Descubren 37 entierros humanos de la Cultura Huasteca en la Zona Arqueológica de Tamtoc

expertos del Insitito Nacional de Antropología e Historia (INAH-Conaculta), apuntan a que se trató de un grupo poblacional que se distinguía del resto, toda vez que todos los esqueletos que presentan patologías han sido descubiertos en el área norte conocida como La Noria, donde también se ubica la escultura monolítica Monumento 32, asociada con la fertilidad.

La arqueóloga Estela Martínez Mora informó que, derivado de la reciente temporada de excavaciones llevada a cabo de febrero a abril del año en curso, se recuperaron un total de 27 esqueletos, que se suman a otros 10 descubiertos durante 2008. En total, la muestra de restos humanos se integra de 67, ya que en años anteriores se registraron alrededor de otros 30 que se encuentran en bodega.

Explicó que a partir de análisis de antropología física, encabezado por Patricia Hernández, del posgrado de la Escuela Nacional de Antropología e Historia (ENAH), aplicados a los 27 restos óseos con evidencias de deformación, se ha podido determinar que se trata de una población que sufrió fuertes infecciones.

“En los huesos de todos los individuos se han identificado deformaciones y huellas notorias de ese tipo de patologías. Hasta el momento la población con estas características solamente se ha localizado en esta parte del sitio”, indicó Martínez Mora, quien junto con Guillermo Córdova Tello, coordina el Proyecto Arqueológico Origen y Desarrollo del Paisaje Urbano de Tamtoc.

Los avances de estas investigaciones fueron presentados en el XV Coloquio Internacional de Antropología Física “Juan Comas”, organizado por el INAH, la Asociación Mexicana de Antropología Biológica y el Instituto de Investigaciones Antropológicas de la UNAM, que se desarrolla del 18 al 23 de octubre en Mérida, Yucatán.

Ahí, la arqueóloga señaló que estos datos son de relevancia porque amplían el conocimiento sobre los antiguos habitantes de ese sitio huasteco. “A la fecha la única hipótesis que se ha podido plantear es que se trata de gente con problemas de salud severos. Eso los hizo diferentes y por alguna razón fueron enterrados en el área de La Noria.  Sin  embargo se necesitan estudios meticulosos y una muestra mayor de restos para plantear una teoría amplia acerca de las antiguas poblaciones de Tamtoc”.

Un avance importante derivado de la integración de la antropología física a las investigaciones en Tamtoc —abundó  Martínez Mora—, es que el área de La Noria se había asociado a lo femenino, por la representación del Monumento 32 o Calendario Lunar ahí localizado, y porque la mayoría de enterramientos corresponden a mujeres, a pesar de que los elementos arqueológicos presentan diferencias en los periodos a los que pertenecen.

“El monolito es del año 600 a.C. y los túmulos o entierros de alrededor de 1100 y 1200 d.C. Con los 27 entierros que recuperamos en 2009, más los 10 de la temporada 2008, nos pudimos dar cuenta que el área no es exclusiva de mujeres, aunque predominen, porque también hay restos de hombres e incluso de niños de entre 3, 6 y 13 años”.

El hallazgo de los entierros se dio en un espacio con la presencia de túmulos (una especie de pequeñas criptas circulares donde depositaban a los muertos y que eran cubiertas con montículos de piedras) que miden entre 50 centímetros de diámetro por 30 ó 40 centímetros de alto.

La característica del espacio donde se encontraron los túmulos, es que se trata de un corredor con orientación este – oeste, en probable relación con la puesta del sol. “No se puede hablar propiamente de panteón porque en la época prehispánica no existía ese concepto; se trata de un área de enterramiento que no se puede analizar de manera aislada del sitio, tenemos que ver el contexto para hacer asociaciones, es necesario analizar todo el espacio para proponer una hipótesis.

“Cada túmulo funerario no corresponde con un entierro porque, por ejemplo, en esta etapa desmontamos 14 de estas estructuras y contenían 27 individuos; incluso pensamos que este espacio se reutilizó porque hay fragmentos óseos de otros esqueletos removidos, entonces, posiblemente estos espacios se reutilizaban constantemente”, explicó la arqueóloga del INAH.

Los túmulos funerarios pertenecen al periodo Posclásico (1100 – 1200 d.C.), es decir que corresponden a la última etapa de ocupación de Tamtoc por grupos prehispánicos; precisó Martínez Mora, al indicar que hasta el momento se ha explorado 20 por ciento del área de túmulos.

En la siguiente temporada, adelantó, que se desarrollará de mediados de octubre a diciembre del año en curso, esperamos concluir la excavación del 80 por ciento restante, lo que permitirá contar con una muestra cada vez más grande de restos óseos de la antigua  población.

“Eso a su vez permitirá interpretar mejor qué tipo de personas se enterraron ahí, porque obviamente no toda la población fue enterrada ahí. Así como indagar más sobre las características de la infección, cuyos efectos incluso eran visibles, porque se llegaron a deformar los huesos de manera impresionante dejando graves marcas”.

Además de los restos óseos, agregó Estela Martínez, se han hallado otros materiales arqueológicos como puntas de proyectil, cuentas de collares, pendientes y pulseras.

Por su parte, el arqueólogo Guillermo Córdoba comentó que otro aspecto relevante del proyecto es la consolidación de un equipo de antropólogos físicos, arqueólogos y un historiador, enfocado al estudio del proceso de desarrollo social que tuvo Tamtoc.

“Ese aspecto es muy importante porque si no tenemos un conocimiento depurado de qué ocurrió en esa ciudad, no cobra sentido para el público. Tenemos que dotarla de significado”, expresó al adelantar que con la información obtenida hasta el momento ya se empieza a conceptualizar la construcción de una sala introductoria del sitio arqueológico.

Fuente: (INAH)

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