Jairo Miguel, matador hecho en México y con sólo 16 años, se encierra con seis bureles en España y corta dos orejas

una cornada en México en 2007, sonrió y saludó al público de su terruño tras despachar a los seis toros de la ganadería de Guadalmena en dos horas y media de solitaria lidia en la Plaza Era de los Mártires.

El matador, apodado Jairo Miguel, se lució especialmente con el quinto astado, un astifino negro meano que dio en la romana 435 kilos (959 libras).

Tras lucirse con el trapo metió el estoque hasta la bola por lo alto del morrillo. El animal cayó fulminado al ensartarle el acero el corazón y el espinazo. Con el resto de la camada necesitó tres intentos antes de despacharlos.

El presidente del coso le otorgó las dos orejas del quinto como premio a la voluntariosa labor, ante los aplausos del respetable.

En el patio de caballo y minutos antes de iniciar el paseíllo, el espada, enfundado de blanco y oro, abrazó a su padre, el torero retirado Antonio Sánchez Cáceres, presa de la emoción.

El coso de su ciudad natal de Cáceres, en la región suroccidental de Extremadura, estuvo ocupado en dos tercios de la capacidad por un respetable que siguió con interés y no escatimó las palmas en los mejores momentos de la joven promesa.

La edad promedio de los toreros españoles es de 25 a 30 años y la mínima exigida es de 16. Pasó cuatro años toreando en América Latina para eludir el requisito español de la edad.

En una corrida normal, tres espadas se reparten los seis toros.

Según los aficionados es extremadamente raro que un espada de 16 años despache seis toros en una sola corrida, un desafío que exige gran resistencia física y mental.

En una entrevista la noche antes de la corrida, Jairo Miguel dijo que estaba nervioso, pero que confiaba en sus habilidades. Alto y delgado, el hijo de torero lleva una cicatriz de una cornada grave que casi le alcanza el corazón, sufrida hace tres años en México.

El joven comenzó a torear vaquillas a los seis años y dijo que prácticamente ha crecido con los toros.

Juan Belmonte, que comenta las corridas en Canal Sur de Sevilla, dijo que Jairo Miguel no ha enfrentado grandes desafíos pero es un torero prometedor.

De los más de 800 toreros que están activos, agregó, sólo un puñado se animaron a torear seis animales de 500 a 600 kilos (mil 100 a mil 300 libras) a los 16 años.

Uno de ellos fue Julián López, que lo hizo en 1998 y ahora es uno de los más importantes matadores de España. Lo logró en la importante Plaza de Las Ventas, donde la gente lo cargó en andas tras llevarse dos orejas como trofeos.

Jairo Miguel se presentó en una plaza mucho más humilde, en un evento benéfico antes del inicio de la temporada.

Su madre, Celia Alonso, dijo que fumó sin parar en los días antes que su hijo saliera al ruedo y que no puede dormir, ni siquiera con somníferos. Preferiría que él hiciera otra cosa: “Fútbol, computadoras, lo que fuera”, dijo.

Fuente:  (Agencias)

 

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