“Descripción histórica y cronológica de las dos piedras”, libro sobre la “Piedra del Sol” y la “Coatlicue”

1792 se editó un libro que integró la descripción histórica y cronológica de las dos esculturas, elaborado por Antonio de León y Gama y preparado por Carlos María de Bustamante; la obra fue reeditada y ampliada en 1832.

El Instituto Nacional de Antropología e Historia pone nuevamente a disposición del público la Descripción histórica y cronológica de las dos piedras que con ocasión del nuevo empedrado que se está formando en la plaza principal de México, se hallaron en ella el año de 1790, seminal para la arqueología mexicana y un auténtico clásico de la literatura científica.

Bajo el título –recortado– de Descripción histórica y cronológica de las dos piedras, se trata de la versión facsimilar de la edición de 1832, que incluye las ilustraciones originales, y una introducción de Eduardo Matos Moctezuma. La obra se preparó con motivo del 70 aniversario del INAH, en un proyecto que lleva a cabo la reedición de una serie de libros imprescindibles para entender el desarrollo de las ciencias sociales y las humanidades en México.

La obra refiere el descubrimiento de las dos piedras y el sentimiento que despertó su hallazgo en la población; incluye la serie de cartas escritas al virrey, en las que se analizan los posibles sitios a los que podrían ser llevadas para su estudio.

Incluye tablas que permiten la comparación entre el calendario mexica y el calendario actual, y ofrece una descripción de cada símbolo presente en la Piedra del sol, para la mejor interpretación de la pieza.

En tanto que la serie de láminas –incluidas en la primera edición–, ilustran las características de ambas esculturas desde todos sus ángulos.

Además, brinda información sobre el lugar donde posiblemente se ubicaban algunos de los templos mexicas y ofrece la descripción de objetos arqueológicos  que se encontraban empotrados en las casas y calles de la capital  novohispana.

La Descripción histórica y cronológica de las dos piedras… puede considerarse el primer trabajo de corte científico realizado con una pieza arqueológica: define el tipo de piedra, estudia su significado y utiliza de forma crítica las fuentes históricas.

También explica las razones por las cuales en México la arqueología no sólo es una disciplina científica, sino una herramienta privilegiada a través de la cual la sociedad reconoce y valora una cierta cantidad de obras que son señales de identidad.

“Los monumentos descubiertos sirvieron como una clara comprobación de que las poblaciones prehispánicas poseían una cultura técnica y simbólica sumamente compleja. Por ello la Piedra del sol fue erigida por la población criolla como un estandarte para elaborar y reivindicar su identidad mexicana y, literalmente, fue usada como piedra de toque para diferenciarse de Europa, proceso cultural que desembocaría en la lucha por la Independencia.

“Mientras que la Coatlicue fue enterrada nuevamente al poco tiempo de su descubrimiento ya que la población indígena acudía a adorarla, causando gran inquietud entre españoles y criollos. Ambas piedras, con sus diversos destinos, formaron un binomio que fundaría en parte lo que fue el siglo XIX mexicano”, dice la presentación de la obra, escrita por el director general del INAH, Alfonso de Maria y Campos.

Fuente: (INAH)

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