Memorias de un huapanguero: “Koneme” o la magia del huapango (2)

presentaciones del grupo, pues lo vende directamente al público. O, insisto, en Colatlán, durante el Encuentro del Huapango, que se celebra la última semana del año en esa región de la huasteca veracruzana. Seguimos la charla con Moisés Hernández Hervert, jaranero de Koneme.

Moi, háblame de los otros dos integrantes de Koneme.

Sí, mira Goyo, como sabes, Nice y yo somos hermanos, los dos nacimos en la ciudad de Poza Rica. Yo viví parte de mi niñez en Álamo, Veracruz, la tierra de la naranja. De ahí me fui a estudiar la preparatoria a la ciudad de Puebla y posteriormente terminé mis estudios profesionales en el Instituto Politécnico Nacional en la ciudad de México.  Cuando estaba estudiando, mis metas eran las de irme a trabajar a otro país y ganar mucho dinero, como la mayoría de las personas que estudiamos una ingeniería, pero a raíz de conocer el huapango, mejor dicho, de darle ese valor que no le daba, de valorar mi tierra, mi cultura y mis tradiciones, mi vida dio un giro drástico y mis metas cambiaron rotundamente: ya no quería irme a otro país, quería seguir envuelto en la magia del huapango. Lo peor de todo es que ya estaba a menos de dos años de concluir mis estudios y no podía echarme para atrás, así que terminé mi carrera con el propósito de buscar trabajo no fuera de mi país, ni fuera de mi estado, sino en la tierra donde las tradiciones y costumbres aún suenan al compás de un huapango. Bueno, actualmente trabajo en el Instituto Tecnológico Superior de Chicontepec, en la huasteca veracruzana, muy cerca de mis orígenes.

Por cierto, ¿cómo ha sido la vida del trío desde el punto de vista de sus actuaciones, en dónde debutaron, cuáles presentaciones recuerdan más, los contratan seguido…?

Como te dije antes, nuestra primera participación fue en el Segundo Encuentro del Huapango en Colatlán, de ahí nos presentamos en muchas partes más, en casi todas las huapangueadas de la región, en varios festivales de la Huasteca, concluido ya el programa, cuando dejan el escenario libre para subir a tocar. De las participaciones que más recordamos, en lo particular, me gustó mucho la de Querétaro, allá con Carlos Arvizu y Pepe Huapango. También muy bonita la de Jojutla, Morelos, el pueblo de nuestro hermano huasteco Chucho. Y la que nos dejó mucha experiencia, sobre todo a mi hermano Nice, fue la del Concurso Nacional de Jóvenes Violinistas, en San Joaquín, Querétaro, en la cual obtuvo el tercer lugar, esa participación fue muy intensa. Si yo estaba nervioso, ¡imagínate cómo estaría Nice! Recuerdo que en el último son, a Nice se le engarrotó la mano, sería por nervios o qué sé yo, pero ya no pudo realizar unos arreglos que tenía preparados. Cuando nos bajamos, me dijo: “No puedo mover la mano, no puedo”, no podía soltar el arco del violín, el brazo derecho lo tenía bien tenso, pero después se le fue pasando hasta que se le pasó el nervio. Ese evento en San Joaquín fue muy bonito desde el viaje que emprendimos, bajo un gran aguacero, sin saber la ruta y sin tener la llave de La puerta del cielo [tramo de la carretera en Pinal de Amoles, en la Sierra Gorda queretana, donde también se localiza San Joaquín], hasta nuestro regreso con un hermoso sabor queretano en el alma. De ahí nos pudimos trasladar a Puebla, Puebla. En un festival en la Casa de Cultura nos presentamos dos días, fue una de las tocadas en que no sabes cómo va reaccionar la gente, si le va a gustar o no, pero gracias a Dios tuvimos mucho éxito, la recordamos con mucho cariño. En términos de los contratos, como todo, hay temporadas en que salen chambas muy seguidas, y siempre que hemos amenizado alguna fiesta nos ha ido de maravilla, nos aceptan con mucho agrado, y lo mejor de todo es que dejamos la música huasteca muy en alto, y la seguimos promoviendo para que no nos deje y se siga escuchando por todo México.

Háblame de la relación con los integrantes de Nostalgia Huasteca, pues, aparte de que César les grabó el disco y Mauricio les hizo el diseño, son amigos de ustedes y casi infaltables en Colatlán… Además, ¿cómo se dio el proceso de grabación?

Claro que sí. Nostalgia Huasteca es nuestro trío hermano, tenemos muy buena relación con la familia Juárez Joyner, sobre todo yo, que cuando estaba estudiando en el D.F. me invitaban a su casa, haciéndome sentir como en la mía. Doña Perita, don José Luis, gran músico y poeta, la Trufa y mis hermanos Mauricio y César, claro, sin olvidar a Héctor, gran amigo también. Con Nostalgia hemos vivido muchas cosas, pero más con César, allá en el D.F. y acá en la Huasteca. Cómo olvidar las noches de huapango en La Cantera, los domingos huastecos en Coyoacán, las mil y una fiestas en la casa de Nostalgia, la ida a Chahuaco [Hidalgo] con los [Huapangueros] Diferentes, que fue una aventura de película, luego te platicaré esa historia, y sin duda cómo olvidar el día de la grabación del disco, fue en el primer estudio que tuvo César, lo hicimos todo en dos días, uno para ensayar y montar los arreglos y otro para grabar. Esos días fueron muy agradables, aun con la tensión de la grabada, que por algunos momentos nos sacaba de quicio, pero sin pasar a mayores, controlando el estrés que por algunos momentos nos envolvía y la desesperación porque las cosas no salían bien. Pero el amor al arte y a nuestra tierra nos ayudó para poder sacar el trabajo y darle a mi gente un testimonio para que nos recuerden y sepan que aquí estuvimos.

Bueno, ya está, supongo que habrá tiempo y ocasión para reanudar la charla con Moi, pues el tiempo cada vez es más escaso para los hombres ocupados, como este profesionista y músico huasteco que, para bien de él y de su tierra, sucumbió a la magia del huapango, como la que flota cuando escucho el disco de Koneme o cuando los oigo tocar en vivo. Hasta la próxima, pues.

Comentarios a esta nota: gregorio.martinez@azteca21.com

Foto: Nice, Moi y César, los integrantes de ‘Koneme’, en Citlaltepec, Veracruz, en mayo de 2007.
Azteca 21/Gregorio Martínez M.

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