Orquesta Sinfónica Nacional concluye serie de conciertos en Festival de México en Centro Histórico

Bajo la batuta huésped de José
Guadalupe Flores, la agrupación
fundada por Carlos Chávez
sorprendió a los presentes con
la pieza 'Sensemayá' (1937),
de Silvestre Revueltas
Foto: Cortesía
Orquesta Sinfónica Nacional

Ciudad de México.- 30 de Marzo del 2009.- Con obras de Silvestre Revueltas (1899-1940), Elías Parish Alvars (1808-1849) y Felix Mendelssohn (1809-1847), la Orquesta Sinfónica Nacional (OSN) concluyó hoy su serie de conciertos como parte de las actividades del 25 Festival de México en el Centro Histórico (FMCH).  

Tras seis conciertos ofrecidos en el Teatro Hidalgo "Ignacio Retes", en el primer cuadro de esta ciudad, el conjunto que ha obtenido diversos reconocimientos, como la nominación al Grammy Latino 2002 al Mejor Álbum Clásico y el premio Lunas del Auditorio en 2004 como mejor espectáculo clásico, tuvo una gran acogida de poco más de 500 personas reunidas en el mismo foro.  

Como cada año, la OSN participó con un programa variado que incluyo obras de compositores de la talla de los rusos Sergei Prokofiev y Aram Khachaturian, del mexicano Revueltas, de los alemanes Mendelssohn, Johannes Brahms y Robert Schumann, así como del británico Elías Parish Alvars, principalmente.  

Bajo la batuta huésped de José Guadalupe Flores, la agrupación fundada por el maestro Carlos Chávez en 1928 sorprendió a los presentes con la pieza "Sensemayá" (1937), de Revueltas, una obra inspirada en el poema del mismo nombre del escritor cubano Nicolás Guillén.  

Se trata de una obra de peculiar patrón rítmico, en la que el clarinete bajo tiene una importante función, misma que no abandona a lo largo de todo la obra.  

La pieza musical estrenada en 1938 está llena de acentos musicales que, contra lo que pudiera suponer, no están logrados primordialmente con el empleo de las percusiones, sino delineados por instrumentos melódicos, explica en el programa de mano el crítico Juan Arturo Brennan.  

El recital continuó con el "Concierto para dos arpas y orquesta en re menor, op. 91", de Alvars, obra con la que los arpistas Isabelle Perrin y Baltazar Juárez Dávila recibieron una gran ovación.  

Ambos instrumentistas, además de presumir de velocidad y, sobre todo, un excelente control del arpa, cautivaron a un público que no despegó la mirada ni los oídos del escenario durante los más de 20 minutos de duración de esta exquisita obra.  

Al término de sus pieza, los presentes los cobijaron en aplausos, situación que provocó que los músicos aparecieran en la duela para ofrecer una obra más ante la petición de los asistentes.  

Para la segunda parte, el recital concluyó con la obra "Sinfonía número 5 en re menor. op. 107", del compositor alemán Mendelssohn, pieza que también se conoce como "Sinfonía de Reforma" por haber sido compuesta entre 1829 y 1830 para celebrar el tercer centenario de la Confesión Protestante de Augsburgo, credo de la iglesia Luterana.  

Cabe destacar que en esta pieza, su creador incorporó el elemento religioso mediante el uso de dos piezas características de la liturgia protestante "Amen de Dresde" y "Ein feste Burg ist unsert Gott" (Un sólido baluarte es nuestro Dios), que forma la columna vertebral del último movimiento de la sinfonía.   (Notimex)

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