Con localidades agotadas, la OFUNAM ofrece apoteótico concierto en la Sala Nezahualcóyotl

vibró ante la rigurosa batuta de Juan Carlos Lomónaco.

“Localidades agotadas, para hoy (ayer sábado) y mañana (hoy domingo)” fue la frase que el personal encargado de la taquilla repitió incesantemente a las personas que, solas o en grupo, llegaron con la esperanza de oír el programa integrado con obras de Carlos Chávez, Silvestre Revueltas y José Pablo Moncayo, entre otros autores.

La OFUNAM ofreció un “Programa mexicano” como parte de su Tercera Temporada. Un convincente y firme director huésped, el maestro Juan Carlos Lomónaco, dio un ejemplo espléndido de cómo se ejerce el oficio de timonel de una gran orquesta, como la filarmónica de la Máxima casa de estudios.

Atrilistas e instrumentistas, todos poseedores de una depurada técnica interpretativa al pulsar sus respectivos instrumentos musicales, tocaron la noche de ayer bien y bonito; cero notas falsas, ensamble perfecto, dirección impecable y un público heterogéneo receptivo, conocedor, exigente, aplaudió frenético.

El “Programa mexicano”, seleccionado con rigor nacionalista y evidente conocimiento del repertorio local, incluyó “El festín de los enanos”, de José Rolón; “Concierto del sur”, de Manuel M. Ponce, “Janitzio”, de Silvestre Revueltas; “Cinco danzas cubanas”, de Armengol-Márquez, y “Danzón No. 2”, de Márquez.

Aunque el público asistente a la Nezahualcóyotl estaba al tanto del programa de antemano, pese a que prácticamente todos conocen y aprecian el internacional y emblemático “Huapango” del jalisciense José Pablo Moncayo, al primer acorde, se sintió en la sala el frenesí, la furia y el arrebato de la fuerza de esa obra.

Realmente fue lamentable que muchos melómanos con espíritu amoroso hacia el país que los vio nacer, México, se quedaran tristes fuera de la sala. Lo más desgarrador fue que al intentar comprar un boleto para el concierto de hoy domingo, se toparon con un “lo siento, localidades agotadas, disculpe.”.

La Sala Nezahualcóyotl del Centro Cultural Universitario (CCU) cobijó, una vez, más, a la organización filarmónica para presentar su ya tradicional programa que provoca un reencuentro de los amantes de la música “culta” con los autores que consagraron parte de su tiempo y obra a engalanar a México.

El programa conformado por partituras de grandes compositores como Chávez, José Rolón, Ponce, Revueltas, Armengol, Márquez y Moncayo, satisfizo no sólo al público que pagó un boleto de entrada (240, 160 y 100 pesos) sino también a los músicos, lo cual quedó evidenciado en el rostro campante de todos ellos.

Del artífice, Juan Carlos Lomónaco, cabe recordar que debutó a los 23 años de edad con la Orquesta Sinfónica Nacional (OSN), de la que fue director asistente durante dos años. Sus presentaciones siempre han sido celebradas por la crítica especializada y por el público cautivo con que cuenta.

Ha estado al frente a muchas orquestas del país y ha sido invitado a dirigir las sinfónica de Vojvodina en Serbia, de Jóvenes de Sherbrooke en Canadá, de Longy en Boston, de Salt Lake City, la Simón Bolívar de Venezuela y la Juvenil del Ecuador. También las filarmónicas de Lima en Perú y la Veneta, entre otras.

La pieza “Concierto del sur”, de Ponce, fue soberbiamente interpretada por el joven guitarrista Pablo Garibay, quien comenzó sus estudios musicales en 1993 con Iván Rísquez. Después ingresó a la Escuela Nacional de Música (ENM) de la UNAM con Juan Carlos Laguna, donde se graduó con los más altos honores.

Fuente: (CONACULTA)

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