Flautista Omar Ruiz García y el “Grupo Ars Antiqua” cierran con concierto el Festival de Música Antigua

Saraos, en el Museo Nacional del Virreinato (MNV).

Organizado por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH-Conaculta), este festival —que se desarrolló en Tepotzotlán, Estado de México, del 9 al 24 de octubre— que representa el único en el país dedicado a la música antigua, llegó a su culminación este fin de semana después de ocho conciertos y un foro académico que congregó a intérpretes, musicólogos e investigadores.

“El Museo Nacional del Virreinato ha encontrado en la música un medio excelente para difundir y preservar nuestro rico patrimonio cultural de más de 300 años, durante 10 ediciones hemos disfrutado con magnificas presentaciones, además de deleitarnos con excelentes ponencias con los más importantes investigadores del país en la materia”, refirió Cecilia Genel Velasco, directora del recinto, durante el cierre del acto conmemorativo al 45 aniversario de creación del MNV.

Este año el coloquio contó la participación de destacados especialistas como el musicólogo Juan Manuel Cárdenas con la ponencia El canto gregoriano y el canto llano en la música virreinal, el compositor e investigador Manuel Mejía Armijo con la conferencia Música, baile y fiesta en la antigua lírica popular hispánica, y el concertista Omar Ruiz García, quien deleitó a los asistentes con su exhibición de instrumentos antiguos.

El Refectorio del Ex Colegio de San Francisco Javier fue el escenario donde el flautista volvió a asombrar al público, luego del ensamble barroco que presentó el pasado octubre 18, en esta ocasión con la charla-demostración Instrumentos musicales en las catedrales novohispanas”, que tuvo como principal atractivo un conjunto de trompetas, cornetos, bombardas, bajones e impresionantes flautas que iban desde los 20 centímetros hasta el 1.80 metros.

“Quitando el órgano, que es el instrumento distintivo de las catedrales virreinales, la idea era traer algunas réplicas del material que utilizaban en la época para crear música, quería que la gente apreciara de cerca aquellos más comunes y que se siguen utilizando hasta la fecha, y conocieran otros que quedaron en desuso o son el antecedente de piezas contemporáneas”, explicó Ruiz García ante más de un centenar de personas.

Además de llevar algunos ejemplos basados en piezas de los periodos medievo, renacentista y barroco, el flautista explicó los orígenes y diferencias entre los instrumentos, al mismo tiempo de ejecutar algunas melodías que hacían más explícito el entendimiento teórico.

La impresionante flauta gran bajo fue la ‘cereza del pastel’ durante su exhibición, artefacto hecho en madera de casi dos metros que requiere de un pedestal o pata que sostiene sus 8 kilos de peso, cuenta con claves que sirven como extensiones de los dedos para cubrir toda su longitud y un tudel —tubo de latón encorvado que funciona como boquilla— para hacerla sonar.

“El tamaño de los instrumentos tenía que ver esencialmente con el registro tonal que presentan. Originalmente tenían la intención de sustituir la voz y tesitura de un intérprete. También existen los subcontrabajos que pueden alcanzar los tres metros de largo”, comentó  Ruiz García.

El contraste del enorme instrumento de viento fue la pequeña y delicada sopranino, una flauta renacentista de 18 centímetros manufacturada en madera y que incluso puede ser tocada con una sola mano. El concertista explicó que la flauta dulce hecha con polímeros, conocida popularmente y que se enseña a tocar en las escuelas, es una copia del modelo barroco.

“La flauta dulce o de pico, como la conocemos hoy en día, es un modelo de finales del siglo XVI y principios del XVII que fue muy popular durante mucho tiempo, incluso el compositor italiano Antonio Vivaldi escribió obras completas para dicho instrumento. Sin embargo la “moda” de la flauta transversal hizo que cayera en desuso durante 150 años; su valor se recuperó en el siglo XX y nuevamente se popularizó su uso”, concluyó Ruiz García.

Por la noche, en el Templo de Francisco Javier, 300 personas disfrutaron del concierto de Ars Antiqua, agrupación dirigida por el maestro Eduardo Arámbula, donde también hubo la oportunidad de escuchar estos instrumentos aerófonos junto con algunas percusiones, guitarras, un par de zanfonas —iinstrumento de cuerda que se toca haciendo dar vueltas con un manubrio— y la voz de la soprano Mariana Zermeño.

El repertorio de Ars Antiqua pasó por varias épocas y latitudes, desde música sefardí del siglo XV hasta popular mexicana del siglo XVIII. La particularidad del concierto radicó en haberse dedicado al platillo típico español migas de pan, y que consiste en rebanadas de bolillo servidas en caldo de pollo.

Cabe señalar que dentro del programa musical, se desglosaron los ingredientes de la recetaq poblana de este platillo y que se servía cotidianamente en la casa del director de la agrupación, Eduardo Arámbula.

Fuente: (INAH)

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