Chichén Itzá, Kabáh, Aké y Xocnaceh, sitios mayas y Chalcatzingo, en Morelos, recibirán apoyo del “World Monuments Fund”

Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH-Conaculta) y el WMF, para la búsqueda de estrategias que permitan la atención del patrimonio cultural edificado de México, y que para este año se traduce en los proyectos relativos a la restauración de sitios de las culturas maya y olmeca.

Norma Barbacci, directora de Programas para América Latina, España y Portugal del WMF, informó que en 2008 México presentó la propuesta para rescatar la Zona Arqueológica de Chalcatzingo, ubicada en el estado de Morelos, y recientemente fue posible hallar un patrocinador.

“Ya le encontramos un donante interesado en la cultura olmeca, toda vez que el sitio tiene elementos de dicha civilización, quien ofrece un fondo no muy grande pero que permitirá la atención del sitio”.

La entrega de los fondos se encuentra en proceso, y posiblemente se ocupe para la elaboración de las techumbres que protegerán elementos arqueológicos de alta fragilidad, entre los que se encuentran los petrograbados olmecas. “En el caso de Chalcatzingo, la reciente compra, por parte del INAH, de terrenos donde está asentado el sitio, ha significado un gran avance que permitirá su recuperación y protección, y que vino a facilitar nuestra tarea”, indicó.

Otros proyectos mexicanos en curso son los de sitios ubicados en el área maya de Yucatán, cuyos trabajos serán financiados por el WMF, en la parte de conservación, y por Fomento Cultural Banamex y el Gobierno de Estado, en lo concerniente a la investigación. Incluye Chichén Itzá, Kabáh, Aké y Xocnaceh.

Lo anterior fue dado a conocer por la representante del Fondo, durante su reciente participación en el Primer Taller sobre lineamientos para la implementación de cubiertas arquitectónicas en contextos arqueológicos, desarrollado por el INAH en Palenque, Chiapas, para dar solución a problemáticas en torno de techumbres que protejan el patrimonio en sitios arqueológicos, presente a nivel mundial.

Ahí, Barbacci destacó que “México es un país privilegiado en América Latina, porque al contar con el INAH entre sus instancias de cultura, el gobierno ha dotado de fuerza a un organismo especializado para la atención del patrimonio, el cual además tiene la capacidad técnica para atender los sitios arqueológicos”.

Reiteró que mediante el trabajo coordinado entre el INAH y el WMF, desde hace ya algunos años se han estado desarrollando diversos proyectos de restauración y conservación, como es el caso de la Zona Arqueológica de Yaxchilán, en Chiapas, donde en meses próximos se dará continuidad a tareas anteriores de restauración, con un fondo que está pendiente.

“También hay un proyecto en el norte de México, para el rescate de sitios del estado de Chihuahua, y que están en proceso de definición, y que podrían ser Cuarenta Casa o Huápoca”, anunció.

Asimismo, abundó que recientemente en Coixtlahuaca, en Oaxaca, finalizaron los trabajos de restauración del retablo y del ex convento; mientras que en el conjunto conventual franciscano de San Juan Bautista, en Cuauhtinchán, Puebla, se llevan a cabo labores en la materia, a través de una partida que otorgó la Sociedad de Amigos de Cuauhtinchán.

Barbacci recordó que cada dos años el WMF integra una lista de sitios del orbe que necesitan atención en materia de conservación, a partir de las propuestas que presentan los propios organismos gubernamentales encargados su conservación en cada nación.

“World Monuments Fund no interviene un sitio sino es invitado por las autoridades respectivas, tiene que haber una aproximación, una solicitud por parte de quienes lo estudian y conservan, y dentro de las instancias que continuamente realizan un trabajo de concertación para obtener recursos que le permitan atender su patrimonio, como es el caso  del INAH en México.

“A partir de una revisión puntual de estas propuestas, especialistas invitados por el WMF seleccionan aquellos proyectos con posibilidad de llevarse a cabo con buenos resultados, y por la importancia del sitio para la cultura universal”, explicó.

En el momento en que un sitio es incluido en la lista, dijo Barbacci, éste se vuelve una prioridad para el WMF, e iniciamos una campaña internacional en la cual les buscamos financiamientos con filántropos.

A decir de Barbacci, buscar apoyos financieros para programas culturales no es fácil, porque los patrocinadores por lo regular prefieren atender proyectos relacionados con problemáticas de carácter vital como pueden ser los de salud, nutrición, educación e incluso de rescate ecológico.

Fuente:  (INAH)

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