Entrevista exclusiva con Isabel Orellana, una maratonista de clase mundial

la XXVII edición del Maratón Internacional de la Ciudad de México 2009, en septiembre pasado. Con ella platicamos en exclusiva para Azteca21 y nos contó sobre su vida deportiva, sus mayores triunfos y cómo combina su vida laboral con el deporte de alto rendimiento.

El inició de la historia
– ¿Cómo te iniciaste en la vida deportiva?
– “Yo corro desde los 15 años. Estuve en el pentatlón deportivo militarizado universitario y ahí inicie. Por azares del destino se presentó el medio maratón del pentatlón y mi jefa me dijo ‘oye, Isabel, pues tú corres’. En ese medio maratón me fue tremendamente mal y me quedé como una hora acostada porque tenía una fiebre tremenda, me deshidraté; corrí con short de mezclilla y tenis que eran como para pasear; esta fue mi primera experiencia y fue horrible”.

– ¿Cuáles fueron los motivos para escoger el maratón?
– “Nosotros hacíamos vallas en el maratón de la Ciudad de México y empecé a sentir cierto tipo de admiración por los que corrían. Como a los 16 o 17 años me inscribí en el maratón por primera vez y de nueva cuenta sufrí mucho. En el km. 33 ya estaba en la Cruz Roja por deshidratación.

“Lo curioso fue que después de un rato que me estuvieron atendiendo, me dijeron: ‘pues ya se puede ir’. Yo estaba en short, sin dinero, no sabía en que parte de la ciudad estaba y nadie me quería auxiliar. Tuve que caminar hasta que encontré a un conocido que me ayudó. Esta anécdota fue tremenda –recuerda entre carcajadas-“.

La dedicación superó a las derrotas
– ¿En qué momento te convertiste en atleta de alto rendimiento?
– “En 1994, que empecé a estudiar sociología, en la FES Acatlán y conocí a Guillermo Estrada Cantón, que fue mi primer entrenador y fue el que prácticamente me modificó todo. Yo era de esos corredores que empíricamente corrían, leía revistas y seguía los consejos. Hasta que llegué con este profesor, que me dio un plan de entrenamiento con tiempos en distancias y repeticiones, etc.”

-¿Este fue el momento en que te volviste competitiva y ganadora?
– “Sí. Ya con el plan de trabajo específico me inscribí en el medio maratón del pentatlón y gané el primer lugar. Luego hice muy buen papel en el Maratón de la Ciudad de México y esto me abrió la puerta para viajar al extranjero, a Phoenix Arizona, representando al país y afortunadamente gané la competencia”.

-Cuéntanos sobre el oro en los Juegos Centroamericanos del Salvador 2002.
-“Los Juegos Centroamericanos fueron una experiencia muy diferente. Primero porque una de las autoridades del deporte mexicano me obstaculizó el paso; decía que no era conocida y que no ofrecía ninguna garantía para ganar. Finalmente pude lograr las marcas en el Nacional de Pista y Campo y pude asistir a los Juegos Centroamericanos representando a México y ganar la medalla de oro en el maratón.

-¿Ha sido tu mayor triunfo?
“Yo creo que sí porque hay muchas de por medio. Ver la bandera de tu país es algo muy bonito. Aunque fue una ceremonia muy deslucida en los Centroamericanos porque fue de noche, había mucho viento y casi no había gente; todo eso me sirvió para valorar a mi país. También tuve la fortuna de conocer al Presidente Vicente Fox en los Pinos. Yo estaba muy orgullosa, estaba frente al presidente y me presenté ante él y le dije: soy Isabel Orellana, ganadora de oro en el maratón. Son de esos momentos que nunca se te van a olvidar”.

– ¿Cuáles han sido los obstáculos a los que te has enfrentado en tu carrera deportiva?
– “Definitivamente las lesiones. Son lo más difícil porque no las piensas y aparecen de la nada. También ha sido más difícil para mi porque nunca he tenido un servicio médico a la mano donde me pueda atender de manera especializada”.

– ¿En México se reconoce y se apoya a los atletas?
– “La verdad es que casi nunca he recibido apoyo. La mayoría de las veces yo pago mi pasaje para ir a competir al extranjero, o muchas veces me invitan los organizadores y me proporcionan transporte y hospedaje. En los maratones de Costa Rica, Panamá y Túnez (de los que es la actual campeona) así corrí”.

-¿Cómo combinas tu carrera deportiva con un empleo…?
– “Yo debo de ser una persona muy organizada y planificada en mis actividades porque tengo que cumplir con mi papel de madre, esposa, empleada y además de corredora. Por ejemplo, en un día común y corriente: yo entreno en la mañana, después arreglo las cosas de la casa, me voy a trabajar, regreso en la noche y reviso la tarea de mis hijos, en ocasiones hasta ya muy entada la noche”.

-¿Cómo es la vida de Isabel Orellana?
-“Pues como la de cualquier persona, el día del maratón corrí y luego me fui a trabajar. Yo soy una empelada más (cajera en una tienda de autoservicio), en realidad vivo del sueldo de mi trabajo y no puedo darme los lujos de ser una persona pedante y sentirme inalcanzable”.

– ¿Cómo está el atletismo en México?
– “En México existe mucha calidad en los atletas pero hace falta competir a altos niveles. A veces las invitaciones llegan al COM y son sólo para la gente que entrena ahí. También existe el problema del que no hay una escuela que canalice los talentos desde pequeños. Todo se da por casualidad y a veces hasta parece que se trata de poner trabas a los deportistas por parte de los dirigentes.”.

– ¿Qué significó el triunfo en el Maratón de la Ciudad de México?
– “Fue como un reencuentro en muchos sentidos, muchos amigos que no veía en años me llamaron; mis papás volvieron a ver a gente que ya no veían. Este último triunfo me cambió la vida, porque yo ya estaba un poco resignada con mi carrera deportiva. Ahorita tengo 36 años y con esto siento que puedo retomar mi ritmo y buscar algo más, porque generalmente en pruebas de fondo, la gente de esta edad es cuándo destaca”.

-¿Qué consejos les darías a las personas que quieren realizar alguna actividad deportiva a nivel competitivo?
– “Para la gente que empieza a hacer ejercicio yo le digo que tenga mucha fuerza de voluntad y verlo como un proyecto de vida. En el ámbito competitivo, yo les puedo decir que tenga una visión de ver más allá del sólo hecho de competir en una carrera de la colonia  y miren muy lejos. Que se vean en el extranjero representando a nuestro país y sudando la camiseta en todo momento. Porque esto es una emoción inigualable el ver la bandera de tu país en otro lugar y poderla defender.  Pero nada es gratis, todo se basa en el esfuerzo y la preparación”.

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