Juegos del desempleo

propias mediciones.
El resultado por lógica son datos heterogéneos entre la Secretaría del Trabajo, la Secretaría de Economía, el INEGI y el IMSS. Para ello Presidencia prefiere las cifras del INEGI evitando dar aclaraciones respecto de dónde están contabilizados los eventuales, informales y desempleados de México.
Lo que hace el INEGI es por demás manipulador, valga decir, que así como el Banco de México fue alguna vez considerado “la caja chica del presidente de turno”, relación que se logró sanear gracias a la autonomía de gestión aprobada para el propio instituto central, así el INEGI es el órgano más oficialista de los datos más oficiales que al presidente de turno le conviene alterar para su propia conveniencia.
Antes con los presidentes priístas dentro de la Población Económicamente Activa (PEA) contaban todas aquellas personas a partir de  los 12 años de edad que estaban ocupadas, en capacidad de hacerlo, que por lo menos laboraron un par de días a la semana o que estaban en las filas del desempleo en espera de un trabajo.
Después con los vientos anunciados del cambio, con el presidente Vicente Fox, del PAN, se llevó a cabo un nuevo parámetro de medición de la PEA, está vez únicamente cuentan todas aquellas personas a partir de los 14 años de edad que están trabajando, con disponibilidad de hacerlo, que al menos laboraron una hora a la semana o que están en las filas del desempleo esperando por ocuparse.
Obviamente esto tiene resultados como dejar de tomar en cuenta al niño que me acaba de vender las nochebuenas y al que le pregunté su edad (13 años) y si asiste a la escuela (de vez en cuando).
También tienen un impacto en las políticas públicas y la política laboral a la que el secretario del Trabajo, Javier Lozano, quiere meterle mano con sendas propuestas de reforma avaladas por el presidente Felipe Calderón para abaratar la contratación  de mano de obra, con la justificación de la competitividad; y abaratar los despidos para reducirle costos a las empresas.
Hay una percepción inequívoca y digámoslo surrealista en materia de empleo y desempleo, derivada precisamente de la enorme laguna alrededor de los empleados y desempleados.
Y es que si un gobierno no sabe con precisión cuántos son, entonces cómo instrumentará políticas eficaces en materia de empleo, reducción del desempleo, inhibición de la economía informal, etc.
Veamos el potaje de cifras: el INEGI  señala que al mes de octubre pasado la PEA sumó 45.7 millones de personas, lo que no implica que son 45.7 millones de trabajadores formales, sino de personas que a partir de los 14 años de edad desarrollan  un trabajo ya sea de manera formal, informal, están inclusive en el subempleo, hasta desocupados, o bien laboraron por lo menos una hora a la semana.  Allí están todos revueltos.
Después el IMSS agrega que, en el mismo mes de referencia, había 13 millones 980 mil 481 trabajadores registrados, lo que significa que son personas que tienen un empleo formal sea con contrato definitivo o eventuales y con prestaciones de la ley.
Si nos vamos a las cifras de las Afores, la CONSAR indica que al mes de octubre pasado había 39 millones 369 mil 280 trabajadores con Afore.
Llegados a este punto, el lector se preguntará entonces cuántos son los trabajadores que tiene México un país con 107 millones de personas.
¿Quiénes son los trabajadores formales los 45.7 millones de la PEA, los 13 millones 980 mil 481 del IMSS o los 39 millones 369 mil 280 en las Afores?
A mi juicio me parece que la cifra más precisa la tiene el IMSS en cuanto a número de trabajadores fijos y eventuales, si lo redondeamos a 14 millones, este número figura también dentro de la PEA reportada con el INEGI porque el resto son trabajadores informales, subempleados,  empleados con contratos mensuales y temporales sin prestaciones de la ley, gente en el autoempleo y también 2.71 millones de desempleados.
Así es que podemos establecer que si a 45.7 millones de la PEA le quitamos los 2.71 millones de desempleados tenemos 42.99 millones a los  que restamos los casi 14 millones de trabajadores registrados en el IMSS, de esta forma la relación que encontramos es que en  México por cada trabajador con empleo fijo y prestaciones de la ley existen dos personas que se emplean de manera eventual, informal o en el autoempleo.
Además aprecio que el dato del IMSS es el más preciso (que redondeamos a 14 para facilitar el cálculo) porque si nos vamos a lo que reporta la CONSAR encontramos lo siguiente: de los 39 millones 369 mil 280 trabajadores registrados con una Afore, únicamente 14 millones mantienen su cuenta activa esto es con aportaciones que su patrón realiza porque obviamente están trabajando y algunos menos hacen aportaciones voluntarias.
El resto, 25 millones 369 mil 280 cuentas pertenecen a personas con Afore que no han reportado ninguna movilidad en los últimos años, porque si la persona no está trabajando de manera formal ni está dada de alta con su hoja rosa del IMSS entonces el patrón no efectúa las aportaciones correspondientes, por tanto el dinero del trabajador en la Afore no sufre incrementos más que los añadidos por la propia administración de los recursos por parte de las SIEFORES.
Por ende,  con los datos de arriba y los de las Afores tenemos un rango de trabajadores informales, subempleados, autoempleados que oscila entre los 28.9 y los 25.3 millones de personas, mucha de esta gente está en la calle vendiendo o son víctimas de contratos baratos de empresas que buscan beneficiarse de la tremenda demanda por trabajo  que existe en México.
Con todo ello, que nos digan que un país puede funcionar y tiene  futuro con una pirámide de  14 millones de trabajadores formales versus 28.9 a 25.3 de trabajadores informales, en una economía en la que comen 107 millones de personas, por favor qué alguien me diga si tiene lógica que  Presidencia y la Secretaría de Trabajo estén empeñados en sacar más gente a la calle y en abaratar el empleo.
P.D  Se anuncia un viernes  caótico en la ciudad de México, el SME amenaza con la toma de calles y avenidas. Hasta Liverpool que tendría su venta nocturna  hoy decidió cambiarla para otro día considerando que mucha de su clientela se vería afectada por los cortes de circulación.
*Economista y columnista especializada. Con estudios de doctorado por  la Universidad de Alcalá, tiene dos libros publicados y participa en distintos foros de radio y televisión con opiniones sobre educación financiera, economía y finanzas personales.  Puede contactarla en: claulunpalencia@yahoo.com

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