El rock tzotzil de “Sak Tzevul” combina música tradicional mexicana con clásica y popular del mundo

El ensamble de Zinacantán,
Chiapas, se presentó el pasado
fin de semana en el VIII
Encuentro Nacional de Mujeres
Indígenas en el Arte
Foto: Cortesía CONACULTA

Veracruz, Veracruz .- 31 de Marzo del 2009.- (CONACULTA)  El rock tzotzil del grupo Sak Tzevul  (Relámpago) busca llevar las lenguas originarias a un contexto posmoderno en el que se combinen todas las voces posibles de la música tradicional mexicana con música clásica y popular de diversas naciones del mundo. Sak Tzevul se presentó la noche del viernes 27 de marzo en la Plaza de la Campana del Puerto de Veracruz, dentro del VIII Encuentro Nacional de Creadoras de Sueños y Realidades. Mujeres Indígenas en el Arte, organizado por el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta) y el Instituto Veracruzano de la Cultura.

 

       “El repertorio de Sak Tzevul incorpora lo mismo canciones tzotziles, tzeltales y otras lenguas indígenas de los Altos de Chiapas, que música clásica europea de los siglos XVII al XVIII, japonesa, jazz y prehispánica de viento y percusiones”, explicó Damián Martínez, fundador del grupo en 1996.

      
     -¿Cuál es el resultado de esta mezcla?

     
     -Un catálogo de música internacional glosada a ritmo de rock en el que resaltan los colores de las diversas expresiones musicales y la forma de pensar de muchos pueblos del mundo, en particular la cosmovisión de los pueblos de Chiapas y la voz de los jóvenes indígenas tzotziles, respondió Damián.

 

     
     Sat Tzevul, al igual que su versión musical de rock, es diferente al de cualquier otro conjunto de este género. En lugar de integrarse únicamente con guitarra, bajo, batería y voz, agrupa siete voces: Damián (guitarra), Francisco Martínz (bajo), Ríe Watanabe (violín), Kaori Nishi (trombón), Enrique Martínez (batería), Juan Pérez (percusiones autóctonas) y Valeriano Gómez (guitarra y coros).

 

     Damián, Enrique y Francisco son hermanos e hijos de músicos tradicionales tzotziles de Zinacantán, Chiapas; Juan Pérez y Valeriano Gómez, tzotziles de San Juan Chamula, y Ríe y Kaori, músicas japonesas de formación clásica. Las percusiones que toca Juan Pérez son tambores de Zinacatán, ocarinas, caracolas y rototones (tamborcitos de sonido muy alto).

 

     El sonido del grupo musical tzotzil causó sorpresa en el público –acostumbrado a la música afroantillana (sones, zancones, cumbias, etcétera)– por la diversidad de colores sonoros y el predominio rítmico de los tambores zinacantecos. “En efecto, estos son los llevan el ritmo del rock. Por ello hablamos de rock tzotzil”, explicó Damián.

 

     
     El ensamble se presenta habitualmente con vestimenta tzotzil zinacanteca y antes de su actuación hace un rito religioso tradicional sincrético, indígena  cristiano, en el que resalta la instalación de una ofrenda de flores, frutas y candelas ante el escenario.

 

     
        “La respuesta del público ha sido muy positiva donde quiera que nos hemos presentado. En Chiapas y otras partes de México, la gente ubica inmediatamente los temas y no le desagrada el vehículo (rock) por el que les llega”, comentó Damián.

 

     
     El septeto se ha presentado en Monterrey, el Distrito Federal, Yucatán, Veracruz, Guatemala y en buena parte de las comunidades indígenas de las poblaciones más grandes de Chiapas.

 

     
     A la fecha, el grupo ha grabado con sus arreglos y compasiones varios discos informales, pero el primero de nivel “profesional” o “comercial” saldrá en unos meses. Se titulará Xch’ulel, que en maya totsil significa Espíritu de la tierra.

     
     (ATR)

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