Culto a la deidad dual Tlaltecuhtli entre el pueblo mexica estuvo restringido a la clase sacerdotal

Su función principal fue la
de devorar cadáveres,
esa era su misión primordial,
 tragarse a los muertos
Foto: Cortesía INAH

Ciudad de México.- 17 de Junio del 2009.- (INAH) El culto a la deidad dual Tlaltecuhtli (señor/señora de la tierra) entre el pueblo mexica estuvo restringido a la clase sacerdotal, señaló el arqueólogo Eduardo Matos Moctezuma, quien refirió que a pesar del gran impacto que llegó a tener en la cosmovisión azteca, como paridora y devoradora de vida, hasta ahora no se conoce templo alguno que haya sido dedicado exclusivamente a esta divinidad. Durante su participación en el cierre del ciclo de conferencias Los Dioses en los Códices, organizado por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), el también fundador del Proyecto Templo Mayor, indicó que de acuerdo a las fuentes tampoco hay alusión a celebraciones de esta deidad en el calendario azteca, considerada como una de las más interesantes e impresionantes del panteón mexica. Por lo que se conoce a través de los códices, explicó, el culto a esta deidad estaba en manos de sacerdotes, quienes eran los encargados de ofrendarle. El investigador emérito del INAH comentó que hasta el momento se conocen más de 40 representaciones de Tlaltecuhtli, siendo una de de las más acentuadas la zoomorfa en la que aparece con la boca abierta y colmillos, piernas levantadas, cuatro garras y en todas las coyunturas lleva consigo una especie de máscara en forma de cráneo. Su función principal fue la de devorar cadáveres, esa era su misión primordial, tragarse a muertos. “Los devoraba y pasaban a su matriz para ser paridos en el lugar que les deparaba el destino. La diosa en sí misma tenía esa función dual, devorar y parir a los seres que proceden de la tierra. Por esa doble misión, Tlaltecuhtli tuvo un fuerte impacto en el pueblo mexica, se le tuvo respeto y miedo, semejante a la diosa Kali de la India”, manifestó el arqueólogo Matos Moctezuma. “Tlaltecuhtli también aparece como parte de otros dioses aztecas, como en el caso de la figura monumental de la Coatlicue (madre de la Tierra), que se observa en la parte inferior de esta escultura que se exhibe en la Sala Mexica del Museo Nacional de Antropología; al igual que como en la parte baja del Chac Mool hallado en el año de1947 en las calle de Guatemala”, detalló. En otra representación con carácter femenino y que es las más abundante, la deidad dual aparece dando la espalda, porque en esencia está pegada a la tierra. Mientras que en las imágenes de carácter masculino se pueden apreciar los mismos elementos iconográficos pero con la postura hacia el frente, abundó Matos Moctezuma. En el ciclo de conferencias desarrolladas por la Biblioteca Nacional de Antropología e Historia, el arqueólogo precisó que de acuerdo a recientes investigaciones, se sabe que las esculturas alusivas a Tlaltecuhtli eran depositadas de espaldas o boca abajo, sobre todo cuando era trabajada en grandes bloques, o si aparecía en vasijas ocupaba el lugar inferior, porque por su esencia tenía que estar al ras de tierra. La escultura monolítica de Tlaltecuhtli, hallada frente al Templo Mayor, el 2 de octubre de 2006, cuenta con una dimensión de 4 por 3.50 metros y un espesor aproximado de 40 centímetros, además de un peso de 12 toneladas. Tamaño que permite apreciar su magnifica talla, donde sobresale la enorme boca de la que emana un torrente de sangre, además de un revestimiento o velo de piel, concluyó Matos Moctezuma.

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