Puebla.
Sophie Marchegay, arqueóloga del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH-Conaculta) y responsable del museo, informó que este sitio resguarda el acervo más completo sobre dicha cultura que se desarrolló de los siglos XIV al XVI, y que continúa vigente en el septentrión mexicano. “Consta de 30 colecciones arqueológicas y etnográficas que suman en total mil 500 piezas, de las que el 50% están en exhibición.
“Si bien la cultura huasteca nunca tuvo un poder hegemónico centralizado, si compartieron una región geográfica muy rica en intercambios comerciales y culturales. Los límites físicos y culturales de la Huasteca son flexibles, pero de manera tradicional su delimitación se da al norte por el río Soto la Marina, al este por el Golfo de México, al sur por el río Cazones, y al oeste por las faldas de la Sierra Madre Oriental”.
Actualmente, el territorio de los actuales grupos indígenas huastecos se extiende sobre seis estados herederos de la ancestral civilización, entre ellos los teenek, nahuas, pames, otomíes, y tepehuas. Todos grupos contemporáneos que también son reconocidos en las salas del museo.
El proyecto de creación del museo, indicó la arqueóloga, comenzó en 2001 cuando los tampiqueños solicitaron un museo de historia y arqueología, fue entonces cuando el INAH y el gobierno de la entidad, así como algunos coleccionistas privados, forman un patronato para impulsar la iniciativa del recinto. El único antecedente previo en el estado era el Museo del Tecnológico de la Ciudad de Madero.
“La mayor parte del acervo proviene de los hallazgos arqueológicos registrados en Tamaulipas, pero existen piezas procedentes de Veracruz, San Luís Potosí y una pequeña parte de decomisos que donó la Coordinación Nacional de Museos y Exposiciones, instancia que también se hizo cargo del diseño museográfico”, detalló.
El museo se inauguró en octubre de 2003, como parte del complejo Espacio Cultural Metropolitano, que fue financiado por el Gobierno de Tamaulipas. De las 30 colecciones particulares y del propio INAH resguardadas por el recinto, se exhiben 600 piezas arqueológicas y 150 piezas etnográficas.
La pieza más representativa del museo es una olla policromada de más de un metro de altura, fechada hacia el periodo Posclásico Tardío (1200-1521 d.C.), procedente del norte de Veracruz. La arqueóloga Marchegay aseguró que es excepcional y única por sus extraordinarias dimensiones. Además se encontró prácticamente completa, y tiene pintados motivos que evocan al fuego y a la serpiente emplumada.
En su colección también resalta una vitrina llena de objetos de cerámica, del llamado tipo negro sobre blanco, fechadas en el Posclásico Tardío, se trata de vasijas rituales que se utilizaban para almacenar semillas y que se enterraban en cuevas para garantizar la fertilidad de la tierra, de acuerdo con la cosmovisión huasteca.
En escultura, destacan figurillas de barro y otras talladas en piedra, que representan a varias divinidades veneradas por los antiguos huastecos, como son Dhipaak, deidad del maíz, la diosa de la fertilidad, Teem, o los Maam, los dioses viejos. Todos portan el típico tocado huasteco, que consiste en un resplandor semicircular en la parte de atrás de la cabeza y un gorro cónico en el frente.
Asimismo, se exhiben figurillas articuladas hechas con hueso, de las que únicamente se tiene registro de su existencia en dicha región y según fuentes históricas datan del periodo Posclásico (900-1521 d.C.).
El Museo de la Cultura Huasteca cuenta con 12 salas permanentes que muestran la continuidad cultural, desde la época prehispánica hasta la actualidad con las comunidades indígenas. Es un recorrido temático e incluye tópicos como Vida y fertilidad, Arte, Muerte, Cosmovisión, Vida cotidiana, Cuerpo y adorno, Trabajo, Intercambio, Espacio sagrado, Mitos y tradición oral, y Patrimonio huasteco.
En la sala Vida Cotidiana, el visitante puede conocer una típica casa huasteca, compuesta por paredes de varas y techo de palma; utensilios domésticos y herramientas de trabajo. Mientras que en la de Cuerpo y Adorno, se exhiben maniquíes con el biotipo teneek y nahua, mismos que portan la indumentaria tradicional y algunos objetos ornamentales prehispánicos como cuentas, collares, pulseras, anillos y orejeras.
La arqueóloga Marchegay, aseguró que la cultura huasteca se reconoce como tal a partir de los siglos XIV al XVI, “se le considera multiétnica ya que eran varios grupos los que compartían la misma región geográfica, rasgos físicos, arquitectura, identidad cultural y comercio. Razón por la que no existió un centro nuclear que aglutinara el poder”, concluyó.
El Museo de la Cultura Huasteca se localiza en el Espacio Cultural Metropolitano, en boulevard Adolfo López Mateos s/n, col. Obrera, Tampico, Tamaulipas. El costo de admisión es de 41 pesos, el horario de visita es de martes a domingo de 10 a 18 horas. Exenciones a estudiantes, maestros y adultos mayores con credencial vigente. El domingo la entrada es gratuita para público nacional y residentes.
Fuente: (INAH)
