La polémica por Citi

POR LA ESPIRAL
*Claudia Luna Palencia

-La polémica por Citi
-¿Banamex se vende?
-Revisar marco NAFTA

    El próximo 19 de abril Citigroup dará a conocer su informe de resultados concerniente al  desempeño financiero del primer trimestre del año, que andados los nubarrones, sólo podrá traer el anuncio de una nueva estrategia para apuntalar al grupo toda vez que el gobierno de Estados Unidos se ha convertido en dueño de hasta el 36% de las acciones del grupo.
    Esta intervención con dinero público no puede más que anticipar un futuro lleno de austeridad financiera, habrá que reducir el grupo, ajustar el balance e ir compensando las pérdidas.
    Lo primero es detener la sangría que las acciones del grupo están padeciendo en Wall Street, un termómetro del pesimismo reinante tanto en las condiciones externas como en las de la propia institución.
Y aunque el gobierno del presidente Barack Obama  aumentó su participación en el grupo buscando darle más recursos para capitalizarlo, no todos los ojos financieros en Estados Unidos y otras partes del mundo recibieron la noticia con agrado.
No obstante, como nadie tiene la respuesta acertada, más bien va improvisándose al calor de las noticias económicas negativas y de los cadáveres financieros, el único punto acertado es que sería erróneo  quebrar bancos con los ahorros de millones de personas. Si el interés real de Obama es el de preservar la tranquilidad y evitar corridas que atenten contra el propio ahorrador, me parece que el mejor seguro de depósitos en momentos de tensión financiera e incertidumbre económica es el contrapeso de la iniciativa pública. Ahora bien, si lo que se busca más bien es con el erario salvar las inversiones de los accionistas, eso quedará tarde o temprano expuesto.
Lo de Citigroup fue una avalancha que aceleró desde 2007 cuando el banco más importante de Estados Unidos y uno de los primeros tres del mundo, anunció  pérdidas netas superiores a los 9 mil 800 millones de dólares en el último trimestre del año.
La causa: su alto grado de exposición a los productos subprime, esto es las hipotecas de alto riesgo, que para entonces habían dejado números rojos en la categoría de cuentas incobrables  del grupo, entonces 18 mil millones de dólares.
A pesar de que los analistas en Estados Unidos hablaban de la fortaleza del grupo, las constantes caídas en el precio de la acción significaron el preludio de lo insostenible.
Las ventas en Wall Street se anticipaban a los malos datos: en el último trimestre de 2008 el grupo registró pérdidas por 8.29 billones de dólares, una merma por acción de 1.72 dólares.
 En todo el año Citigroup perdió 18.72 billones de dólares, lo no visto jamás en  la larga historia del gigante estadounidense, con un curriculum manchado de claroscuros, desde ser señalado como el banco de la mafia con el Citibank, su participación en escándalos financieros (Enron) y la  opacidad en fondos y cuentas offshore.
Hay un  largo etcétera de actividades vinculadas al Citibank que no puede entenderse como la SEC en Estados Unidos no ha sido más persistente con su control y auditoría.
A COLACIÓN
    En el cuarto trimestre de 2008, los resultados financieros de Citigroup reflejaron pérdidas en casi todas sus áreas geográficas de actuación, salvo una: América Latina.
    Dentro de esta región, México con Banamex es un bastión importantísimo, como sabemos desde el 18 de mayo de 2001 “la joya de la corona” del sistema bancario mexicano fue vendida  a este grupo de dudoso historial que no podría dejar de sorprender al mundo con este barril sin fondo del que ha participado con las famosas hipotecas de alto riesgo.
    Banamex pertenece a Citigroup, en septiembre del año pasado el banco le aportó ganancias netas por 388.05 millones de dólares (a un tipo de cambio de 15.35 pesos por dólar). Se trata de la segunda institución en importancia en el modelo de Banca que opera en México conformado por 42 bancos, de los que 18 son extranjeros entre los cuales 5 se apropiaron de bancos mexicanos.
    En el entorno nacional hay una especulación en torno del futuro de Banamex, de si ante la intervención del gobierno estadounidense en la matriz en la Unión Americana, se decidirá el mismo destino de Citibank Privatkunden,  la división minorista en Alemania que fue vendida en diciembre al grupo bancario francés Crédit Mutuel-CIC por 5 mil 200 millones de euros.
    O seguirá los pasos de  Smith Barney, la división de correduría del grupo que fue vendida a Morgan Stanley en enero pasado.
    Vickram Pandit, presidente de Citigroup, aclara ante la prensa internacional que su filial Banamex no se vende, lo cierto es que diversos y muy importantes hombres de negocios como Carlos Slim, Roberto Hernández y Manuel Medina están comprando acciones de Citi en la Bolsa Mexicana de Valores.
    La justificación dirán es el precio tan atractivo de las acciones del grupo, uno que en los últimos 12 meses ha caído un 94.17% y que ha pasado de un máximo de 27.35 dólares por acción a un mínimo de 1.61 dólares. El precio de  ayer jueves desplomó hasta los 97 céntimos de dólar.
    Ahora bien, ante la pregunta de ¿Regresar la otrora joya de la corona a manos mexicanas? Me parece un cuento, un muy mal negocio por parte de los estadounidenses: comprar en 12 mil 500 millones de dólares, para vender en 8 mil millones de dólares como barajan en diversos medios.
    Citigroup sabe además lo atractivo en términos  empresariales, administrativos y gerenciales de  Banamex, las últimas compras de acciones por parte de inversionistas mexicanos hablan precisamente de que hoy adquieren a un valor muy castigado porque saben que el día de mañana la acción del grupo desarrollará su potencial hasta regresar a los 27.35 dólares por acción.
    Lo único que sí queda para el debate presente es la injerencia a la que México quedó expuesto con el NAFTA-TLCAN,  acuerdo tomado de base para todo cuanto representa la entrada y las facilidades a la inversión extranjera y el capital foráneo.
    Que hoy en día el gobierno estadounidense sea prácticamente dueño de un tercio de Banamex que opera en territorio mexicano y que administra millones de cuentas de mexicanos  y detenta  un porcentaje importante del sistema de pagos llama precisamente a revisar el marco legislativo del NAFTA-TLCAN.  El presidente Barack Obama abrió la puerta desde su candidatura. No hay que desaprovecharlo.
    No olvidemos a  HSBC, Scotiabank Inverlat, BBVA y BSCH dueños también de bancos que alguna vez fueron mexicanos y que podrían recibir participación de sus respectivos gobiernos.
*Economista y columnista especializada. Es candidato a doctor por la Universidad de Alcalá, tiene dos libros publicados y participa en distintos foros de radio y televisión con opiniones sobre educación financiera, economía y finanzas personales.  Puede contactarla en: claulunpalencia@yahoo.com

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