclinado por la homeopatía. Villa tenía una especie de detector de mentiras que sabía al momento quién era sincero o hipócrita y se ve conquistado por los discursos de Madero, quien proponía nuevas estructuras para la nación”.

Para Taibo II Madero es una de esas figuras trágicas de nuestra historia que continúa siendo ganando simpatías entre quienes conocen lo que vivió en su tiempo y que pueden compararse con otros personajes como Melchor Ocampo cuando dijo “servir a la patria es una honra y no un botín” o Guillermo Prieto, quien no tenía para comprar botones a su gabán, habiendo sido ministro de Hacienda.

“Me parece que hay indicios graves en la aceptación de la corrupción a la cultura colectiva de nuestra nación. Me ha tocado ver a jóvenes que presumen de que sus papás son funcionarios honrados y que sus amigos les hacen burla, creo que el cariño a la patria comienza desde esos pequeños detalles”.

El escritor afirmó que la historia nacional no debe ser considerada algo estático sino episodios que deben contarse y replantearse una y otra vez para esclarecer cualquier duda.

“Este libro es también un intento por esclarecer desde el punto de vista personal lo que ocurrió en esos momentos clave para nuestro país aunque debo confesar que al conocer la falta de honestidad de muchos personajes no me he quedado con un buen sabor de boca como cuando escribí la biografía del Che Guevara o Francisco Villa. Creo que tanto cinismo maligno afecta también y nos hace preguntarnos cómo fue posible que existieran personas que pudieran traicionar a su patria de tal forma.”

Finalmente, el escritor abrió una ronda de preguntas y respuestas con los participantes en la Sala de Lectura, donde discutió diversos aspectos de lo que heredó La Decena Trágica al México contemporáneo, además de los profundos cambios que se suscitaron en la realidad de los mexicanos.

“La historia de México ha sido muy mal contada, se han creado metáforas cómodas que han creado una serie de contrasentidos que a veces pasan la cuenta a la demagogia. Sigue vigente una pregunta, si los héroes nos dieron patria, quién nos la está quitando.”

Y agregó: “Siempre me voy por las ramas, porque en un país donde los bosques no dejan verlas, es un privilegio tocarlas. Toda mi generación vivió una tradición de conocer la historia de manera muy aburrida, por eso este texto es también un intento por darle la vuelta a ese vicio. Sin embargo, vuelvo a insistir, la historia está frente a nuestros ojos, sólo hace falta tener la buena disposición para echarle una mirada.”
HBL

Fuente: (CONACULTA)

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