“Nacimiento de un reino: La Nueva Vizcaya. Cuatro gobernadores”, historia de cuatro personajes decisivos en la formación del Norte Mexicano

hombres que a través de entereza, lucha y pasión por su tierra, lograron cimentar las bases de lo que hoy es el Norte Mexicano, y cuyos actos han sido plasmados en el libro Nacimiento de un reino: La Nueva Vizcaya. Cuatro gobernadores.

La investigación fue realizada por el historiador, profesor, periodista y promotor cultural Zacarías Márquez Terrazas (Chihuahua, 1933). Se trata de un trabajo que goza de un gran rigor histórico y narrativo, el cual le valió el apoyo del Instituto Chihuahuense de la Cultura.

Durante casi 90 páginas, el autor logra sumergir al lector en apasionantes historias protagonizadas por estos individuos que realizaron un sinfín de acciones para sustentar el poder, y así, conformar un nuevo reino: la Nueva Vizcaya, que comprendía lo que actualmente son los estados de Durango, Sinaloa, Chihuahua y el sur de Coahuila.

La pluma de Márquez, quien es director del Departamento de Investigación Histórica de la Universidad Autónoma de Chihuahua, permite que la persona que tiene entre sus manos este volumen sienta que está viviendo las escenas narradas.

El autor evidencia su dominio de la historia. Sin embargo, en ningún momento el texto se vuelve especializado o de difícil comprensión. Por el contrario, el miembro de la Comisión Nacional para la Preservación del Patrimonio Cultural aprovecha tal conocimiento para cautivar hasta con el más mínimo detalle.

Su propuesta –que se suma a otros títulos de su autoría–, está dividida en cuatro módulos, correspondientes a cada uno de los personajes descritos en cuestión, lo que permite una lectura rápida y amena.

Desde el punto de vista del autor, pocas son las regiones que formaron el vasto Imperio Español que tuvieron la suerte de ser conquistadas o colonizadas por un hombre como Francisco de Ibarra, al que califica como un hombre excepcional: “No deja tras él riquezas materiales sino un legado de humano trato a los indígenas y una incansable capacidad organizativa del reino al que dio su cabecera y nombre”, apunta Márquez.

Varias son las anécdotas que sobre De Ibarra se relatan, como el hecho de que un hombre de tan corta edad se le confiriera la comisión para conquistar y poblar. El autor destaca que murió cuando tenía 36 años de edad, ya que su febril actividad comenzó desde que tenía 15 años de edad, lo que minó rápidamente su salud.

Si de longevos gobernadores que tuvo la Nueva Vizcaya, mención especial se hace en el libro de Diego de Ibarra, que fue el tercer gobernador, aunque tuvo influencia desde que ésta se conquistó y formó el reino de su sobrino (Francisco de Ibarra). El autor explica que con su muerte se cierra un capítulo trascendente de su familia en la historia de esta nueva región que ellos crearon.

El tercer personaje nombrado es Francisco de Urdiñola, uno de los tres vascos que llenaron de manera preponderante la presencia política de la Nueva Vizcaya. Se indica que en su gobierno se mezcló la conquista de los enormes territorios con la colonización de las mismas en forma muy diferente a como se realizó en la Nueva España.

Detrás de la vida de esto hombre hubo intensos acontecimientos. El autor recuerda que durante mucho tiempo se le atribuyó la fundación de Saltillo. Asimismo, que estuvo en el ojo del huracán de pasiones y odios como actor de una tragedia en que asesina a su esposa y varios deudos.

Entre sus logros se recuerda su intensa labor como precursor de la industria en la Nueva Vizcaya, la instalación de los primeros ingenios para difundir y afinar metales, la construcción del primer obraje de paños, bayetas y sombreros, la introducción del cultivo de la vid en Parras, el establecimiento de molinos de agua, la promoción de las transportes en las carreteras y el trazo de nuevas rutas para cruzar la sierra.

Quien cierra esta ejemplar investigación histórica es la figura de Rodrigo de Río de Losa, otro ilustre vasco que participó en la conquista que hizo Ibarra y fundó Santa Bárbara, primera villa de españoles en lo que hoy es el territorio del estado de Chihuahua.

Dentro del libro se destaca que pocos gobernantes neovizcaínos tienen tantos antecedentes de prosapia como este personaje, a quien se le vincula con parientes de altos cargos civiles y eclesiásticos. Asimismo, que tuvo poca inclinación a los quehaceres burocráticos, optando por el oficio de las armas con el que llegó el atractivo de las grandes hazañas: “La fama conseguida con sus métodos de persecución le valió una sólida confianza en la lucha y problemas de las guerras fronterizas”, dice el autor.
Finalmente, el prologuista del libro, Gonzalo García Terrazas, asegura que el autor está aportando con este material un elemento claro y objetivo para la mayor comprensión del proceso de formación de una vasta e importante región del Norte de México. Mientras que a los chihuahuenses, les está dando motivos para fortalecer su cultura entre el multiculturalismo que conforma la nación.
GJB    

Fuente: (CONACULTA)

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