Vestigios confirman que Xalasco, Tlaxcala, fue enclave comercial de Teotihuacan

esta cultura en el área oriental de ese estado.

El balance de las investigaciones iniciadas desde el año 2005 por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH-Conaculta), fue dado a conocer por el arqueólogo Alejandro Bautista Valdespino, en el marco de las V Jornadas Permanentes de Arqueología que se llevan a cabo en el Museo del Templo Mayor, donde refirió que estos estudios han permitido definir la presencia de dos culturas en el sitio de Xalasco: una local denominada tenayecac, en el área poblano-tlaxcalteca, y otra claramente con influencia teotihuacana.

El investigador informó que el material localizado está integrado por diversos elementos cerámicos, entre ellos vasijas completas, una cantidad importante de figurillas teotihuacanas, y artefactos líticos elaborados en obsidiana, sílex y basalto, representativos del periodo Clásico.

También encontraron dos entierros humanos, uno en una olla y otro secundario con una ofrenda teotihuacana y cerámica asociada, así como una serie de restos de animales, entre ellos halcones, tuzas, perros, peces y tortugas, que actualmente son estudiados por la arqueozoologa Fabiola Guzmán, y el recientemente fallecido biólogo Oscar Polaco, ambos de la Subdirección de Laboratorios del INAH.

Otros vestigios importantes que se identificaron son representaciones en piedra alusivas a procesiones de jaguares, iguales a las que aparecen en la pintura mural de la Zona Arqueológica de Teotihuacan.

“Nos parece que Xalasco fue un enclave teotihuacano que sirvió como punto de paso en las rutas de comercio entre la Costa del Golfo y el Altiplano Central durante el periodo Clásico. El área oriental de lo que hoy es Tlaxcala fue una de las rutas geográficas más directas para comunicar la costa y la antigua metrópoli de Teotihuacan”, detalló el arqueólogo en el foro organizado por la Dirección de Estudios Arqueológicos del INAH.

Así mismo, dijo, se localizaron braseros tipo teatro o escenario “muy comunes y característicos de Teotihuacan, que nos indican la adopción en Xalasco de ritos e iconografía y simbolismo de la Ciudad de los Dioses.

“Igualmente, hemos encontrado los llamados candeleros, recipientes de barro de pequeñas dimensiones que tienen de uno a tres orificios en la parte superior, y servían para quemar resinas, como una especie de sahumadores portátiles. En Xalasco los hemos hallado elaborados en cerámica y basalto”.

Bautista Valdespino explicó que el primer trabajo del INAH en el sitio, en años recientes, fue un recorrido de superficie hecho en 2005, durante el que se recolectó material arqueológico; el proyecto continuó en 2006 con la excavación de pozos de sondeo, y en 2008 la exploración se hizo de manera extensiva y multidisciplinaria en el marco del proyecto Salvamento arqueológico en un conjunto con materiales teotihuacanos en Xalasco, Atlzayanca, Tlaxcala.

Dicha investigación fue codirigida en 2008 por el INAH y el Instituto de Investigaciones Antropológicas de la UNAM, a través de la participación de la arqueóloga Linda Manzanilla, y con la intervención de especialistas del Laboratorio de Arqueozoología del INAH.

En las dos áreas excavadas el año pasado se detectó el muro exterior de una estructura, conformada por lajas de basalto perfectamente alineadas, con relleno de bloques de tepetate y con cornisas talladas en xalnene (materia prima local). El segundo punto de exploración permitió encontrar un cuarto pintado en color rojo, con una profundidad mayor a 1.10 metros, de probable función funeraria.

Además, destacó que la orientación arquitectónica es semejante a la existente en Teotihuacan. Por todo lo anterior, “se confirma que Xalasco estuvo habitado por gente procedente o relacionada directamente con la sociedad teotihuacana de ese tiempo”.

“Estos elementos arqueológicos nos sugieren que Xalasco fue un enclave de Teotihuacan. Las características de los materiales hallados muestran una interacción constante y dinámica entre diversas áreas del oriente del Altiplano; podemos pensar que el asentamiento, junto con otros sitios del valle tlaxcalteca, tuvo un papel importante en el sostenimiento y desarrollo de la gran urbe teotihuacana, al permitir el paso de productos que venían del Golfo y de lo que hoy es el sureste de México y sur de Puebla.

“Fue punto de intercambio y transporte de materias primas y productos elaborados entre dichas regiones. De ahí la relevancia de estudiar este tipo de sitios representativos del Clásico en el oriente de Tlaxcala, que ha sido muy poco trabajado e investigado arqueológicamente”.

El arqueólogo informó que durante 2009 se ha trabajado en los estudios de gabinete y ya se tienen resultados del análisis de una gran cantidad de cerámica y lítica. Asimismo, se ha avanzado en el fechamiento por el método de Carbono 14, y se han identificado las especies de animales localizados en el contexto arqueológico.

El sitio de Xalasco comprende aproximadamente 50 hectáreas, en cuya totalidad se ha hecho recorrido de superficie, mismos que permitieron definir sus límites con base en la disposición de los materiales arqueológicos localizados. Durante el recorrido de 2005 se detectaron 15 montículos bajos, uno de ellos de una altura de cuatro metros, y el resto no rebasan los 50 centímetros.

Xalasco no está abierto al público. Como continuidad de este trabajo se realizó el plano topográfico de toda el área, y entre marzo y abril se hizo su delimitación por parte de la Dirección de Registro Público de Monumentos y Zonas Arqueológicos del INAH.

Los trabajos de 2005 a 2008 han sido autorizados por el Consejo de Arqueología del INAH, y apoyados por el Instituto Tlaxcalteca de la Cultura, el Consejo Municipal para la Cultura y las Artes de Altzayanca, el Ayuntamiento de Altzayanca, el Instituto de Investigaciones Antropológicas de la UNAM y la Asociación Municipal Téotl A.C.

 

Fuente:  (INAH)

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