Cirilo Promotor Dacena, fandanguero originario de Tlacotalpan, distinguido en el área de Artes y Tradiciones Populares

identidad nacional.

Su petición es compartida en entrevista vía telefónica desde su natal Tlacotalpan, Veracruz, luego de haber sido distinguido con el Premio Nacional de Ciencias y Artes 2009 en el área de Artes y Tradiciones Populares.

Para este hombre resultó una gran sorpresa el haber ganado dicho galardón. “Me ha entusiasmado mucho este premio. Estoy muy contento. No me lo esperaba. Me dijeron que era muy importante pero yo no sé mucho de eso, pero me da mucha alegría que me tomen en cuenta”.

El fandanguero confiesa que llegó a la música profesionalmente cuando tenía alrededor de 20 años. Y es que de niño tuvo que dedicarse a la siembra y a la pesca, al igual que todos los integrantes de su familia.

“Yo empecé en los fandangos en 1950, cuando se realizaban las tradicionales reuniones musicales en los cafés de Tlacotalpan. Fue ahí donde varios músicos me empezaron a educar en este género. Sin embargo, mi gusto por la música ocurrió desde más chico, al escuchar a mi abuelo y a mi tío que eran fandangueros. Así que me animé a hacer mis primeras interpretaciones, aunque fueran chuecas. Lo importante era comenzar a hacer bulla”.

Incluso su padre, al ver el talento de su hijo, le mandó a hacer sus primeros instrumentos musicales con lauderos de Tlacotalpan, cuyos precios en ese entonces –recuerda el fandanguero–, oscilaban entre los seis y 12 pesos.

Desde entonces, Promotor Dacena comenzó a labrar un camino fructífero dentro de la música tradicional, sin pensar que se convertiría en uno de los máximos exponentes del género del fandango no sólo en tierras veracruzanas, sino en todo el territorio mexicano: “No he parado en la música. Incluso conocí a todos los fandangueros viejos e importantes de mi ciudad. Ahora sólo quedo yo con vida”.

“Siento mucha alegría, una cosa muy elegante. Es una música que me ha llegado al alma, al corazón. Eso me hace que no la pueda dejar y olvidar. No podría dejar de tocar fandango”.

Justo por esa razón, el maestro Promotor lleva ya 36 años dando clases de música en la Casa de Cultura de su tierra, oficio que le ha permitido continuar su gran pasión: “El día que no llego a venir me hace mucha falta. Me hallo muy dado a la música”.

“Es música vieja y ésta siempre ha sido muy bonita, muy tradicional. Es importante transmitirla a las nuevas generaciones porque no se debe perder lo viejo, porque es parte de nuestra identidad. Es un dolor muy fuerte perder nuestras tradiciones. Todavía las tenemos pero debemos luchar para que no se olviden, porque son las que nos han dado la vida, son un orgullo. Hay que aprender lo viejo, que no se acabe”.

En ese contexto, al estar compartiendo desde hace casi cuatro décadas su experiencia como maestro, el fandanguero siempre comparte una recomendación a sus alumnos: “Yo lo que les aconsejo primero siempre es que no olviden lo viejo, que es lo que nos ha dado identidad. Es una tristeza perder lo de antes. Por eso siempre a mis muchachos les enseño los sones que ya no se tocan y que por fortuna se quedaron en mi memoria”.

Cirilo Promotor Dacena confiesa que ya se siente cansado. Son muchos años de fandango. Sin embargo, conserva el mismo entusiasmo como el primer día: “Ya estoy sazón, como decimos por acá. Ya no tengo muchos años por delante, pero aunque me cueste trabajo tocar, quiero seguir dedicado a la música”.
GJB         

Fuente: (CONACULTA)

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