Celebran a Galileo por los cuatrocientos años de la primera observación del cielo con telescopio

físico Marcelo Knobel, participante del II Coloquio Internacional de Cultura Científica, quien animó el espíritu de la mesa de diálogo que, en el salón Enrique González Martínez de la FIL, celebró “Cuatrocientos años de mirar el cielo. Aniversario de la primera observación astronómica con un telescopio por Galileo Galilei”.

Moderada por Silvana Navarro, la mesa contó con la participación de los especialistas y divulgadores científicos Silvia Torres-Peimbert, Alberto Rojo, Marcelo Knobel y Sergio de Régules.

Torres-Peimbert resumió cuatro siglos de historia, a partir de aquel dispositivo tecnológico creado por el italiano Galileo Galilei en 1609 y que le permitió ver los cuerpos celestes treinta veces más cerca: “Hemos aprendido mucho y todo comenzó hace cuatrocientos años”.

Alberto Rojo se refirió a Galileo como el “fundador de la ciencia como la conocemos hoy”. Para el divulgador –quien además es músico– Galilei fue “el primero que no sólo vio el cielo de cerca, sino que supo cómo mirarlo”. Argumentó que, gracias a su afinidad con las artes, por ejemplo, al mirar las sombras en la Luna con su aparato, entendió que éstas eran obra de una serie de relieves en la superficie del satélite: “Era un desafío ver irregularidades en la Luna”.

Marcelo Knobel, por su parte, presentó una serie de estadísticas sobre las actividades que, en el marco del Año Internacional de la Astronomía, se realizaron en Brasil, e incluyó en apoyó sus comentarios fragmentos de canciones de Silvio Rodríguez y Jorge Drexler, además del poema de Ernesto Cardenal.

Sergio de Régules –divulgador científico mexicano– explicó que “a Galileo siempre nos lo pintan como un gran defensor de la razón y de la obra de Nicolás Copérnico. Lo cierto es que fue copernicano de clóset y no se declaró seguidor hasta que tuvo hechos concretos.

“Copérnico fue una especie de terrorista intelectual. En 1543 lanzó una bomba de tiempo”, relató De Régules. Ese año publicó su libro De las revoluciones de las esferas celestes y, cuando tuvo en sus manos el primer ejemplar, murió: “Copérnico dijo que los cálculos astronómicos serían más sencillos si en vez de tomar a la Tierra como centro del universo lo hiciéramos con el Sol. Fue una bomba de tiempo porque en su momento no causó escándalo”. El primer “fan de Copérnico”, explicó, fue el alemán Johannes Kepler, quien siempre animó a su colega italiano a “salir del clóset” astronómico.

En 1609, Galileo, con su telescopio, “vio cuatro estrellitas detrás de Júpiter que, cada noche, cambiaban de lugar. Al cabo de muchas noches concluyó que aquellos objetos giraban sobre el planeta. Y ahora sí se declaró copernicano”.

Un año después, publicó El mensajero de las estrellas, en el que describe su método. Con la aparición del volumen, el italiano “logró que la Inquisición prohibiera el libro de Copérnico” y, con esto, que sus ideas tomaran más fuerza. Y dado que en 2010 se cumplen cuatrocientos años de la aparición del libro de Galilei, llamó a seguir festejando a la astronomía.

Fuente: (Sala de Prensa de la 23 FIL)

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