La Ruta de la Amistad de México 68: ¡Sí, se olvida!

Por Juan Valdés
Colaboración especial para Azteca 21

1968 estuvo marcado por varios acontecimientos mundiales de gran trascendencia para la sociedad de ese momento.
El asesinato de Martin Luther King, los movimientos estudiantiles en Tlatelolco, los Juegos Olímpicos en la Ciudad de México, la aparición del movimiento “Black Power” son tan sólo unos ejemplos de lo que estaba pasando en el mundo.

Anfitriones
México se presentaba ante el mundo como anfitrión de los Juegos Olímpicos y su propuesta era rescatar el principio griego de conjuntar las actividades deportivas con las culturales.
Se propusieron 20 eventos culturales durante el año y así se conformo un espacio multidisciplinario de actividades como la danza, música, poesía, escultura y pintura infantil entre otras.

La Ruta de la Amistad
El Encuentro Internacional de Escultores fue concebido por Mathias Goeritz, con el apoyo del Arquitecto Pedro Ramírez Vázquez y consistía en crear un corredor escultórico, el más grande del mundo, con 17 kms. de longitud, desde San Jerónimo hasta Cuemanco.
Se colocaron 19 obras construidas en concreto, colocadas kilómetro y medio de distancia entre cada una.
Los países que aportaron su obra fueron: Australia, Austria, Bélgica, Checoslovaquia, España, Estados Unidos, Francia, Italia, Israel, Holanda, Hungría, Japón, Marruecos, México, Polonia, Suiza y Uruguay.
La Ruta de la Amistad inicia con la escultura de Ángela Gurría y la cierra Helen Escobedo ambas mexicanas.
Así, el arte moderno salió a las calles y los espectadores disfrutaron de este invaluable contexto artístico donde cada espectador interpreta su sentir.

Actualidad
Finalmente la ruta se terminó con 22 obras, ya que se agregaron de último momento las obras del Estadio Olímpico México 68 , Estadio Azteca y el Palacio de los Deportes.
Con lo años la Ruta de la Amistad sufrió de los avances de la urbanización, los graffiti y la siembra indiscriminada de árboles alrededor de cada escultura.
Para rescatar las obras de arte se planteó realizar una restauración a fondo y sobre todo, asegurar la conservación a través de la autosuficiencia.
Así nace el  Patronato Ruta de la Amistad A.C. con su programa “Adopte una Obra de Arte”, que dirige Luis de la Torre desde  1996.
En el programa se invita a instituciones privadas y públicas a participar donando los recursos para la restauración y conservación de las piezas en un fideicomiso creado ex profeso para este proyecto.
Así, la próxima vez que visite la Ciudad de México no deje de observar estas obras que dejan constancia de un año lleno de cambios en la comunidad internacional.
¡Hasta la próxima!
Comentarios a esta columna: juan.valdes@azteca21.com

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