Víctor Ronquillo, un periodista que también escribe novelas (2)

reportero, fundamentalmente soy un reportero, y como tal todas estas historias tienen su fecha de caducidad, todas, incluso las de ficción, porque es un trabajo que para mí ya fue publicado y hay que ir a a otro, siempre a otro. La verdad de las cosas es que mucha gente cuando oye “Víctor Ronquillo”, todavía hace unos cinco o siete años, de inmediato pensaban en el libro de “Las muertas de Juárez”, que fue importante, pero que yo incluso –por una opción personal– guardé silencio mucho tiempo sobre el asunto, porque vi que había demasiado oportunismo en medio y que había otros que ya estaban hablando del asunto, después volví a hablar de este tema porque hubo una publicación de este libro en Italia y entonces dije: “Va, tengo que hacer uno, tengo que seguir adelante con esta denuncia”, pero lo que es cierto es eso, he estado tratando de ir construyendo, de ir renovándome, de no encasillarme, y precisamente fruto de ese no encasillarme es que lo que estoy preparando ahora es, en términos del trabajo periodístico, un libro que tiene que ver con los límites del fuero militar, es un trabajo de investigación que estoy empezando a armar, ya estoy terminando la parte de investigación documental, viene luego la investigación de campo, y es un libro que supongo se publicará el año entrante. También estoy trabajando –en Ediciones B les gustó mucho el personaje de Sicario, es un periodista de investigación, es mucho como nosotros, viaja, conoce gente, se mueve, llega a la soledad del cuarto, es un personaje que me parece que tiene cierto calor y es atractivo, entonces Ediciones B me propuso armar una serie con este personaje…– en el siguiente libro, que es sobre secuestro, ya tengo la historia, ya está la anécdota, pero antes de esos dos libros, en Ediciones Norma, vamos a publicar una novela para adolescentes que se llama “Hemofilia. ¿Dónde está Richi?”, se va a presentar en la próxima Feria Internacional del Libro Infantil y Juvenil, en noviembre, y es un poco… yo tengo hijas adolescentes, entocnes es un poco lo que yo quiero decirles a mis hijas sobre la búsqueda de la identidad en este momento, en esta época cómo buscas la identidad, cómo encuentras estas expresiones de la diferencia y cómo vives esta diferencia. Es una novela que obviamente no tiene nada que ver con el narcotráfico, con las muertas de Juárez, la violencia ni con el secuestro, es una novela que pretende ser grata para los lectores, que pretende narrar el primer descubrimiento del amor, esas primeras experiencias amorosas que de pronto uno descubre en la adolescencia y la amistad entrañable, obviamente, para los que de alguna manera tuvimos la desgracia de perder a un amigo en esos años, por distintas razones, también es una evocación de esos amigos que hemos perdido todos, ¿no?

No te quiero preguntar de los riesgos, etcétera, que has corrido en tu carrera, más bien te quiero preguntar qué tanto has dejado en el camino, que sin duda te ha dado satisfacciones, pero qué precio has pagado por desarrollar esa carrera…

Mira, lo que pasa es que yo he sido un tipo afortunado y lo reconozco, he sido afortunado porque he tenido chamba, he tenido chamba en muchos medios, y esos medios me han apoyado para realizar viajes, para investigar… En muchas ocasiones, dadas las circunstancias y la realidad de México, he tenido oportunidad de publicar mis trabajos y de que se me paguen bien, en ese sentido también he sido afortunado porque he logrado manejar mis tiempos –aunque por ejemplo, en el caso de las muertas de Juárez yo estuve en Ciudad Juárez muchas veces a lo largo de dos, tres años que fue la investigación–, no me ausentaba tanto de mi casa, entonces la relación con mi familia, con mi esposa, con mis hijas, ha sido muy grata y es un espacio donde me encuentro muy feliz. A veces la gente que me conoce dice: “¿Qué tiene que ver Víctor Ronquillo con esas historias?”. La verdad es que tiene que ver muy poco porque Víctor Ronquillo no está metido en esos ámbitos, Víctor Ronquillo va, quizás bucea, se mete a esas realidades, pero luego regresa, sale y encuentra otras alternativas de vida, incluso lo reconozco así, por muchos años, ya publicando estos temas del narcotráfico, de las muertas de Juárez, todo esto, ya haciendo un trabajo de investigación en los medios de estos temas duros, algunos de ellos vinculados con el narcotráfico, yo seguía escribiendo de música en el “Reforma”, y agradezco mucho esos años, esto me permitía tener las novedades discográficas, hablar con los compas músicos, productores, y cambiarle de canal, ¿no? Entonces yo venía del infierno de Ciudad Juárez, es el caso muy concreto, y así fue una vez que yo llegué muy… cómo te diré, impresionado de la realidad, porque yo llegaba a un hotel que se llama Azteca y en ese hotel –era un motel– yo llegaba a uno de los cuartos, entonces estaba leyendo varios recortes de prensa que me habían prestado sobre los diferentes hechos de violencia, asesinatos, etcétera, entonces, al estar leyendo, había un asesinato en un cuarto del Hotel Azteca, y el cuarto del Hotel Azteca era en el que yo estaba, entonces eso se siente, ¿no, cabrón?, eso lo sientes muy fuerte, así que después de haberme encontrado con esa realidad y haber regresado a Juárez, regresé y a los dos o tres días entrevisté a Jaime López, entonces es otra onda, y eso hasta la fecha me mantiene ocupado en otras cosas…

