Política, deporte y una sociedad desanimada

La pirinola deportiva
Daniel Higa Alquicira

 Gira, gira,  gira la pirinola y esta semana nos presenta…
– Política, deporte y una sociedad desanimada
– Deportistas en busca de algún puesto dentro del quehacer político
– La memoria reciente nos dice que no siempre dan buenos resultados

Ponen todo…
Las próximas elecciones ya están a la vuelta de la esquina y los partidos políticos se juegan todo en busca de los votos. Son alrededor de 300 campañas en todo el país que incluye, en algunos casos, a gobernadores, diputados locales, federales y autoridades municipales.

La realidad nos dice que la sociedad está muy alejada de este tema y seguramente su participación en las urnas será muy baja. Pero un tema muy interesante es la temática de las campañas empleadas en estas elecciones. Con muy pocas propuestas, las instituciones políticas intentan llegar a la gente utilizando referencias del entorno deportivo.

Pongo tres ejemplos muy claros. La lucha libre ha tenido su espacio con el Místico haciendo campaña arriba de un ring. Nada mejor que el simbolismo de este deporte para legitimar una propuesta política. La lucha eterna entre lo bueno y lo malo, entre la luz y la oscuridad; entre los héroes y los bandidos. Y sin embargo, nada claro del porqué elegir a ese partido.

De igual forma, la medallista olímpica Iridia Salazar, nos muestra que su talento deportivo puede ser utilizado para ejemplificar una realidad social que demanda mucho más que buenas intenciones. Su elegante figura se enriquece con su embarazo y su técnica depurada de taekwandoín, nos crea un entorno de combate individual en donde no se puede identificar al enemigo y nuca se sabe cuando termina el round ni quien es el ganador (un poco como sucede en la actualidad).

Y finalmente el tan odiado tema de los penales. Errores que cargamos y que la sociedad ya no puede soportar. Sin embargo, el mensaje nos dice que las cosas han cambiado. Ya no hay miedos para patear la pelota; la mentalidad se renovó y el balón termina en las redes. Una manera muy “ingeniosa” de representar un nuevo inicio y romper con las ataduras del pasado y ahora sí cumplir con las promesas de campaña. ¿Así será?

Apuesta todo…  
El deporte y la política tienen una relación de amor y odio en nuestro país. Los directivos hacen muchas cosas desafortunadas y los atletas se quejan de las consecuencias de las cosas desafortunadas; y sin embargo, como del odio al amor hay sólo un paso, la política atrapa a los deportistas y de la nada se convierten en políticos.

Apropósito de estas elecciones, hay personajes del mundo deportivo que están en busca de cambiar los entrenamientos físico-atléticos por sesiones y juntas directivas. Aunque algunos de ellos ya han ocupado cargos administrativos, su carrera política pareciera que esta fincada en la memoria de sus glorias deportivas más que en otra cosa.

Entre los casos más destacados esta la postulación del ex titular de la CONADE y ex futbolista profesional, Carlos Hermosillo a ocupar una curul en la Cámara de Diputados. Con muchas voces que critican su función dentro de la CONADE, Hermosillo busca la diputación del distrito de Córdoba, Veracruz.

Otro de los que busca gozar de los salarios, los premios y aguinaldos que se “ganan” los diputados por realizar su trabajo, es el ex clavadista olímpico Fernando Platas, que intenta ganar en el Distrito 24 de Naucalpan, Estado de México, y luego ser presidente de la Comisión encargada del deporte en la Cámara baja. Al igual que el ex pentatleta y conductor de televisión Jorge Camacho, que busca representar a los intereses de la gente del estado de Guerreo.

Por su parte, el atletismo también tiene representación el la pista electoral. La gran Ana Gabriela Guevara, la Campeona del Mundo en 400 metros planos, la ganadora de la medalla de plata en Atenas 2004 y la única mexicana en ganar el Gran Prix de Atletismo, busca gobernar la Delegación Miguel Hidalgo en la Ciudad de México. Después de su paso por el Instituto del Deporte de esta Ciudad, Guevara se lanza a la competencia de las urnas confiada en el gran capital político y social que representa su nombre y su fama.

Casi todos pierden…
Pero la política no es fácil. Es sucia y al parecer las reglas las ponen los intereses de grupo. Así, a pesar de llegar con las mejores intenciones del mundo a trabajar y cumplir sus promesas hechas en campaña, los atletas-políticos se enfrentan a una realidad que sale de sus manos y ni su fama los puede proteger.

Casos desafortunados de deportistas en la gestión pública, comprueban que la labor es titánica y muy desgastante en lo físico y en lo emocional. Uno de los ejemplos más significativos es el caso de Bernardo Segura, ex marchista olímpico, que un día sin más resultó que era el encargado del Instituto del Deporte en el Distrito Federal. Sin experiencia y preparación, su gestión fue un desastre a nivel administrativo y financiero.

Lo mismo que sucedió con José “Pipino” Cuevas, flamante ex campeón mundial de box de los welters, que lo llevaron a la Delegación Gustavo A. Madero a realizar funciones con programas deportivos y su actuación dejó mucho que desear, al grado que fue acusado de un fraude de 28 millones de pesos.

Para no ir tan lejos, el trabajo de Carlos Hermosillos en la CONADE es muy criticado y los conocedores afirman que no sólo no cumplió con sus propuestas de trabajo, sino que su gestión fue muy pobre en resultados.  Y es que muchos atletas han dirigido a la CONADE, algunos con más suerte que otros, como el ex pentatleta Ivar Sisniega y el marchista Raúl González. O gente ligada al deporte como el polémico Nelson Vargas que su actuación siempre estuvo en tela de juicio.

Lo que si es que, por mas conocedores del mundo deportivo y por más que hayan vivido en carne propia las necesidades de los atletas y las deficiencias de las autoridades, la historia reciente nos indica que la labor de los deportistas-políticos no ha sido fácil ni tan provechosa como ellos esperaban. El sistema deportivo en nuestro país sigue siendo pobre, con muy poco apoyo a los nuevos talentos; no existen planes ni proyectos a largo plazo que sean reales y se respeten y pareciera que a nadie le interesa crear una cultura deportiva en la sociedad.

Así que es muy bueno que los atletas intenten darle un vuelco a la situación con propuestas de trabajo y buenas intenciones, pero mejor sería que se cumplieran. México necesita que la juventud tenga esperanza y desarrollo, y el deporte puede ser un escaparate que libere a muchos del desanimo del desempleo y las pocas oportunidades. Presupuesto existe, sólo hay que aplicarlo eficientemente. Esta sería la verdadera labor de todos aquellos que quieren estar en los puestos donde se decide qué y cómo hacerlo.

Nos vemos pronto…

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