Hace 393 años La Inquisición censuró la teoría heliocéntrica de Copérnico

Nicolás Copérnico, astrónomo
polaco, que aseguraba que
el Sol se encontraba en el
centro del Universo y la
Tierra, que giraba una vez
al día sobre su eje,
completaba cada año una
vuelta alrededor de él
Foto: Cortesía
espacioteca.files.wordpress.com

Ciudad de México.- 5 de Marzo del 2009.- (CONACULTA) A más de siete décadas del fallecimiento de Nicolás Copérnico, una comisión de teólogos consultores de la Santa Inquisición censuró –en un día como hoy pero de 1616– su teoría heliocéntrica, con lo que se reafirmó la hasta entonces aceptada teoría de la inmovilidad de la Tierra.

 

Antes de su muerte, Copérnico publicó un libro en el que trabajó por más de dos décadas y al que tituló De Revolutionibus Orbium Caelestium, en el que afirmaba que los movimientos del Sol y las estrellas, así como de los planetas, se podían explicar admitiendo el doble movimiento de la Tierra tanto sobre su eje como anualmente alrededor del Sol.

 

Copérnico nació el 19 de febrero de 1473 en la ciudad de Thorn (hoy Toru, Polonia), en el seno de una familia de comerciantes y funcionarios municipales. El tío materno de Copérnico, el obispo Ukasz Watzenrode, influyó para que asistiera a la Universidad de Cracovia en 1491.

 

Poco tiempo después se trasladó a Italia para estudiar derecho y medicina. En enero de 1497 Copérnico empezó a estudiar derecho canónico en la Universidad de Bolonia, alojándose en casa de un profesor de matemáticas llamado Domenico Maria de Novara que se convertiría en su tutor, además de ser uno de los principales críticos de las teorías del astrónomo del siglo II, Tolomeo.

 

La cosmología anterior a la teoría de Copérnico postulaba un universo geocéntrico en el que la Tierra se encontraba estática en el centro del mismo, rodeada de esferas que giraban a su alrededor.

 

La teoría de Copérnico establecía que la Tierra giraba sobre sí misma una vez al día, y que una vez al año daba una vuelta completa alrededor del Sol.

 

Además afirmaba que la Tierra, en su movimiento rotatorio, se inclinaba sobre su eje. Además la teoría heliocéntrica explicaba los cambios diarios y anuales del Sol y las estrellas, así como el aparente movimiento retrógrado de Marte, Júpiter y Saturno, y la razón por la que Venus y Mercurio nunca se alejaban más allá de una distancia determinada del Sol.

 

Con esto se creaba un nuevo orden de alineación de los planetas según sus periodos de rotación. A diferencia de la teoría de Tolomeo, Copérnico vio que cuanto mayor era el radio de la órbita de un planeta, más tiempo tardaba en dar una vuelta completa alrededor del Sol. Pero en el siglo XVI, la idea de que la Tierra se movía no era fácil de aceptar y aunque parte de su teoría fue admitida, la base principal fue rechazada.

 

Entre los seguidores posteriores de su teoría se cuentan a Galileo y el astrónomo alemán Johannes Kepler, que a menudo discutían sobre sus respectivas interpretaciones de la teoría de Copérnico. El astrónomo danés Tycho Brahe llegó, en 1588, a una posición intermedia, según la cual la Tierra permanecía estática y el resto de los planetas giraban alrededor del Sol, que a su vez giraba también alrededor de la Tierra.

 

La supresión de la teoría de Copérnico tuvo lugar  tras el juicio eclesiástico a Galileo en 1633, que lo condenó por corroborar su teoría. En el siglo XVII, con el auge de las teorías de Isaac Newton sobre la fuerza de la gravedad, la mayoría de los pensadores en Gran Bretaña, Francia, Países Bajos y Dinamarca aceptaron a Copérnico.
(Información tomada de la Enciclopedia Clásica Iberoamericana).

(HBL)

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