Museo-Jardín de Medicina Tradicional y Herbolaria ubicado en el antiguo barrio de Acapatzingo, Morelos cumple 30 años

vasto patrimonio cultural intangible de México.

El museo, adscrito al Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH-Conaculta), fue fundado en 1979, tres años después de que fue inaugurado el Jardín Etnobotánico. Ambos se ubican en una finca del siglo XIX en el antiguo barrio de Acapatzingo.

La historia del inmueble esta ligada al emperador Maximiliano de Habsburgo, quien disfrutaba de cabalgatas entre la vegetación de la región. Fue en 1865 cuando decidió construir una villa de descanso, a la que bautizó como Villa Olindo, en honor a la obra La Jerusalén Libertada, del escritor Torcuato Tasso.

El museo-jardín abarca cerca de cuatro hectáreas; incluye espacios arquitectónicos clásicos de la segunda mitad del siglo XIX, como la Casa Grande, el Pabellón, el Estanque de los emperadores y la Galería de las pilastras, inmuebles construidos por órdenes del archiduque austriaco, y que hoy albergan, además del recinto museístico, las oficinas del Centro INAH Morelos.

Tiempo después Bernardo Baytelman —fundador del Jardín— inició un proyecto de investigación antropológica acerca de la etnobotánica en Morelos, y planteó como meta principal la creación del Museo de Medicina Tradicional y Jardín Etnobotánico, para la investigación, conservación y difusión de este patrimonio cultural.

“Nuestra colección es una colección viva, con un proyecto de investigación en el que confluye el compromiso del trabajo cotidiano de jardineros, biólogos y antropólogos”, comentó Laura Parrilla Álvarez, responsable del museo.

El Jardín Etnobotánico cuenta con seis colecciones: la Ornamental, De la Selva Baja Caducifolia, Plantas Alimenticias y Condimenticias, Xerófitas, Orquídeas silvestres y la Colección Nacional de Plantas Medicinales, esta última reúne cerca de 450 especies de todo el país que se utilizan para el tratamiento de padecimientos.

Leonardo Beltrán Rodríguez, biólogo y jefe del herbario, informó que aquí se preservan especies como la albahaca, bugambilia, hierbabuena, hinojo, eneldo, cola de caballo, níspero, cuajilote, malva, chayote, magnolia, valeriana y los azahares de varios cítricos que se usan para afecciones del sistema nervioso.

Además de cicatrizantes, como el cuachalalate, tepezcohuite, árnica y axihuitl; así como las más popularmente conocidas: el gordolobo y el eucalipto, que se utilizan para combatir enfermedades respiratorias

Así mismo, se conservan plantas usadas desde la época prehispánica, como el zoapatle que siguen siendo usadas hasta la actualidad por las parteras, además del mítico toloache, y que cuenta con propiedades altamente tóxicas, por lo que no debe ser ingerido, advirtió Beltrán Rodríguez.

Por otra parte, se preserva la Colección de Orquídeas Silvestres compuesta por cerca de 50 especies, muchas de ellas en peligro de extinción y otras procedentes del extranjero, como China.

El museo cuenta con seis salas temáticas y una de exposiciones temporales, con temas como la Biomedicina, la Autoatención, y los Actores sociales y su papel en la salud pública.

Además de desarrollar la investigación y ser un recinto museístico, el popularmente conocido como Jardín Etnobotánico de Cuernavaca es un centro de capacitación y difusión que ofrece programas, cursos y talleres educativos, así como asesorías especializadas en taxonomía y cultivo, dirigidas al público general.

En las instalaciones del Jardín Etnobotánico, Museo de Medicina Tradicional y Herbolaria, se enseña a elaborar café orgánico, pomadas medicinales, jabones, tinturas —mezclas de agua y alcohol que se elaboran con plantas medicinales—, así como la creación de miniherbarios, huertas y hortalizas.

El Jardín Etnobotánico, Museo de Medicina Tradicional y Herbolaria, se ubica en la calle Matamoros, número 14, colonia Acapatzingo, en Cuernavaca, Morelos. Abre sus puertas al público de lunes a domingo de 9 a 15 horas. La entrada es gratuita.

Fuente: (INAH)

 

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