La “Revista de la Universidad de México” dedica varias de sus páginas a José Emilio Pacheco

Colorida portada
de la revista
correspondiente a junio
 Foto: Azteca 21

Por Gregorio Martínez Moctezuma
Corresponsal Azteca 21

Ciudad de México. 30 de junio de 2009. La “Revista de la Universidad de México”, en su número 64 correspondiente a junio de 2009 de su nueva época, con una atractiva portada en rojo, basada en un cuadro de Vicente Gandía, dedica varias de sus páginas a José Emilio Pacheco (JEP), quien hoy cumple 70 años, motivo por el cual desde hace varios días se le han rendido homenajes en distintos sitios y por diferentes instituciones, que sin duda continuarán en lo que resta del año. Así, este año, en lo literario, le corresponde al autor de ese gran poema que es “Alta traición”.

Esta edición de “Revista de la Universidad de México” es formidable y se agradece en un momento en el que abundan las revistas, casi todas con algún artículo o nota interesante, pero no con una solidez y un contenido parejo, sostenido en cuanto a la calidad de sus variopintas colaboraciones.

De esta manera, sin escándalo ni autocalificaciones de grandeza, la revista de la UNAM es única en el horizonte actual de la cultura en México. Muy lejos de ser una revista académica, que no está reñida con este ámbito, es una plenamente cultural. Bien podría decirse, parafraseando el lema vasconceliano, “Por nuestra cultura hablará mi contenido”.

En esta nueva época, la “Revista de la Universidad” es dirigida por Ignacio Solares, los editores son Ari Cazés y Mauricio Molina, y su Consejo Editorial está integrado por Sealtiel Alatriste, Roger Bartra, Rosa Beltrán, Carlos Fuentes, Hernán Lara Zavala, Álvaro Matute y Ruy Pérez Tamayo.

Bien, la revista abre con un poema inédito de Mario Benedetti titulado “Huellas” y continúa con un artículo evocador producto de la prosa combativa de Emmanuel Carballo –a quien el Instituto Nacional de Bellas Artes homenajeará el próximo fin de semana–: “Memorias sentimentales”. Después hay un cuento muy gozable de Hernán Lara Zavala sobre el primer encuentro de James Joyce y Nora Barnacle.

Sara Sefchovich reflexiona acerca de “La importancia de la investigación”, haciendo referencia en la influenza y en la dependencia tecnológica de nuestro país –¡Hasta cuándo los Gobiernos mexicanos invertirán lo suficiente en educación, ciencia e investigación?– y Américo Larralde hace un paralelismo astronómico entre el “Neptuno Alegórico” y el “Primero Sueño” de sor Juana.

Después, hay tres poemas de JEP, inéditos entonces, que pertenecen al libro recién impreso en Ediciones Era: “Como la lluvia”, luego Edith Negrín, Sealtiel Alatriste, Enrique Serna, Ignacio Solares y Mauricio Molina escriben sobre el autor de “Las batallas en el desierto”, obra de lectura obligatoria en, hasta donde sé, secundarias y preparatorias de la capital de la República, lo que hace de Pacheco uno de los escritores vivos más leídos en el país, por lo que toca a los jóvenes de su ciudad natal, y por los escritores, poetas e intelectuales mexicanos por su obra toda y su “Inventario”.

Luego sigue una carpeta o portafolio en las páginas centrales con reproducciones de la obra de Vicente Gandía, quien murió en marzo de 2009, de acuerdo con una breve nota al final de la carpeta. Una muestra madura, colorida, con pre-dominio de la forma –espléndida– sobre un fondo magistral, en la que la luz le da vida a los objetos, incluso cuando son casas o paisajes, una luz que hace resplandecer cada composición.

A continuación, Leonardo Curzio nos transmite su deslumbramiento por las “Confesiones de un italiano” de Hipólito Nievo; Miguel Ángel Flores nos introduce al mundo y a la vida un tanto misteriosos de Fernando Pessoa con su artículo “El poeta es un fingidor”; Aurora M. Ocampo recicla “La mujer en ‘El infierno tan temido’” sobre Juan Carlos Onetti, con motivo del centenario del escritor uruguayo.

A su vez, Aline Petersson rememora a Josefina Vicens, Germaine Gómez escribe sobre el libro “Memorial de agravios. Oaxaca, México, 2006”, respecto de las relaciones entre el arte y la guerra, en este caso, la fotografía. En la sección “Reseñas y notas”, Adolfo Castañón escribe sobre José de la Colina, Fernando de Ita sobre el dramaturgo tapatío Legom (Luis Enrique Gutiérrez), Rafael Luna sobre “Ardores que matan”, de Ramón Córdoba, Claudia Guillén sobre “Yo, la peor”, de Mónica Lavín, Vicente Leñero evoca una anécdota de un libro con José Luis Martínez, Hugo Hiriart escribe una nota miscelánea, David Huerta sobre ríos y poetas, José de la Colina sobre Thomas Wolfe, Eduardo R. Huchim sobre los excesos cometidos en nombre de la influenza en el D.F., Pablo Espinosa sobre “Armonía de las esferas”, de Joscelyn Godwin y un emotivo panegírico de José Gordon sobre la ballena.

Es evidente, la lectura de “Revista de la Universidad de México” es esencial para tener una idea, parcial, panorámica, de la cultura mexicana contemporánea con el aliento de la UNAM: diversidad, calidad, difusión de la cultura. Consígala y suscríbase para gozar del peor vicio, según Miguel de Unamuno, el de la lectura.

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