Algo terapéutico, se podría decir…

Sí, terapéutico, y la otra que es muy importante, que es algo así… catártico, pero algo que también es muy importante: por qué escribo sobre estos temas o por qué me he dedicado fundamentalmente a estos temas. De verdad que porque quiero que no ocurran, es cierto que como periodista uno elige temas que de pronto sabe que son polémicos, que van a despertar interés, que se van a publicar los libros, etcétera, pero, en el fondo de todo, todos mis libros y mi trabajo como periodista y como escritor tienen un compromiso, un compromiso social y de denuncia, yo he denunciado estos hechos, y mi compromiso es hacerlo para que no pase, para que no pase más, yo no quiero sicarios, yo no quiero maras, yo no quiero estas realidades, quiero un mundo diferente donde de pronto pueda escribir novelas que tengan que ver con eso, con la búsqueda de identidad y para mis hijas…

¿Qué opinas respecto del Premio al Mérito Literario a Eduardo Lizalde que le entregará el Festival Internacional “Letras en San Luis”?

Yo creo que Lizalde –a muchos de nosotros– nos dio el legado de la palabra, eso es muy importante. Para mí, Lizalde, como el maestro Bonifaz Nuño, es un poeta que uno conoce en sus primeras lecturas en los años sesenta, setenta; son poetas que uno va descubriendo, creo que ahí queda su palabra. Por otro lado, como lo dijo Pedro Serrano hace un rato, es un poeta que merecería un reconocimiento mayor al que ha tenido, pero creo que no lo tiene precisamente porque ha estado alejado de las mafias. Me parece muy acertado que aquí en San Luis Potosí se reconozca a un poeta como Lizalde, yo simplemente hablo de Lizalde como un lector de su obra y un seguidor de sus trabajos en relación con la ópera en Radio UNAM, es también un hombre, que en otro ámbito, a mí me generó mucho el gusto y la pasión por la música.

¿Y de Víctor Roura, que recibirá el Premio al Mérito Editorial?

El caso de Roura lo conozco mucho mejor. Creo que si alguien en este momento merece un premio, un reconocimiento a la labor editorial entendida ampliamente, no solamente en el cuidado de las ediciones de los libros, sino en la divulgación de la cultura, en la generación de reflexiones en torno de la cultura, es el maestro Roura, creo que ha estado siempre alejado de las mafias, de las cúpulas, siempre ha tenido ante todo una ética profesional muy grande. Me parece que este reconocimiento es también un reconocimiento para muchos de nosotros que ejercemos el periodismo lejos del poder, yo me siento muy contento por mi amigo Víctor Roura, porque de verdad son muchos años, él lo dijo ahora: 32 años de ejercer el oficio, de ejercerlo con mucha dignidad, y con un espíritu crítico muy loable, pero también es un reconocimiento para estos otros que no somos amigos del poder, yo vivo de mi trabajo con modestia, no tengo camioneta blindada, no soy amigo del director de TV Azteca ni de Televisa, no como con los subdirectores de los diarios ni mucho menos, soy un reportero y un escritor, y la actitud que comparto con Roura es ésa, la de hacer el trabajo simplemente con decencia, integridad, respeto… Otra cosa que yo valoro mucho en Roura es su generosidad, o sea, es un hombre siempre abierto, claro, todos hemos tenido conflictos, pero aun con las personas –y me consta porque así ha sido– con las que ha tenido conflicto, porque todos hemos tenido algún conflicto personal, Roura jamás ha limitado la promoción de alguno de sus libros, si hay un enemigo suyo, personal, no enemigo… sino esas diferencias que hay en el medio o en el gremio, pero si ese hombre publica un libro y Roura cree que vale la pena, va a mandar que lo entrevisten, eso no sucede en México, no sé en otros lados, en nuestro país la mezquindad, el canibalismo es atroz, y Roura es lo contrario a la mezquindad, es un hombre muy generoso (quizás yo no hubiera venido a este evento y hubiera ido a mis lecturas, me aparto mucho de estos eventos, pero estoy muy contento de compartir con Roura este espacio y este reconocimiento), y el día que le entreguen el premio a Roura voy a estar en primera fila porque me parece que sí, se ha partido la madre de toda la vida…

Oye, por cierto, ya estás en el Diccionario de Escritores de México (DEM).

[Ríe.] Sí, estoy en la R, en el tomo séptimo, aparte de una manera muy generosa, porque la maestra Aurora Ocampo me conoce desde que fui su alumno, pues yo estudié Lengua y Literatura Hispánicas en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM. Ella me reveló algo fundamental en mi trabajo, y me lo reveló en ese diccionario. Cuando yo, claro, yo sabía que iba a estar incluida mi ficha en la R, entonces uta, fui a buscarlo, cabrón, a ver qué decían de mí, bueno, me asombró el rigor porque incluyeron muchos de los trabajos publicados hasta entonces, el seguimiento de la información de las entrevistas es abundante e increíble, pero hay algo que fue revelador, la maestra Aurora Ocampo, sus colaboradores, alguien definió mi trabajo como novela reportaje, le dieron al clavo, y no solamente le dieron al clavo, me enseñaron por dónde tengo que trabajar, después de entender eso es que he venido publicando más cosas con ese sentido…

O sea que te estimuló estar en el DEM…

Sí, me estimuló verme ahí y esa definición…

Comentarios a esta nota: gregorio.martinez@azteca21.com

Foto: Víctor Ronquillo en el Patio del H. Ayuntamiento de San Luis Potosí, atento a las lecturas de una sesión del V Festival Internacional “Letras en San Luis”.
Azteca21/Gregorio Martínez M.

Leave a Reply