El día de la Revolución Mexicana es muy simbólico para el deporte nacional

nacional y el festejo de la Revolución Mexicana.

Después de aquella lucha donde los líderes políticos peleaban entre ellos por el poder, llegó la estabilidad y con ella un fenómeno que tomaría forma como un elemento esencial para celebrar el fin de la lucha armada y la victoria de muchos grupos que nunca pudieron ponerse de acuerdo en lo fundamental.

En 1928, para festejar esta fecha, se realizó una carrera de relevos que no tuvo mayor relevancia en su momento, pero marcó el inicio de una tradición que perduraría hasta hace tres años. En 1929, además de esta carrera, se organizó un desfile militar-deportivo en el Campo Militar ubicado en ese entonces en Balbuena.

Así, poco a poco, el mundo del deporte se fue incrustando en los festejos nacionales y se fue instaurando en la sociedad la costumbre de ver a los deportistas hacer alguna exhibición al aire libre, aunque nadie sabía como asociarlo con el movimiento armado.

En su momento, existieron muchas críticas por utilizar este tipo de eventos como parte de una festividad que estuvo muy alejada del espíritu deportivo. Trifulcas políticas, traiciones y muertes son cosas muy distintas a la actividad atlética (bueno, al menos en la teoría); sin embargo, para justificar el momento, historiadores y políticos de la época posrevolucionaria afirmaban que el deporte nacional representaba “la voluntad pacifista y conciliadora de todos los mexicanos”.

En 1930 el desfile toma las calles del Centro Histórico de la Ciudad de México y se vuelve un festejo masivo. Así, en 1936 el desfile deportivo fue catalogado como ceremonia de carácter nacional después de que el Senado de la República aprobara su decreto. Y aunque el Presidente no asistía al evento, este ya representaba una ceremonia oficial muy bien aceptada por la población.

Y para aprovechar la aceptación social del evento, en 1941 el Presidente Manuel Ávila Camacho se hizo presente en el desfile y desde ese momento no faltó ningún mandatario al tradicional desfile deportivo del 20 de Noviembre.

Hasta que en 2006, con una serie de pretextos que nadie entendió porque nunca los explicaron de manera correcta, Vicente Fox y su gabinete decidieron eliminar de la agenda nacional el desfile deportivo argumentando que ya tenía que haber desaparecido desde hace muchos años.

Estas fueron las declaraciones que en su momento dio el vocero Rubén Aguilar: “El desfile había venido agotándose, desde hace unos 18 años ha venido cambiando, antes marchaban los sindicatos, se quitó; ha habido una demanda de una serie de deportistas que parece que el modelo es obsoleto y que no querían participar en el desfile”.

Y así terminó la tradición que en su momento fue la máxima representatividad de la paz a la que, después de muchos años de sufrimientos, llegó a vivir el país al inicio del siglo XX.

-El PND
Pero no termina la presencia del deporte en los festejos del 20 de noviembre. A pesar de que ya no hay desfile ni exhibiciones, este día fue elegido como la fecha oficial para premiar a los ganadores del Premio Nacional de Deporte.

Esto se ha venido dando desde 1975, cuando se instauró y desde entonces, año con año, se ha entregado a los deportistas más destacados del país. En esta ocasión, como casi todo el mundo lo sabe, serán galardonados con este premio los atletas Joaquín Capilla, Éder Sánchez, Paola Espinoza, Cuauhtémoc Blanco, el entrenador Rafael Alarcón y el nadador de aguas abiertas Antonio Argüelles.

Pues así se vinculó el deporte a los festejos del aquel movimiento armado que rompió la hegemonía de una dictadura y empezó a construir una serie de eslabones para que el país llegara a la democracia, al menos electoral. Con esto se mandó al exilio a Don Porfirio hace ya 99 años, que rápido pasa la vida…Nos vemos la próxima semana.

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